ENFOQUE ECONÓMICO
NO TIENE OTRA SALIDA QUE LA POSTURA PRAGMÁTICA
La situación que atraviesa el gobierno
respecto al tema cambiario, le obligaría a medidas que están divorciadas a su
discurso político, desde el punto de vista ideológico. Si bien el gobierno ha
querido implementar cambios en la estructura económica, social y política, en
el aspecto económico no consigue la salida.
Ya es harto conocido que hay escasez de
divisas. Las razones: 1. La administración de más de 1,5 billón de dólares de
ingreso que ha tenido el país desde que el comandante Chávez asumió el poder,
ha sido muy ineficiente. 2. El gasto que ha tenido que asumir Venezuela en
América Latina, para apoyo político en otros países, se ha traducido en
manutención de sectores económicos en Argentina, Cuba, Uruguay, Nicaragua,
Bolivia, Ecuador, islas del Caribe entre otros y Venezuela no está compensada con
relación al gasto que tiene.
3. La fuga de dólares del país. 4. El rígido
control cambiario, nada flexible, casi que inoperante, que más bien ahora se
convierte en un factor perturbador para el desempeño político. 5. El factor más
importante de todos: la falta de confianza en Venezuela para invertir y
producir internamente.
Por la vía del endeudamiento ya no será
posible abastecer el mercado de divisas local, mientras haya un banco central
emitiendo bolívares a una velocidad vertiginosa, porque tal como ocurrió unos
años atrás, nuevamente, el volumen más alto de deuda emitida por Venezuela está
en manos de inversores privados y el grueso de bolívares en el sistema, el
Banco Central de Venezuela (BCV) ante esta situación queda prácticamente fuera
del juego sin poder hacer casi nada.
Quizá la única salida que tiene el gobierno
es recurrir al pragmatismo, es decir, cambiar algunos aspectos de su política
para atraer inversores al país, que entren con sus divisas y con sus empresas,
además de promover el regreso de miles de millones de dólares que se han ido
desde 1998.
Ello sólo lo lograría retrocediendo en
algunas políticas de gobierno que han provocado la estampida, por ejemplo la
más crucial de todas, las expropiaciones de empresas, que finalmente no han
solucionado en la gran mayoría, los problemas que alegaron para llevar a cabo
la medida. Por ejemplo en Anzoátegui, una empresa de molinos de trigo, una vez
estatizada se detuvo, el personal administrativo terminó yéndose, el personal
obrero a pesar de no producir, cobra por el Estado sueldos de hace unos dos o
tres años sin incrementos.
Esa sería una vía para crear ingresos
adicionales al Estado, además de instituir nuevos empleos, quitar presión
contra el bolívar, reducir el riesgo país y por lo tanto desacelerar los altos
niveles inflacionarios. Esa medida debe acompañarse con incentivos a la empresa
privada para incrementar líneas de producción, planes de fomento a la
producción agrícola interna, de modo que se pueda combatir efectivamente la
escasez de bienes y servicios, evitar la demanda de divisas para importar y
atraer ingresos, exportando, una vez cubiertas las necesidades propias de la
nación. No tiene sentido que por razones ideológicas los venezolanos paguen
cada día más por los bienes, habiendo soluciones a la vuelta de la esquina, con
sólo revisar algunos planteamientos en el orden político y social.