Si se llega al día de las elecciones de la constituyente, habrá un todos
contra todos, la población en las calles resistiendo, los militares del plan
República fundidos con el pueblo, otros reprimiendo, los maduristas enfrentados
entre sí por imponer sus candidatos, más de 70% de centros electorales sin
poder funcionar, es el fin de la tiranía
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
En el madurismo, una tendencia circunstancial, surgida por varias
facciones del chavismo que se han unido para evitar perder el poder y la
aplicación de la justicia, ha surgido una nueva fractura. Se trata del ala de
militares que dirige Cabello, enfrentada ahora con los castrocomunistas, Jaua y
Maduro, por querer controla la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que por
ahora dan como descontado podrán implementar para finales de julio.
El madurismo, conformado por ambas facciones, ya tienen como objetivo
aniquilar al chavismo, ese que lo llevó al poder, así como el chavismo aniquiló
a los medios de comunicación, a los izquierdistas y empresarios que le apoyaron
en 1998, es el mismo proceso. Pero el cabellismo sabe que si los
castrocomunistas coronan el control de la ANC, estos serán arrasados, lo mismo
ocurrirá si es el cabellismo el que logra el control, pero al contrario.
Si antes de los difíciles días de julio que se avecinan, no se logra
la que presión que ha puesto Washington sobre Cuba, Nicolás ceda en Venezuela y
se vaya, ya que ese es el propósito de Trump al revertir los beneficios a la
isla, el paso siguiente es llegar al día de las elecciones de la constituyente,
lo que puede considerarse el Día del Juicio Final en Venezuela, el día D, o de
la batalla final, ese día habrá un enfrentamiento en este país, de un “todos
contra todos”.
Por una parte las dos facciones pro-constituyentistas, intentando
movilizar a votantes para imponer a sus candidatos en la ANC, los
castrocomunistas, contra los cabellistas, en eso estarán muy ocupados.
Por otro lado, el sector chavista, conformado por los civiles y por
los militares que han sido desechados del gobierno y que ahora agrupados en la
figura de poder que tiene la Fiscal General de la República, estará haciendo lo
contrario, promoviendo la abstención y tratando de evitar que el régimen lleve
votantes, dando contra órdenes en las comunidades para que no vayan electores a
participar.
Habría más situaciones muy difíciles. El pueblo venezolano, que
actualmente hace mayoría, y que se ha mantenido en protestas en más de 2 mil
eventos de calle desde abril, con miles de detenidos, heridos y más de 80
muertos por la represión, no se quedará de brazos cruzados, ese día veríamos a
la población tomando las calles con plantones, trancas, protestas masivas,
marchas, barricadas, sectores pacifistas como los factores radicales que
consideran que la confrontación de calle es una vía para salir del actual
régimen. Esa reacción popular, sería espontánea, no habrá necesidad si quiera
que nadie la convoque, ocurrirá porque el pueblo comprende que en vez de salir
a votar o quedarse en casa, será más efectivo estar en las calles bloqueando
vías, lo que afectaría la movilización de votantes, sería masivo y contundente.
Lo anterior va a provocar una fuerte represión, guardias, policías y
algunos mercenarios, si todavía hay gente dispuesta a hacerlo para entonces, saldrían
a reprimir para poner orden público, estos enfrentamientos podrían afectar
muchos centros electorales en los que inevitablemente se verían involucrados
los militares del Ejército del Plan República. Veríamos muchos centros
electorales asediados, en algunos podría haber reacción de militares, que
tendrían que decidir, si disparan a las turbas enardecidas o se unen a la
revuelta, en otros centros electorales, controlados por milicianos, la
situación sería de confrontación, esto podría originar que militares y
ciudadanos en rebelión terminen unidos, enfrentado a las fuerzas represivas del
régimen, lo que estaría metiendo al país en la guerra civil, directamente.
Antes, muchos centros electorales no podrían ni siquiera entrar en
funcionamiento, por una parte las protestas que serían incluso desde el día
anterior a la instalación de mesas, evitarían que los miembros de mesa,
principales, suplentes y testigos, logren llegar a las mesas, por otro lado, la
enorme mayoría de de miembros de mesas no se presentaría, porque se estarían
apegando al llamado del artículo 350 de la Constitución, para entonces aplicado
legalmente desde la Fiscalía y por líneas de sus partidos políticos, además las
rectoras del CNE habrían sido imputadas, pero estas amparadas en el TSJ ilegal,
seguirían adelante con el proceso.
Realizar la elección de la constituyente será imposible para el
régimen, pues los centros electorales, no sólo no tendrán asistencia de
votantes, primero porque 90% de la población no va ir a votar, segundo porque
la ola de protestas, que va a contagiar a los militares, no permitirá que los
centros electorales, al menos 70% de estos puedan operar en el país, el caos, enfrentamientos
y un conato de guerra civil, podría servir la mesa para intervención
extranjera. Si insisten en la ANC, ese día, habrá sido, históricamente, el fin
de toda la tragedia de Venezuela, fin del castromadusrismo en Latinoamérica y
el inicio de un nuevo proceso en este país, sin poder hacer la elección, el
oficialismo queda sin más que hacer, que tener que huir del país. 18/06/2017