Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
En Efectivo. El derrumbe de una economía impulsada por el Estado, deja como resultado en Venezuela, un país con mayor desigualdad, más pobreza (80%), deuda externa en impago (122 mil millones de dólares), destrucción del signo monetario (Devaluación de 99,99%), una depresión económica y un conflicto político difícil de solucionar. Sin inversiones extranjeras, con bloqueo petrolero y sanciones financieras, el estancamiento se siente en todos los sectores.
Sin embargo, hay en desarrollo una economía menos estatizada. Aunque en números muy pequeños, la liberación del uso de divisas en Venezuela, ha dado un vuelco a varias situaciones que existían previamente. Una de ellas es que el desabastecimiento se ha reducido, aunque todavía hay altísima inflación, ya los precios no aceleran en proporciones como en 2018 y 2019.
Migración de trabajadores
públicos
La nómina más grande de Venezuela es la estatal. Los trabajadores públicos son los más numerosos, pero el derrumbe de ingresos en el país, no permite pagar salarios competitivos en el mundo. Se estima que el salario mínimo se ubica en dos dólares al mes. Muchos han renunciado a sus trabajos y otros realizan actividades extras, llamadas en Venezuela “el rebusque”. Nadie podría vivir solamente con esos ingresos.
Los trabajadores de la educación han cambiado sus actividades, han buscado nuevos emprendimientos, relacionados o no con sus áreas profesionales. Lo mismo ocurre en el campo de la medicina y le enfermería. Los servicios a base de mano de obra calificada, ya entraron en la dinámica del ajuste de precios con divisas, que no se corresponden con los infravalorados pagos con bolívares. Los taxistas cobran tasas de traslado, como en otros países.
La dinámica que impone el
dólar estadounidense en Venezuela, ha llevado consigo también tasas
internacionales y la economía se abre paso prácticamente por si sola, con
muy poca asistencia estatal, salvo los todavía subsidiados servicios eléctricos
y telefónicos, que dependen del Estado, pero que son de muy mala calidad. El
futuro de los trabajadores públicos es incierto, porque el Estado ya no puede sostenerlos,
por lo que se prevé una salida masiva de estos, a incorporarse a actividades
privadas.
CAMBIO DURO |
Se comienza a experimentar en
Venezuela una economía más privada, sin apalancamiento del sector tradicional
petrolero. Se trata de un cambio brusco y duro para los venezolanos,
acostumbrados por décadas al Estado que pagaba prácticamente todo. Es un camino
para muchos duro y hostil, para otros, se traduce en nuevas oportunidades. |
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