Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Privatizaciones, gasolina a precios internacionales, mayor protagonismo del sector privado, más dolarización, menos operaciones del Estado
El primer evento de impacto será la elección del próximo presidente de
la Asamblea Nacional (AN). Hasta ahora los principales partidos políticos y las
minorías, apuntan a que sea reelecto el diputado Juan Guaidó, para mantener la
figura del presidente interino. Han surgido críticas al respecto. El sector
opositor reunido en el Bloque 16J, alega que no se cumplen “los acuerdos”.
El acuerdo firmado cuando aun existía la MUD. El Bloque 16J alega que
le toca la presidencia de la AN. El acuerdo en la UNIDAD, era que las minorías
decidían en el quinto año, debían proponer al nuevo presidente del Parlamento y
hasta ahora, los partidos del G4 y las principales minorías, están apoyando la
reelección de Juan Guaidó, por lo que no hay incumplimiento del acuerdo.
Privatizaciones en 2020
El desarrollo del conflicto venezolano tiene un foco en el sector
petrolero. La semana pasada, había
reportes del proceso de privatización de las operaciones de Pdvsa, que
llevarían adelante Rosneft, Chevron y CNCP, próximamente. Desde el madurismo se
está enviando mensajes de privatizar áreas del sector eléctrico, lo que sería
un paso más en la reforma iniciada en agosto de 2018.
El madurismo se estaría
preparando para finalmente entregar todo el parque refinador de Venezuela, a
empresas privadas, conformadas en consorcios con la rusa Rosneft.
Sigue la disputa en el Esequibo. La cuenca Guyana-Surinam, que promete
convertirse en la segunda resera petrolera más grande del mundo, que comienza
en aguas territoriales que Venezuela reclama, sigue siendo el fundamento
principal de la participación de EEUU en el conflicto venezolano.
Se llenan los anaqueles
Bajo la orientación de China y Rusia, Nicolás Maduro permitió la libre
circulación del dólar en Venezuela. En
noviembre de 2018, se realizaba una reunión con sectores empresariales, en la
que el régimen asumía el compromiso de detener las expropiaciones, dar un giro,
liberar precios y permitir que el sector privado trabajara. El resultado de
este proceso es el de la recuperación del abastecimiento.
Maduro aceptó públicamente que apoyaba “eso que llaman la
dolarización”. Según Ecoanalítica, este proceso seguirá en 2020 y se
fortalecerá mucho más, los datos de la firma indican que hay un proceso de
dolarización que supera 40% en el país.
La importación de bienes y servicios ha aumentado. Aunque no se puede hablar de una
“normalización” de la economía, se perciben cambios al compararse con los años
de escasez crónica en 2016, 2017 y 2018. Años en que la hiperinflación
entró. Actualmente empresas del sector privado, pagan mejores salarios que las
del sector público.
En Venezuela se experimenta una anarquía. El mismo régimen la
propicia. Nicolás Maduro no ha presentado un presupuesto para ejecución en
2020, aunque desde sectores de oposición se alega que no es un presidente
legítimo para hacerlo.
Fin del subsidio de la gasolina
El régimen madurista apunta al precio de la gasolina nuevamente. Tras
un complejo proceso de negociaciones internas, Maduro pudo imponerse a los
radicales, con el tema de la liberación del dólar. Hay que recordar que el
chavismo radical controlaba Cadivi, que se convirtió en un gigantesco foco de
corrupción que facilitó el saqueo de recursos venezolanos.
El caos económico desatado, lanzó a las calles a la población. Saqueos,
motines de hambre, represión y asesinatos de parte de fuerzas policiales,
militares y civiles, marcaron los tres años más caóticos de Venezuela. Maduro
libera el dólar con una economía en ruinas total, lo que le ha permitido
mantenerse un tiempo más en el poder, tras el aumento de inventarios que trajo la
medida como consecuencias.
En 2018, Maduro intentó llevar
el precio de la gasolina a tasas internacionales, pero los grupos militares y
de Pdvsa, incursos en el contrabando de gasolina, le respondieron con un drone
explosivo.
Actualmente, con un país con sanciones, una industria petrolera
destruida, el régimen chavista/madurista no puede surtir de gasolina a los
venezolanos. Las negociaciones tras bastidores, indican que este sector será
privatizado y los venezolanos ya no tendrán gasolina subsidiada. Actualmente se
paga en muchas estaciones de servicio, sobre precios internacionales.
Hiperinflación cede
La hiperinflación ha perdido fuerza. En los últimos meses, según los
datos de la AN, ya se refleja inflación por debajo de 50% mensualmente. Esto indica que en 2020 en Venezuela habría
alta inflación y la hiperinflación quedaría atrás. La regla de los
economistas es que debe haber durante seis meses continuos, inflación sobre 50%
para alegar que hay hiperinflación.
La inflación promedio mensual que se registra en los últimos seis
meses es de 33,96%.
Dolarización de la banca
La banca venezolana tendrá que abrirse más al proceso de dolarización.
Ya hay bancos que gestionan cuentas en
moneda extranjera que permiten entre clientes de la misma entidad realizar
intercambios en divisas. Estos procesos se irán ampliando en 2020.
En materia de tasas de interés, el madurismo permitió que las tasas de
de los créditos comerciales, se indexaran a la variación del tipo de cambio del
dólar oficial. Aunque persiste la medida de encaje legal 100%, la liberación de tasas permite a la banca
percibir que se podría ampliar para las tarjetas de crédito, créditos
hipotecarios y para otros sectores, en un proceso de mayor liberalización.
Los bancos venezolanos reciben remesas y realizan transferencias
internacionales ya que no están sancionados, esto permite a la banca
oxigenarse, en un modelo prácticamente sin un banco central en materia de
divisas, ya que el ente oficial se encuentra bajo sanciones de EEUU. Esto
implica que la materia cambiaria, está dominada por el sector privado.
La burbuja del bolívar
El régimen madurista seguirá atrapado con el bolívar, mientras
persistan las sanciones de EEUU. El
sector público seguirá derrumbándose, por la falta de personal, la escasez de
recursos para sostener operaciones, lo que obligará a que se privaticen
actividades menores de áreas educativas y de salud. El personal público que
no se vaya de Venezuela, no podrá subsistir con salarios en bolívares y tendrá
que migrar al sector privado, que sobrevive con divisas.
Excelente
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