El resultado de la encuesta
Ratio UCAB, que revela la sorprendente recuperación de popularidad de Nicolás,
no sólo ha impactado a la oposición, el sector que le enfrenta internamente, el
chavismo-4F, también ha quedado muy sorprendido y el asunto no les gustó para
nada, sus esfuerzos por sabotear desde adentro la gestión madurista tienen el
objetivo de lastrar la popularidad del sector que es pro-cubano, con el fin de
proponerse como el sucesor en caso de que hubiese necesidad de sustituirlo.
Esa guerra interna es una
oportunidad para los factores democráticos, pero lamentablemente los
principales dirigentes políticos no están organizados, articulados o unidos
como una sola fuerza para pasar a la ofensiva. La debilidad del régimen se
fundamenta en que el sector madurista está negociando hace tiempo, de la mano
de los rusos, quienes tras el acuerdo de Helsinki dieron las pautas para que
Nicolás pudiera mantenerse un tiempo más, produciendo un cambio en el tema
económico con la liberación del dólar y el aumento del precio internacional de
la gasolina, dos factores claves que si bien no cambiarían del todo la crisis,
permitirían comenzar a sentar las bases para una estabilización y ser esto un
paso más en esa negociación.
Llega el senador Bob
Corker, quien a través del Grupo Boston, que es madurista, intenta establecer
puentes de entendimientos entre factores de oposición y del régimen, en
reuniones exploratorias y tener un diagnóstico actualizado de las actuales
circunstancias. Evidentemente un proceso de estos, sin la presencia de los
sectores del chavismo-4F, es prácticamente un acto de traición entre camaradas,
este grupo sostiene que el madurismo se mantiene en negociaciones en las que
ellos no cuentan y sospechan que tarde o temprano terminen también presos, como
ya hay unos 350 militares acusados por el madurismo de conspiradores. Toda la
patraña alrededor del dirigente Julio Borges, con el tema del drone, es una
cortina que se usa como discurso para tapar ante las bases genuinas del
chavismo, la crisis interna que está por estallar y salir de sus madrigueras.
En el marco de las
reuniones de Corker, ocurre un hecho sorprendente, el concejal del municipio Libertador,
Fernando Albán, quien estaba desaparecido días atrás, aparece muerto en la sede
del Sebin en Plaza Venezuela, las declaraciones oficiales señalan que el
dirigente político se lanzó del décimo piso, las acusaciones de distintos
voceros opositores señalan por torturas que lo mataron y para tapar el crimen
fue lanzado, al menos hay versiones no oficiales de declaraciones de
funcionarios del cuerpo. Este hecho empañó totalmente el proceso que a la par
llevaba Corker y las conversaciones entre los diversos factores venezolanos.
El madurismo intenta buscar
un acuerdo o acercamiento con Washington, pero ha sufrido varios reveses. El
Grupo Boston fue artífice de que liberaran el preso Josua Holt, el
norteamericano, que dio pie a que otro grupo de presos políticos recibieran
beneficios procesales y otros salieran libres, como una muestra de querer
negociar, sin embargo el sector 4F no aprobó la acción y ha comenzado a apresar
nuevamente a dirigentes opositores, lo que conspira contra los planes del madurismo
de querer deshacerse de las acusaciones de violaciones de DDHH y mostrarse
dispuestos a cooperar. En vano estuvo Nicolás en Nueva York, en la Asamblea
General de la ONU buscando una reunión con Donald Trump. Un “topo” del
Departamento de Estado reveló hace semanas que militares venezolanos han
buscado contacto con el gobierno norteamericano para dar un golpe de Estado,
acción que EEUU no atendió porque no les gustó quienes son los que proponen
esta idea.
La guerra interna es por
sobrevivir, un sector del régimen negocia su salvación, el otro, involucrado en
situaciones que no agradan al gobierno norteamericano tiene menos
posibilidades, lo que se refleja en situaciones internas, los ajustes de
cuentas entre estos grupos se remontan a eventos similares a lo ocurrido en las
protestas de 2014, cuando en el marco de una manifestación de opositores,
grupos del Sebin liquidaron a Montoya, un dirigente radical de los grupos
“colectivos”, en medio de esa situación cayeron jóvenes que protestaban contra
el régimen, el recordado Bassil Da Costa, eso fue muy parecido a lo que pasó
con el drone, un suceso que ha sido hábilmente tapado con las acusaciones
contra el diputado Requesens y Borges. 10/10/2018
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