EN EFECTIVO
LA
ADMINISTRACIÓN DE NICOLÁS NO TIENE UNA SOLUCIÓN ESTRUCTURAL
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
El “mercado permuta”
tampoco será una solución. No es que se sea pesimista, sino que definitivamente
en la administración de Nicolás o son muy tercos o no saben qué están haciendo.
La permuta de bonos es el cambio de títulos en dólares por títulos en bolívares
y viceversa, de allí se pacta un precio subyacente del dólar y del bolívar.
Sí el dólar se consigue
cambiando bonos, ¿Quiénes tienen los bonos en su poder? Los inversores
privados, bancos nacionales, una parte algunas instituciones públicas e
inversores internacionales. La deuda de Venezuela se ubica en USD 105
millardos, sin meter los bonos de Pdvsa. Esa deuda está en manos privadas, en
su mayoría.
El Banco Central de
Venezuela (BCV) tiene reservas internacionales de apenas USD 22 millardos, que
no son operativas casi todas.
Si el nuevo “mercado
permuta” abre, nadie venderá sus bonos para recibir bolívares -que se imprimen
a diestra y siniestra- y mucho menos a precio regulado.
Como ni el BCV ni la misma
Pdvsa tienen el músculo financiero para hacer frente al tamaño de la deuda ya
colocada en manos de inversores, deben emitir nuevos bonos, es decir endeudar
más al país y a la estatal. Analistas estiman que emitan al principio USD 3
millardos para ofrecer permutas desde la estatal. Luego prevén que emitan otro
tanto más para poner en manos del BCV y este pueda intervenir en el mercado en
caso de ser necesario.
Esto es estirar la arruga. No
se estaría generando divisas por trabajo, sino por vía especulativa, propiciado
por la propia autoridad financiera. ¿En verdad Merentes cree que con una nueva
emisión podrá con el volumen de deuda ya colocado que supera al BCV en más de
80%, por ejemplo? Y ni hablar de los USD 3 millardos de una nueva emisión.
En todo caso la única vía
de recuperar la economía y el valor del bolívar es atrayendo inversiones, para
que esto ocurra se debe hacer cambios en la política económica del país y eso
al parecer está muy lejos en manos de los tercos que se hacen llamar “socialistas”.
Con la nueva permuta, Merentes estira la arruga, otro pañito de agua.
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