A la banda atorrante no les importa cuántos muertos haya, no les
importa el país, el hambre, la miseria, la mengua en los hospitales y esa es la
base de su próxima y cercana caída, han caído en un estado de stress que los
conduce a su desalojo del poder
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
El grupúsculo que cada vez se queda solo, que es señalado por el mundo
entero de criminales, tienen claro que si en las actuales circunstancias, se
entregan o se rinden, las probabilidades de que vayan presos son muy altas, por
lo tanto, han adoptado una forma de hacer política, propia de los delincuentes
que saben que tienen un pie en la cárcel y uno fuera. La indolencia y el
cinismo. Al final concluyen, si van ir presos por unos 80 muertos, igual
podrían ir por 100, 1.000 o 10.000, eso a ellos ya no les importa.
Asumir la indolencia, para no ver el abismo por el que rueda toda
Venezuela, la falta de medicinas, la crisis alimentaria, la peor inflación del
mundo y de la historia de este país. Desde que se inició esta fase del régimen,
desde 2013, la devaluación oficial es de más de 31.000%, parte de lo que
explica la tragedia venezolana. A la banda delictiva, nada le importa las
muertes, que el país no funcione, que a la gente no le alcance el dinero, que
los niños mueran de hambre y mengua, que los guardias destrocen a personas con
plomos, metras, perdigones, a palos, que ya no haya espacio para meter más
presos, que en todas las protestas mueran, jóvenes y funcionarios del Estado,
tampoco les importa, para tratar de disimular, meter presos a los que por tener
una mentalidad distorsionada con la política y ser parte de un cuerpo
represivo, asesinan con saña a los “guarimberos”, esos que en los cánticos de
entrenamientos dicen, “quiero sangre de guarimbero”, para decir que hay “estado
de Derecho”.
Sin embargo, lo que atraviesa la cúpula roja, la de los atorrantes, se
les ve en sus rostros, con sonrisas cínicas superpuestas, que no pueden durar
mucho tiempo dibujadas, porque la amarga realidad los acecha, es un asunto
psicológico. Veamos.
Hay un cambio emocional, cognoscitivo y conductual en estos señores. En
que se les ha visto afectado, la vitalidad, el vínculo con la situación y la
percepción del logro. Se mantienen bajo un stress continuado y se les nota en
sus caras, agobiadas por el nerviosismo. Pero esto es lo peligroso, la
indolencia surgida en lo particular de quienes detentan el poder, afecta en lo
social, a los venezolanos, nada conmueve a estos, no tienen interés en cambiar
las cosas y se han acostumbrado, a infringir dolor y a estar en la situación
paupérrima que han creado en el país. Así actúan los delincuentes, de manera
indolente.
Según investigaciones en el área psicológica, la conducta de estos
individuos se ha adaptado a la situación traumática y todo lo justifican desde
su visión, con odio social, racial –en este caso político-, se terminan
aislando cada vez más y tienen una pobre visión de la vida y de la raza humana,
lo que los conlleva a ser sociópatas, por tener el poder que tienen.
La indolencia que reina en las principales figuras del régimen, es tan
dañina, que resulta contagiosa, se ha visto a uno de sus principales verdugos,
a través de su programa de televisión, llevar o invitar, personas, militares,
dirigentes, de todo tipo, con la finalidad de nombrarlos en una lista,
pretender un apoyo irrestricto de los asistentes y convencerlos de que si cae
la cúpula, caerán todos, intentando una cohesión que busca involucrar al resto
en sus acciones particulares. Se ha visto como el general en jefe, cayó en su
influencia, aunque el otro sector, del chavismo genuino, se ha apartado y como
no le apoya, ahora recibe críticas, ataques y fuego, incluso persecución, tal
como ocurrió con una emisora de radio de chavistas en Barinas, cerrada por
permitir críticas contra la constituyente.
La banda indolente sufre en lo personal. Este tipo de personas no
suelen levantarse temprano, y no muestran un rostro lleno de vitalidad, véanle
las caras en las cadenas de televisión. El indolente nunca atenderá las
necesidades de otras personas, es lo que se ve en el país, las instituciones de
salud pública han sido abandonadas a su suerte, las policías no funcionan para
la inseguridad, apenas para reprimir. El indolente nunca tiene una postura
positiva hacia circunstancias que tienen en contra, al contrario, señalan lo
que estos, “hay una guerra económica”, “el Imperio nos ataca”, entre otras
fábulas. No tienen proyectos y es que el madurismo, que ahora destroza al
chavismo, no tiene un plan para el país, salvo de evitar que los tumben del
poder. Estos señores, recurren a farmacológicos, drogas y alcohol, para lidiar
con la adversidad que tienen. Le dedican mucho tiempo a situaciones que no
resuelven el problema principal, un último ejemplo es emplear el Dicom en el
sistema cambiario. Los indolentes suelen descuidar su salud y figura, ejemplos
son muchos en esa cúpula. Sus emociones nunca son positivas. El indolente por
lo general siente odio y envidia por otras personas u otros grupos, allí tienen
como siempre acusan a Empresas Polar de todo el desastre del país.
Es esa la trágica, absurda y triste vida que lleva la cúpula del
régimen. Ya están presos en el país, se vuelven indolentes para intentar dar
muestras de fuerza, es una actitud inseparable de corruptos, ladrones y
criminales.
Esta situación de indolencia social que atraviesa la cúpula, es
interesante determinarla, porque tal conducta envía señales importantes para
saber que el fin de esta pesadilla, está cerca. Son prodigios de un fatalismo provocado
por la desesperanza y porque ya a estas alturas no tienen manera de cambiar el
entorno, que ahora les enfrenta. Es el preámbulo de la resignación y aceptación
de la dura realidad, por lo que por ahora no son solidarios y no reaccionan
ante las calamidades generales que ahora hay en Venezuela. En ese estado, sin
saber qué hacer realmente, para no tener que seguir hundiéndose en la espiral
de violencia, y para tratar de seguir, sin acierto alguno, tratando de parar la
ola de rechazo nacional y mundial, porque si tienen un plan, sencillamente no
les va a funcionar, marchan al aislamiento perfecto, que servirá como condición
para que la sociedad, los distintos actores políticos, económicos y de poder,
junten esfuerzos en dar el empuje último que falta, al “castillo de naipes”,
que han construido estos torpes, encerrados y atrapados en la terquedad que
ellos mismos han forjado, como su propio encierro. Así como los delincuentes,
unos terminarán negociando, otros, un poco más inestables mentalmente, podrían halar
ellos mismos el gatillo, un grupo más reducido, pueda que resista hasta la hora
última, con las botas puestas. 03/06/2017
No se dan cuenta necios ignorantes que detras de todo esto esta la garra de EEUU? No se dan cuenta que se quieren quedar con el petroleo venezolano a toda costa?. Dejen de ser funcionales a la derecha vendepatria porque sino van a termina siendo una colonia mas al estilo puerto rico.
ResponderEliminarPobre Marcelo todavía se cree lo del ataque imperalista, usted ni siquiera se ha enterado que cayó hace tiempo él muro de Berlín, y yo le digo una cosa sin que me quede nada por dentro, prefiero un millón de veces ser colonia de EEUU y no colonia de los chulos cubanos
ResponderEliminar,
ignorantes los dos.
ResponderEliminaresto es mas alla del petroleo y demás.. es una lucha de clases sociales. que hay errores no, sino orrores en el gobierno, si. pero eso no significa que el socialismo es malo, no.
ResponderEliminarel gobierno actual trasgiverso el concepto socialismo y esto no es socialismo, aclaremos esto, ni es cuba. no saquen concluciones sin analizar los factores de clases sociales y quien verdaderamente maneja la economia venezolana.
hace poco el estado adjudico a palmolive 400.000 millones de bolivares y donde esta eso?.solo en materia prima.
ud pelean por cosas de concepto que ni saben.
esto va mas alla de todo concepto actual.. y ojo las bombas y balas no distinguen tilde politico. suerte alex. pero en esta si la pego. el estado es indolente.