Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Qué se puede hacer y qué no se puede hacer con la criptomoneda estatal que ha lanzado el régimen chavista/madurista
Por inclinación política, referirse al petro (PTR),
para un sector de la sociedad se trata de una especie de tabú, porque no están
de acuerdo con las políticas del régimen de Nicolás Maduro. Para otro sector,
que se siente beneficiario, se trata de una oportunidad, aunque les haya tocado
descifrar, cómo hacerlo efectivo.
Para los que
proponen una criptomoneda estatal se dice que es una solución, aunque en el
fondo es un experimento, a ver si funciona contra
las medidas de sanciones económicas y petroleras de EEUU.
Deficiencias del PTR
El PTR tiene un soporte de muy baja calidad en cuanto
a su desarrollo. Si bien su código es X11, el mismo que usa la criptomoneda
DashCoin (DSH), la interfaz de esta criptomoneda tiene sendas dificultades.
Lo primero es
que los usuarios sólo pueden acceder a los tokens, a través de una cartera web,
lo que implica que nadie puede usar sus dispositivos como nodos, para interactuar en una red descentralizada. Esto hace al PTR una
criptomoneda centralizada, totalmente controlada por el régimen y no por la
comunidad que use esas fichas.
Una cartera web puede sufrir caídas de línea, ataques
cibernéticos, caída de servidores y ello imposibilitaría a todos los usuarios
mover sus fichas o monedas, precisamente porque todo el funcionamiento está
centralizado.
El hecho que
nadie pueda instalar una cartera propia en sus dispositivos, no le permite a
nadie tener una clave privada de la propia cadena de bloques del PTR, por lo tanto, el dinero que alguien tenga en esa criptomoneda, no
lo tiene en su poder. Es dinero que está en poder de quienes tienen las claves
privadas y no son otros que los funcionarios superintendentes de la creación. Con
el PTR, nadie tiene realmente dominio de sus monedas.
Qué no se puede hacer con el PTR
En medio de las actuales circunstancias, con el PTR
no se puede hacer mucho. A diferencia de las criptomonedas convencionales,
muchas personas en el mundo pueden hacer pagos en comercios. Aunque en
Venezuela hay tiendas que aceptan pagos con el PTR, no es necesariamente así.
Se vio en la
prueba reciente, cuando se usaron los dispositivos “bio pago”, en realidad
nadie pagaba usando el PTR desde una cartera digital a otra, sino que mediante un mecanismo de intercambio, el banco
propietario de estos puntos de venta, hacía una conversión automática.
Hay muy pocas tiendas en Venezuela que ya usan las
carteras digitales y reciben pagos mediante la propia cadena de bloques del PTR.
Aunque no es un proceso difícil, llevaría mucho tiempo para que millones de
personas se adapten, siempre y cuando la interface no presente problemas con
millones de usuarios conectados.
Con el PTR casi
nadie acepta pagos en el extranjero de manera directa. Por ahora no hay interés
de inversores foráneos en tener esta criptomoneda en sus portafolios. El hecho de que el régimen de Maduro mantenga la mayoría de los
nodos, le permite manipular la cadena de bloques a su voluntad y esto resta
confianza, luego que se ha visto lo que ha ocurrido con el bolívar en el Banco
Central de Venezuela (BCV).
Por eso la Sunacrip decide el valor del PTR, que supuestamente
está anclado al precio del petróleo. Realmente al tener bajo control todas las
fichas, les permite controlar su precio sin que tenga que ver una demanda u
oferta real del “token”.
Qué se puede hacer con el PTR
Aunque la criptomoneda que plantea Maduro no es
atractiva y tiene sus problemas, al final, por ser una propuesta dentro de la
esfera global de los desarrollos de la tecnología de la cadena de bloques, podría
tener algunas utilidades.
Lo anterior demuestra el poder la tecnología “blockchain”
y como incidirá en el mundo.
Hay personas
que están recibiendo el PTR a cambio de bitcoines y otras criptomonedas. En los intercambios en que hay operaciones de compra y venta de
distintos tokens, el PTR se recibe con descuentos de hasta 50%. Por ejemplo, una persona ofrece petros y
recibe la mitad de su valor en bitcoiones, litecoines u otras.
El lector se preguntará por qué hay quienes están
haciendo esto.
No faltarán nunca especuladores en ningún mercado,
por muy exótico que sea.
Un comerciante que tenga que pagar impuestos y su monto
es de unos 150 dólares, por citar una cifra, al comprar petros a mitad de su
precio, obtendría las fichas que tienen según la Sunacrip, un precio de 150
dólares, gastando sólo 75 dólares.
Si el régimen de Maduro acepta pagos en petros,
usando pagos de cartera digital, a cartera digital, es decir con las fichas y
no como unidad de cuenta, entonces el comerciante se habrá ahorrado la mitad de
los impuestos que debe pagar. Y así con el resto de servicios públicos que
según comenzarán a cobrar de esta manera.
Algunas personas han aprendido a llevarse los petros
desde el Sistema Patria a la PetroApp, es decir a la cartera digital. Otros
saben hacer pagos usando ese mecanismo. Otros han vendido las monedas a precios
mínimos. Hay un proceso de aprendizaje y adaptación.
Un aspecto que
deben tener presente los comerciantes, es que no pueden hacer funciones de
intercambio de petros, porque no son entes autorizados por Sunacrip para fungir
como casas de cambio o “Exchange”, si lo hacen podrían recibir multas.
Especulación por un tiempo
Aunque se trata de una situación que será temporal,
porque una vez que alguien lo haga, otros querrán aprovechar el incentivo, esa
brecha de descuento se irá cerrando y es aquí en que el régimen podría haber
logado poner en circulación e instaurar una oferta y demanda de la criptomoneda
que ha creado polémica y opiniones de todo tipo desde su anuncio.
Sin embargo lo anterior no es suficiente. La grave
crisis económica que sufre Venezuela, con la caída del PIB, ha impactado la
recaudación de impuestos. El año pasado se recaudaba apenas unos 133 millones
de dólares mensuales, que al ser distribuidos entre empleados públicos y
jubilados, sólo tocaría a unos 15 dólares a cada uno. El régimen hace una
apuesta, que no le generará grandes beneficios.
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