Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
En Efectivo. El
colapso de una sociedad repercute en todos los sectores. En Venezuela, así como
ha colapsado el Estado, también todos sus nexos internos. En este caso, la
oposición venezolana no escapa al descalabro que ha sufrido este país y es que,
agotados los recursos estratégicos, el derrumbe se comienza a materializar, la
dirigencia luce desgastada y sin propuestas viables.
El chavismo tuvo como base para
el control social y político, el control de cambios, el control de precios y
dominio de sectores económicos. Una acción que produjo corrupción fuera de
control y la destrucción de la economía. En 2018, con la peor hiperinflación
del planeta, en 825.00%, insistir con esa política, lo único que hubiese
producido es una situación de hambruna de tales dimensiones, que hoy Nicolás
Maduro tal vez no estuviese en el poder.
“Huir hacia adelante”
Agotado el recurso de control
social y llevando a la población al extremo de la ruina, un estallido del
pueblo venezolano era altamente riesgoso para la supervivencia del madurismo. Nicolás
Maduro, al borde del abismo tenía dos opciones, seguir “con la huida hacia
adelante” o retroceder. Contra los pronósticos de la mayoría, el madurismo tuvo
que girar, porque huir hacia adelante y continuar con lo mismo, era el salto al
vacío. Maduro liberó el dólar y los precios, lo que se tradujo en una
recuperación del desabastecimiento y eso le ha devuelto dos años más en el
poder, con una reforma que pocos esperaban.
El salto al vacío
En un sector de la oposición
política ocurre algo similar. El grupo político identificado como el G4, se ha
quedado en una posición invariable y de manera ortodoxa intenta repetir
fórmulas ya fracasadas, para sacar a Maduro del poder. Abstenerse como en 2005,
solamente entregará la Asamblea Nacional al madurismo y promover una “consulta
popular” que promete llevar a una salida del poder del madurismo, es quizá mucho
más fantasioso que la gesta de la supuesta intervención militar extranjera.
Seguir con las mismas políticas que han conducido a una serie de fracasos, es “huir hacia adelante”. En términos políticos este sector de la oposición ha llegado al borde del abismo y por lo visto se prepara para saltar al vacío.