A PESAR DE LAS
AMENAZAS
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Las amenazas de Maduro no
pegan ni en los trabajadores públicos. Con los sueldos de hambre que tienen los
maestros, docentes, médicos, enfermeros, bomberos, policías y la administración
pública, no hay como seguir presionando a la gran mayoría de los empleados
públicos que dependen del Estado.
Hay una especie de
rebelión, hay empleados públicos, abiertamente montados en la campaña electoral
a favor de la Unidad Democrática, aunque muchos les dicen que es riesgoso
porque los pueden botar de sus trabajos, estos responden: “los que van a salir
botados el 6 de diciembre son los jefes esos que nos andan amenazando”.
Otra parte hace el trabajo
en silencio. Esto ha despertado grandes preocupaciones en el madurismo, que
sabiéndose derrotado y con un alto margen de diferencia, ha comenzado en varias
ciudades del país una campaña sucia, con pintas en las calles en que escriben
amenazas contra los “chavistas”. La campaña de la Unidad Democrática es contra
el madurismo y los jerarcas del PSUV no logran como resucitar a Hugo Chávez.
“No más regaladera de casas”,
“No más becas”, “Cuenta regresiva a los chavistas”, “Muerte a los chavistas”.
Son mensajes que escriben en paredes en varias ciudades, como la última opción
a ver si aquel pueblo que le dio el voto a Chávez, reacciona temeroso creyendo
que les quitarán lo dado.
La desbandada es brutal, la
gran mayoría de los venezolanos, arruinados, sin encontrar comida como es
debido, ha concluido: “Que más nos pueden quitar”. Un maestro que el madurismo
ha condenado a ser pobre con un miserable salario, no lo va a pensar dos veces,
incluso hasta llena su uno por diez y se ofrece para cuidar los votos. Las amenazas
de Maduro son cantos de sirena, cuidado y más bien detrás de toda esa
balandronada, no está listo también su cursito de inglés con Cilia.
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