Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
En Efectivo. En las
últimas semanas ha habido importantes movimientos en el acontecer político, que
las visiones sesgadas y dogmáticas, han obviado. Nicolás Maduro ha logrado
reducir a las filas del chavismo radical. Centenas de militares de ese sector
fueron dados de baja. Vladimir Padrino logra ejercer un control más férreo en
las FANB.
Maduro también ha enfilado sus
baterías hacia los sectores radicales en los partidos políticos del GPP. La
avanzada del régimen ha sido contra los sectores radicalizados en los dos
bandos. Junto a ello, Fedecámaras se ha deslindado del debate político y ha
llamado a las fuerzas productivas a impulsar el trabajo. El clero, también llamó
a la reflexión a los sectores opositores que se han encerrado en la
“estrategia” de la abstención, pero sin más nada qué hacer.
Los diputados de la Asamblea
Nacional (AN), que no pudieron cumplir con las ofertas políticas hechas en
2015, se mantienen en la postura abstencionista.
Luego vino la masiva liberación
de presos políticos y la sumatoria de factores opositores a participar en las
elecciones parlamentarias.
Los diputados de la AN, que
exhiben como un triunfo tener de su lado a 50 países, no pudieron pasar del
mantra “cese de la usurpación”. Apoyados en las sanciones extranjeras, allí se
han quedado estancados. Salvo el control que tienen sobre las finanzas de
Monómeros y Citgo. Este sector no puede establecer ningún tipo de negociaciones
si no tiene la autorización del Departamento de Estado.
Ha surgido una situación fuera de
control. La liberación de presos políticos es la señal de que hay negociaciones
internas. Es decir, el madurismo y sectores de oposición, sin el tutelaje
extranjero. Este aspecto es un giro. Las declaraciones del encargado de
negocios James Story, demuestran que el sector norteamericano, ha sido
sorprendido por el sector europeo.
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