En el artículo anterior
cerraba así: “Hay que esperar por los movimientos de Trump”, luego de que el
régimen de Nicolás hiciera un llamado a elecciones presidenciales, fuera de la
negociación que se venía haciendo en República Dominicana. No pasaron 24 horas
cuando se anunciaba que Rex Tillerson, ex presidente mundial de la Exxon Mobil
y ahora Secretario de Estado de EEUU, hará un viaje a los países del Grupo de
Lima, en que se reúne la comunidad internacional que tutela las negociaciones
políticas en Venezuela.
Es bien significativo. El
régimen logró llamar la atención de uno de los hombres con más poder en el
planeta y es que no es para menos, Tillerson fue sorprendido por una jugada
audaz. La Asamblea Nacional Constituyente (ANC), anuncia adelantar las elecciones
presidenciales, de manera unilateral, el oficialismo dijo que se harían unas
nuevas elecciones, cuya convocatoria fue de una vez condenada por los factores
extranjeros.
Antes hay que aclarar, que
Exxon Mobil, tiene sendos intereses en Venezuela y Guyana, con el hallazgo de
gigantescas reservas petroleras en el mar que es parte del territorio en
reclamación. La petrolera ha apoyado a Guyana, país que se abroga la
territorialidad de la zona, Tillerson espera que para este año los tribunales
internacionales fallen a favor de Guyana, para invertir los primeros 5 mil
millones de dólares en la explotación del recurso, pero para eso requiere que
Venezuela tenga estabilidad política. Llegar hasta aquí le ha servido mucho a
los intereses extranjeros, puesto que la situación de ilegitimidad e ilegalidad
en que han caído la mayoría de los jerarcas del chavismo, pillados con sendas
fortunas en otros países, les ha valido sanciones que les mantiene congelados
los activos saqueados a Venezuela por años, las potencias que ven a Venezuela
debilitada, adelantan su plan de quedarse con los hidrocarburos, a cambio de
ayudar en producir un cambio político para sacar a la población de la depresión
a la que ha sido hundida, los jerarcas del régimen, en República Dominicana
exigieron impunidad, pidieron que les quitaran las sanciones, para acceder a
procesos electorales supervisados por los extranjeros y bajo otras condiciones,
entre ellas la sustitución de los rectores del CNE.
Llegaron las sanciones de
parte de Europa, una nueva tanda. Los europeos de esa manera se alinean a la
estrategia de Trump, mantener a los dirigentes rojos arrinconados para que
estos en pleno desespero entreguen todo, sin embargo, no todos podrían irse,
porque alguien tiene que pagar lo que ha ocurrido, Rafael Ramírez, que ha sido
entregado, terminó negociando su situación con el Imperio, de allí el ataque
visceral de parte del sector radical que viene percibiendo que incluso los
rusos están alineados con EEUU, lo que les permite concluir que en cualquier
momento Putín los termine negociando y es que Rusia, que pretendía quedarse con
la mitad de Citgo en EEUU, tuvo que cambiar sus aspiraciones y espera que al
menos la Faja del Orinoco sea controlada por estos, mientras Exxon Mobil
controlaría las gigantescas reservas del Esequibo.
La convocatoria a
elecciones presidenciales, sería parte de un acuerdo paralelo, en que un sector
de la oposición y un sector del régimen, han mantenido conversaciones paralelas
a las de República Dominicana. El grupo
de jerarcas rojos que sabe que no tienen manera de huir, podría estar buscando
un giro en todo esto, y entregar el gobierno a un sector de la oposición que se
comprometa a no perseguirlos y no entregarlos al extranjero, a cumplir un
acuerdo que les proteja, para ello el sector militar sería el garante de que
tales condiciones se cumplan. Uno de los operadores políticos más hábiles que
tiene el régimen, José Vicente Rangel, estaría fungiendo de intermediario entre
estos sectores, que tienen algo en común: no tienen el respaldo de la comunidad
internacional.
En esa situación, no
tendría sentido para el oficialismo que Nicolás repita como presidente, porque
al ser condenado por la comunidad internacional, su situación queda peor, no
sólo la ANC no tiene el reconocimiento que clama, sino el Poder Ejecutivo y
sería una justificación para una intervención, al declararse como Estado
forajido por todo el mundo. No sorprendería que la banda roja busque en
factores de oposición quien asuma un compromiso de no persecución o agresión.
Se presenta entonces una
situación mucho más compleja. Las potencias que han tutelado la crisis
venezolana, tienen prácticamente sus objetivos alcanzados. Que llegue un nuevo
gobierno, digamos de parte de un candidato de la oposición, significa un cambio
de toda la situación, se pondría en riesgo todo lo que hasta ahora los
norteamericanos y rusos se han trazado, ahora en compañía de los europeos,
repartirse los despojos de Venezuela, en medio de la falta de institucionalidad
y Estado de Derecho, que hasta ahora ha forjado el chavismo con su forma de
fascismo, con sus crímenes al violentar toda la Constitución. Un nuevo presidente
tendría que enfrentar con reclamos todo lo que la avanzada de compañías
petroleras viene cometiendo en el marco del régimen madurista, cabe recordar
que todas las concesiones entregadas por Nicolás no han sido aprobadas por la
Asamblea Nacional (AN).
Tillerson se ha montado en
un avión y no está dispuesto a dejar perder la presa. Si el candidato presidencial
es Henry Ramos, Tillerson sabe que las condiciones cambian totalmente, la
historia nos muestra que en 1945, Rómulo Betancourt, al asumir poder, impone
condiciones nuevas a las compañías petroleras, casualmente a la Standard Oil,
hoy se llama Exxon Mobil, implementó el primer contrato colectivo petrolero y luego
en 1948 deja en manos de Rómulo Gallegos el trabajo de nacionalizar la
industria petrolera, motivo por el que militares y civiles ligados al negocio,
derrocan a Gallegos.
Un nuevo gobierno de tipo opositor no sería aceptado en tales circunstancias por los norteamericanos, por los rusos que verían frustradas sus intenciones de materializar sus objetivos y por los europeos al ver como se desinfló Henrique Capriles, no les quedó otro camino que negociar con EEUU. Sorprende que Henry Ramos, el más experimentado político que tiene este país, pregunte a la comunidad internacional que si la oposición gana esas elecciones no sería reconocida, pretendiendo que si gana el oficialismo, se desconozca un gobierno de este último.
Debe tenerse presente que la acción de la comunidad internacional es evitar a toda costa que se den estas elecciones. Se juega demasiado en esto. Si el oficialismo las ganara y no le cumplen al sector opositor comprometido en la conjura contra la comunidad internacional, sería el fin político de la actual dirigencia opositora, por lo menos en este ciclo, Nicolás tendría que jugar más cerrado con Putín, para evitar el zarpazo y arrebató gringo.
Si la oposición ganara, las potencias y petroleras tendrían que entrar por el carril del Estado de Derecho que este grupo político estaría obligado a restituir o seguir el guión del madurismo en materia energética petrolera. Es fácil interpretar el mensaje de Henry Ramos, al confrontar a la comunidad internacional, al criticar a Almagro, Tillerson viene y viene muy arrecho. 28/01/2017
Un nuevo gobierno de tipo opositor no sería aceptado en tales circunstancias por los norteamericanos, por los rusos que verían frustradas sus intenciones de materializar sus objetivos y por los europeos al ver como se desinfló Henrique Capriles, no les quedó otro camino que negociar con EEUU. Sorprende que Henry Ramos, el más experimentado político que tiene este país, pregunte a la comunidad internacional que si la oposición gana esas elecciones no sería reconocida, pretendiendo que si gana el oficialismo, se desconozca un gobierno de este último.
Debe tenerse presente que la acción de la comunidad internacional es evitar a toda costa que se den estas elecciones. Se juega demasiado en esto. Si el oficialismo las ganara y no le cumplen al sector opositor comprometido en la conjura contra la comunidad internacional, sería el fin político de la actual dirigencia opositora, por lo menos en este ciclo, Nicolás tendría que jugar más cerrado con Putín, para evitar el zarpazo y arrebató gringo.
Si la oposición ganara, las potencias y petroleras tendrían que entrar por el carril del Estado de Derecho que este grupo político estaría obligado a restituir o seguir el guión del madurismo en materia energética petrolera. Es fácil interpretar el mensaje de Henry Ramos, al confrontar a la comunidad internacional, al criticar a Almagro, Tillerson viene y viene muy arrecho. 28/01/2017
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