Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
En Efectivo. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, no significa necesariamente un alivio para Nicolás Maduro. Pero si se entra a un terreno de disputa distinto. Hay que partir de lo básico y es que la política energética de los demócratas que llegan al poder es distinta y eso reconfigura todo. Biden volverá a llevar a EEUU al Acuerdo de París y esto tiene sus efectos en el tema petrolero global.
Bajo la gestión de Barack Obama,
se produjo la caída de Muamar el Gadafi. Obama estuvo en China, en 2014, en un
evento mundial sobre el clima, allí ofrecía a los asiáticos, que el mundo debería
dejar de usar petróleo pesado y extra pesado, por ser el más contaminante. A
cambio ofrecía a los chinos, que compraran petróleo a EEUU, porque la
producción de esquistos estaba en aumento, como efectivamente lo fue. Biden
estaba allí.
La realidad energética
El esquisto va rumbo al fracaso porque el precio del crudo hace insostenible esa actividad, además el sector solamente ha producido deudas incobrables sobre los 200 mil millones de dólares. Con los efectos de la epidemia, la recesión global ha impactado a los productores. La guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, que llevó a cotizar el crudo en -25 dólares, también los ha golpeado. Los norteamericanos reportan cierre de plataformas y cese de inversiones, no tienen otra opción.
Donald Trump y Vladimir Putin siempre mantuvieron un pacto tácito de que el crudo no podía bajar de 50 dólares, pero tampoco subir de 80 dólares. Pero eso en la realidad actual no es posible.
Biden se consigue con un
conflicto con Venezuela, país que tiene las reservas más grandes del mundo, pero
una industria petrolera desmantelada. Aunque la promesa de Guyana y Surinam, de
ser nuevos exportadores importantes está allí.
El problema es Rusia
Los demócratas querrán avanzar en el tema climático y eso hace poco atractivo el petróleo extra pesado venezolano, que Guyana y Surinam pueden sustituir. Pero al mismo tiempo EEUU podría ver derrumbarse su producción petrolera, al ser insostenible la producción de esquistos. Así que, en última instancia, la Faja del Orinoco, es una opción no descartable.
También pesa enormemente, que
desde la Casa Blanca habría un giro geopolítico, puesto que el sector demócrata
que llega al poder acompañado de “halcones” militaristas y de vasta experiencia
en invasiones, más que el petróleo venezolano, estarán interesados en romper la
relación de Venezuela con Rusia.
Los “halcones”
Maduro tiene razones de temerle a Biden. Gadafi cayó con esta gente que llega al poder. Osama Bin Laden fue capturado por estos. La OTAN fue fortalecida por Obama para poner a Rusia límites en Europa y de paso, intentaron controlar buena parte del mercado petrolero mundial, como productores.
Maduro tiene muy poco qué
ofrecer. China se asoma como la potencia a ayudar a resolver las coyunturas que
no pudieron las gestiones anteriores. Obviamente, pondrán sus intereses por
encima. Biden podría aliviar las tensiones con los asiáticos y los rusos
tendrán que seguir con esa alianza obligada con los chinos. Hay que recordar
que las sanciones a Rusia las impuso Obama, con Biden como vicepresidente.
El fantasma de Gadafi
En principio se aproximan negociaciones importantes. Maduro ha entrado en una fase de reformas para evitar su caída. El camino que traía hubiese llevado a Venezuela a una situación mucho más extrema que en la que se encuentra. Biden podría ofrecer alivio de sanciones, a cambio de muestras para conducir a una transición negociada.
El tema petrolero se mantiene en expectativas, más en las propuestas de realizar privatizaciones. Venezuela tiene una situación de impago de deuda y muchas sanciones no podrán ser levantadas, para evitar los embargos masivos, hasta empezar nuevos acuerdos.
Se debe esperar cual será la respuesta de esta nueva administración de Washington, sobre la elección de una nueva Asamblea Nacional en Venezuela, actualmente catalogada como ilegal, por varios países.
Se prevé un proceso de
negociaciones para producir cambios interesantes en Venezuela, sin usar la
fuerza, aunque Maduro debe tener siempre en mente, aquella imagen de Gadafi, cuando
fue encontrado en un escondite. Con estos que son de esa línea llamada “los policías
del mundo”, no es recomendable ponerse a jugar. Biden fue uno de los
funcionarios norteamericanos que tuvo mucha firmeza para la intervención militar
de Libia.
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