Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Las epidemias influyen en el desempeño social, económico y político, así como fueron arrasados los indígenas precolombinos gracias al sarampión que portaban los españoles colonizadores
La caída del precio del petróleo, ocurrida desde diciembre, sobre los
temores del avance del coronavirus de Wuhan, ha producido un enfrentamiento
entre los principales productores del mundo, Rusia y Arabia Saudita. Al menos
así lo señala la prensa.
Toda epidemia tiene serias consecuencias en lo social, en lo
económico, en lo político, y hasta en lo militar. Con el Covid-2019 no se
puede dudar, que su impacto en los indicadores económicos bursátiles, de
materias primas y monedas en el mundo, se está ante un evento que producirá
cambios importantes, cambios de gobiernos y nuevas relaciones.
Un ejemplo de cómo las enfermedades influyen, es el tifus, que detuvo
el gran ejército de Napoleón en su avance a Rusia, o como los indígenas
precolombinos cayeron más por efectos del sarampión y la viruela que portaban
los españoles invasores, que por el uso de las armas.
Una crisis gigantesca
El Covid-2019 ha paralizado a gran parte de la economía real del
mundo. El turismo, el transporte, las fábricas, la educación presencial, los
eventos deportivos, eventos culturales, eventos de entretenimiento, todo se
paraliza por temores a la pandemia. En los mercados se refleja el derrumbe de
los valores, con caídas sorprendentes de grandes proporciones, que se adelantan
a una crisis más profunda.
La caída del precio del petróleo en 30% el pasado 9 de marzo, es
revelador de la crisis o recesión que se avecina y que tendrá efectos muy
duros en los países emergentes, en los productores de materias primas y en sus
monedas.
Gobiernos de varias regiones tendrán que aplicar grandes ajustes a
sus presupuestos, devaluar sus monedas, implementar impuestos, ser austeros.
El primer campanazo ha sonado y es el anuncio del Líbano de declararse en
impago de deuda. Esto se podría repetir en el resto del mundo, un colapso en la
deuda externa, la cual está 300% por encima del PIB global.
Con pocas opciones
Esta semana, el peso colombiano, el peso mexicano, el real brasileño,
han sufrido fuertes caídas contra el dólar. Los especuladores e inversores
buscan refugios seguros y demandan dólares, yenes japones, francos suizos, oro
y Letras del Tesoro del EEUU.
Abandonan las materias primas, porque se estima una profunda recesión
y ahora se espera una guerra de precios en el petróleo.
En principio los más afectados son los productores no
convencionales de petróleo de EEUU. El problema de este sector es que la
producción de esquistos no es rentable a los precios a que el hidrocarburo ha
caído y además están sobre endeudados. Si el crudo se mantiene en 35
dólares por varios meses, estos productores caerán.
El derrumbe de los valores en la bolsa, borra la ilusión del
“crecimiento económico” que se anunciaba en EEUU, sostenida realmente por
dinero emitido por la Reserva Federal y las tasas de interés bajas, es decir,
de manera artificial.
El presidente Donald Trump intentaba calmar los mercados, anunciando
que habría acciones coordinadas con los bancos centrales del G7 para emitir más
dinero, sin embargo, del grupo no le garantizaron nada. Los mercados siguieron derrumbándose.
Un desastre en el sector petrolero norteamericano, dejaría a estos con
problemas en su producción, además de producirse impago de deuda del sector,
cuya situación se trasladaría al sector financiero. Emitir más dinero para
enfrentar algo así, no servirá de nada, ya esa herramienta se agota.
Caos social
Los efectos de esta crisis se van a sentir en las calles de muchas
ciudades. En Latinoamérica se ha visto un adelanto, con las protestas de Chile,
Ecuador y Colombia. En el mundo los “chalecos amarillo”, los manifestantes de
Hong Kong, los de Beirut, entre otros, todo ha sido un preámbulo de lo que
realmente se avecina.
En Venezuela
La caída del precio del petróleo no produce un impacto contundente en
Venezuela en las actuales circunstancias. Este país con su industria colapsada
y ahora sancionada, ya está prácticamente fuera del mercado. Entra más dinero
gracias a las remesas, que por la vía petrolera.
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