Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Llegan las elecciones parlamentarias de 2020, que se realizarán probablemente con Maduro en el poder, ¿Ahora qué dirá el G4 a los ciudadanos?
Lo peor que puede pasarle a EEUU y Rusia, en el conflicto venezolano,
es que los partidos políticos, incluyendo a un sector del PSUV, lograran
acuerdos con los militares venezolanos, para proceder a una transición, bajo
control total de figuras nacionales, sin tutelaje extranjero, lo que al mismo
tiempo significaría, sin que logren imponer sus intereses.
Pero la oposición venezolana, en prácticamente todas sus
presentaciones, se han mostrado anti militaristas. Vastos sectores han ofrecido cárcel, persecución y demás, a los
factores militares. Aunque el año en curso, bajo el liderazgo emergente de
Juan Guaidó, se le envió mensajes al personal castrense, para que dejaran de
apoyar a Nicolás Maduro. El asunto no se concretó, porque se trataba de
llamados artificiales, parte de una campaña.
El momento que los políticos venezolanos, perdieron para echar lazos
con los militares, fue el 6 de diciembre de 2015, cuando se ganó la Asamblea
Nacional (AN), que en medio de sus diferencias, el general Padrino López no
permitió a Maduro y a Cabello, desconocer la voluntad del pueblo.
Juego trancado para venezolanos
Cierra 2019. Como se informó
previamente y sobre la base de argumentos sólidos, no hubo la intervención
militar, que se trataba de una campaña falsa de sectores reaccionarios. Pero
tampoco se concretó haber realizado elecciones presidenciales, tal como se
negociaba en Barbados, en Oslo y luego en Caracas.
Guaidó, quien ha obedecido la
línea de Washington, se ha mantenido invariable en eso de “cese de la
usurpación”. En el lado contrario, Maduro, que obedece línea de Moscú, se
mantuvo invariable en eso de tener que ceder el poder para proceder a unas
elecciones.
EEUU ha dicho que no se debe ir a elecciones con Maduro en el poder.
Las razones son conocidas. Elecciones así, significan ventajismo, control de
recursos económicos por parte del régimen. Con un CNE sin cambios, el
ventajismo también está del lado del chavismo/madurismo.
El reparto del botín
Para los intereses extranjeros, lo que ha ocurrido es perfecto. Actualmente,
Rosneft, Chevron, CNPC, se preparan para asumir las operaciones de Pdvsa, de
manera privada. Maduro ha producido una reforma económica. El Departamento del
Tesoro, mantiene licencia a Rosneft y a Chevron.
En EEUU, en la cuenca pérmica,
la ola de quiebras de empresas de petróleo de esquistos, ya es grande, debido a
los actuales precios del petróleo. El petróleo super liviano que se produce
en esa región, tiene que ser mezclado con crudo pesado, porque son pocas las
refinerías capaces de procesarlo en el mundo.
De una manera u otra, Guaidó, termina siendo un instrumento de
Occidente, y Maduro de la dupla China-Rusia. En medio del caos y el colapso de
importantes sectores del país, se cocinan acuerdos y grandes negocios
energéticos, sin alcanzar una salida política, que permita reinstaurar la
República, con la que tendrían que negociar de manera transparente, todos los
actores extranjeros.
Elecciones con Maduro
Para los fines de los venezolanos, en términos políticos, Juan Guaidó
no logra los objetivos trazados en 2019. Los partidos políticos que terminaron
aliados con el presidente del Parlamento, entran a 2020 desnudos, porque llega
el año de las elecciones de la AN. Es
altamente probable que toque ir a esas elecciones con Maduro en el poder, esto
último tendrán que explicárselo los líderes del 4G a cada venezolano.
Como es que ahora, si se tendrá que salir a votar, en la situación que
tanto negaron.
Fracasos tras fracasos
No va a faltar el sector reaccionario. Sobre todo el que no tiene
votos, sino dinero para imponer poder mediático, tendencias en Twitter y nada
más. El sector jugará nuevamente a la abstención, la que ya fracasó luego del
pasado 20 de mayo.
Sólo una negociación política, con los militares, podrían permitir que
se produzca un cambio político, para poder ordenar la anarquía económica que
Nicolás Maduro echó andar, para evitar caerse en medio de lo que hubiese sido
la peor escasez y hambruna nunca vivida en Latinoamérica.
El resultado del “cese de la usurpación”, que es la misma posición de
“todo o nada”, es que no se logró nada. Es lógico, había 50% de probabilidad de
lograr nada, en resultados concretos, aunque el régimen esté sancionado. La
oposición política debe mejorar su predisposición a negociar, a lograr una
salida o una transición en la que tendrá que compartir el poder, o
sencillamente, Maduro avanzará en sus propósitos, complaciendo a los factores
extranjeros y su sed de petróleo.
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