Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
En Efectivo. En toda Venezuela, si alguien
llena su tanque con gasolina, la estaría pagando entre 1 y 2 dólares por
litros, en caso contrario debe hacer gigantescas colas para repostar. Colas que
llegan a durar hasta cinco días y no garantizan un surtido para todos.
En 1989, un aumento de gasolina se tradujo en un estallido
social llamado “el caracazo”. En Ecuador, el aumento de la gasolina produjo
manifestaciones en las calles, que obligó al gobierno de Lenín Moreno a
retroceder.
El régimen de Maduro ha sido hábil para evitar revueltas
populares producto del alza desmedido de la gasolina.
Aunque nadie puede acusar a directamente Maduro de haberla
aumentado a tal precio, los guardias y personal del régimen hacen de las suyas
en las estaciones de servicio. La anarquía reina en el país.
Lo anterior puede entenderse como un plan piloto. Lo primero
es que el régimen deja abierta una puerta. Quien no tiene para pagar la
gasolina al exorbitante precio que se vende, entonces pueden hacer la cola. Los
ciudadanos no reaccionan porque al menos están esperanzados que podrán repostar
sin tener que pagar el alto precio, aunque eso signifique un sacrificio humano
por el tiempo y condiciones empleados.
El que tiene el dinero, sencillamente resuelve y entra en la
nueva modalidad.
Puja Maduro vs militares
Entre el régimen de Maduro y un sector militar que ha tenido
control de este mercado, ha habido fricciones. Incluso un debate político
interno. Los militares llamados del “4F”, no aceptan un precio a tasas
internacional, pero al mismo tiempo controlan el contrabando y los precios exorbitantes.
Maduro cambió recientemente a un general de la dirección de
Pdvsa y se ha dejado filtrar a los medios que viene un nuevo modelo.
El madurismo se dispone a reformar el mercado de gasolina de
Venezuela, la cual se vendería a tasa internacional para que sea un negocio
rentable para quienes lo asumen en lo sucesivo.
Sin reacción popular
La población pondrá en una balanza la situación anterior y
la nueva. La situación anterior es la que es controlada por este sector militar
y que gracias a ello la gasolina termina vendida en 2 dólares el litro, además
de las inclementes y humillantes colas para repostar.
La situación nueva, si se concreta sin contratiempos o
sabotaje de parte del sector militar rival de Maduro (Ya en 2018 le amenazaron
con un drone explosivo en una cadena nacional), sería de un abastecimiento
normal y el precio internacional estaría en una tasa de unos 0,40 a 0,50 dólares
el litro.
Lo anterior es una manera de implementar una tasa a precio
internacional sin que haya reacción social, como en 1989 o como en Ecuador,
luego que la población ha sufrido las inclemencias de un colapso de la
distribución de gasolina, lo más seguro es que apoyen una medida de que haya
distribución nuevamente.
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