Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Maduro no podría hablar de emisión de dinero, de impresión de billetes, de “dinero inorgánico”, porque es hablar contra sí mismo.
Desde el régimen de Nicolás Maduro se dice que en América Latina hay
una rebelión contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), como una manera de
alimentar su discurso, teóricamente izquierdista. Desde los sectores
reaccionarios de la oposición venezolana, se asegura que sí, que el Foro de San
Pablo y los chavistas, llevan protestas por todo el mundo.
Ni lo uno, no lo otro.
La crisis que se vive en varios
países, son los efectos pospuestos de la crisis económica global desatada desde
2008, cuando quebró el sistema financiero del mundo. En aquel tiempo no se
produjo el caos, porque el gobierno de Barack Obama reaccionó y evitó que la
banca privada entrara en debacle. Obama rescató a los bancos, emitiendo dinero
desde la Reserva Federal.
“Fin de mundo”
Al mismo tiempo se comenzó a aplicar una modalidad de tasas de interés
de 0% y las negativas, como el caso de Suiza, en que se ubican en -0,75%. Esto ha
producido una situación muy confusa para muchos, en el “primer mundo”, desde el sistema bancario, se paga para que las
empresas se endeuden y se cobra, si los ciudadanos ahorran.
Aunque el dólar se aprecia contra todas las monedas del mundo, es una
respuesta natural de los ciudadanos, refugiarse primero en la moneda global,
porque desconfían en las de sus países. El mundo está en una guerra de divisas.
La alta emisión de dólares y euros para salvar a los banqueros, se responde también
con emisión de dinero en todos los países.
Es una respuesta natural porque con la devaluación de las monedas, no
se quiere perder exportaciones o ingresos, más en un mundo entrando en
recesión. Los ciudadanos en el mundo
primero se refugian en el dólar y eso será hasta que se den cuenta, que no será
suficiente.
Nadie quiere decirlo
Maduro nunca dirá eso, a pesar que desde el discurso de la izquierda,
sería demoledor para el neoliberalismo, que sin dudas está en franca
decadencia, gracias al excesivo monetarismo. Maduro no podría hablar de emisión de dinero, de impresión de billetes,
de “dinero inorgánico”, porque es hablar contra sí mismo.
Del otro lado tampoco pueden decirlo. ¿Cómo explicar a los ciudadanos del mundo, que deben pagar más cada día
por todo, porque se tuvo que emitir dinero para salvar a un puñado de
banqueros? Entonces resulta fácil para Maduro, señalar al FMI y a los
reaccionarios, a los izquierdistas, que finalmente son unos keynesianos pero muy
extravagantes.
El oro
Lo que está ocurriendo es que el sistema monetario mundial se está derrumbando.
Si bien el dólar en este momento está
revaluándose contra todas las monedas,
se devalúa contra el oro, que es el indicador correcto a seguir.
No es una casualidad que Alemania ha estado repatriando sus reseras de
oro desde EEUU, igual lo hacen los holandeses. En el mundo se preparan para
días más intensos todavía.
La verdad verdadera
Lejos de toda la parafernalia ideológica, de la inviable discusión
entre progresistas y reaccionarios, al mundo le va a tocar duras realidades. En
Argentina, Alberto Fernández no tendrá otra opción que aplicar ajustes
económicos duros y puros, esa sociedad volvió a votar por los peronistas, luego
que no los gustó el experimento de Macri, pero no se dan cuenta que ya no hay
Chávez, y Venezuela no tiene recursos para rescatar parte de su deuda.
En Ecuador los ajustes se harán gradualmente. En Chile, reviven ideas de izquierdas, creyendo en una nueva ilusión
que distribuya las riquezas, que se concentraron en pocas manos.
Venezuela es una muestra. Ahora con la liberación de las tasas de
interés de los créditos comerciales, este país sale de la línea global, en que
hay tasas de interés controladas. Lo paradójico es que los “izquierdistas”
venezolanos, han tenido que liberar tasas de cambio, precios, importaciones,
exportaciones, entre otras, para evitar la debacle total, el derrumbe del
régimen, aunque ello haya permitido reducir la velocidad de la hiperinflación.
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