De todo. Hubo de todo. Se
debe comenzar por la ilegalidad del Consejo Nacional Electoral (CNE), al no
permitir la sustitución de candidatos de la Unidad, que hizo perder al menos 3%
de votos, a los factores democráticos, porque desde un principio, no se permitió
la sustitución de candidatos y cuando el ente electoral procedió a informarlo
no había tiempo para cambios, por lo que las tarjetas de candidatos que
declinaban a favor del ganador de las elecciones primarias, no pudieron
cambiarse para que quedaran identificadas con el nombre y la foto del candidato
de la Unidad.
Luego, el régimen, a última
hora, realizó cambios de centros electorales, sin participación con tiempo,
bajo la excusa de que había centros cerca de zonas donde hubo hace meses,
protestas y enfrentamientos con cuerpos represivos. Esto produjo un golpe
sicológico, que si bien ha habido gente predispuesta a no votar, motivaba a no
hacerlo. De esa manera se perdió otro lote de votos.
Pero la clave está en las
maquinarias y en el empleo de recursos de manera desigual. El régimen, que no
ha tenido rubor en saquear al país, menos en usar los bienes públicos, contra
partidos políticos que carecen de recursos propios. El CNE entregó credenciales
a testigos probadamente oficialistas, para eso tienen sus bases de datos, sobre
todo el registro del “carnet de la patria”, mientras a los testigos y miembros
de mesa que no tienen filiación política conocida, les acreditaron muy tarde.
La finalidad era la de controlar centros electoralmente con 100% de personal madurista.
Hay que hace un paréntesis
acá. Las elecciones se tienen que ganar en las mesas, al régimen siempre la ha
interesado tener control en algunos centros electorales, de esa forma, sin
testigos, usan la máquina, en la cual votan por los electores que se abstienen
y no han firmado el libro, en otros centros, la aberración es tal, que meten
votos sin control algunos, sencillamente. Al emitir las actas, lo que sale de
la máquina, es lo mismo que sale en el CNE en Caracas. Es así como se roban los
votos.
¿Qué hacen? A los factores
de la Unidad no les entregan credenciales a tiempo, mientras ellos van llenando
la mayoría de las plazas en cargos principales, toman desde temprano los
centros electorales y se aseguran tratar de tener 100% el control del centro, o
al menos que sólo haya entre uno y tres demócratas, a los cuales amedrentan,
roban y hasta compran en algunos casos, a los testigos demócratas los amenazan,
con bandas motorizadas armadas que circulan durante todo el día, pagados
también con recursos públicos, es en ese momento, cuando en centros electorales
claves toman el control, que se comete el fraude. Por eso muchos centros
electorales en sectores populares intrínsecos, bajo control oficialista, nunca
pierde elecciones a favor de las bandas rojas.
Hasta ese punto, se trata
de una guerra de testigos y miembros de mesa, en que valen son las maquinarias
electorales, los cuadros electorales, la cantidad de recursos que usa cada
sector. Una mesa en que el testigo de oposición, es dejado a su suerte, no
recibe apoyo logístico, o protección a su integridad, será un centro electoral
abandonado y propicio para el fraude.
Es un conjunto de acciones,
todas violatorias de la Ley, si esto no se comprende en los equipos electorales
de los partidos, como si se pudo entender cuando se hicieron las elecciones
parlamentarias, los resultados serán muy adversos. En el caso de Táchira,
Mérida, Zulia, Anzoátegui, Nueva Esparta, se hizo un gran trabajo de equipos
electorales, no sólo votaron, sino que defendieron los votos.
Hay que sumar que hace
falta los dos millones de personas que se han ido del país, que ha habido una
campaña de promotores de la abstención, que el régimen juega suciamente en
todos los terrenos. Que esto no detenga la lucha por Venezuela, la comunidad
internacional sigue atenta y es la gran aliada.
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