La Policía Nacional colombiana, está preparada en la ciudad con equipos
antimotines, se espera que la ola de inmigrantes, venezolanos buscando comida,
se convierta en factor de perturbación del orden público después del 30-J, los
operadores cambiarios hablan de un dólar en 30 mil bolívares y los que viven
del contrabando de gasolina se inquietan ante las amenazas de que por sanciones
extranjeras en Venezuela se desplome la producción de combustibles, con se
sostienen casi 80 mil familias de la región
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
La incertidumbre que se ha apoderado del país, respecto a lo que
pudiera ocurrir, de llevarse a cabo la elección de una asamblea nacional
constituyente, convocada por el mandatario Nicolás Maduro, sin cumplir con el
primer requisito para que la misma tenga la legalidad, de hacer un referendo
previo para consultar a la población si está de acuerdo con una reforma
constitucional , como vía para resolver la crisis económica, política y social
que hay en Venezuela, afecta en las últimas semanas todos los precios en todos
los mercados, el riesgo se dispara al alza, la desconfianza se hace más intensa
con la descomunal caída del valor de los bonos de la deuda de Venezuela y de
Pdvsa, el dólar en los mercados no autorizados sigue al alza, el aumento de
precios de los alimentos se hace indetenible y aleja al venezolano cada vez las
posibilidades de mantener una dieta balanceada, se produce una estampida de
decenas de miles de ciudadanos a través de la frontera con Colombia, las
autoridades colombianas, ataviadas con equipos antimotines en la ciudad de
Cúcuta, reciben a los connacionales que huyen despavoridos a lo que es
inminente un “cataclismo” de dimensiones grandes a lo que pudiese ocurrir en
las próximas 72 horas en este país.
Huyen los inversores
El desplome del valor de los bonos de la deuda, envía un claro
mensaje. Los inversores temen lo peor, desde una situación de confrontación
interna de mayor intensidad a la vivida en los últimos tres meses, hasta las
sanciones económicas, que según voceros del Departamento de Estado y de la Casa
Blanca, así como de congresistas norteamericanos, EEUU estudia aplicar no sólo
a funcionarios venezolanos que están señalados de tener fortunas en ese país a
través de interpuestas personas, sino de haber usado el sistema financiero de
esa nación, para lavar recursos provenientes del narcotráfico y la corrupción.
La caída del valor de los títulos de deuda de Venezuela, se ha profundizado,
el mercado huye de estos bonos. Comenzando el mes de julio, ya había un fuerte
retroceso de -8,06% acumulado desde que el oficialismo anunció hacer una
asamblea constituyente, la cual ha desarrollado una campaña electoral con
mensajes y candidatos nada claros, que no muestran convicción para asumir los
cambios que prometen en áreas sensibles como la economía, la producción y
distribución de alimentos en el país, el mercado, el control de cambios, la
banca, además se suma la gran cantidad de amenazas del sector que es dominado
por un grupo de militares que ya ha sido sancionado y que ocupa cargos
importantes, dirección de cuerpos policiales y, cuyo grupo enfila sus baterías
contra la Fiscal General Luisa Ortega, amenazada con ser destituida, así como la
disolución de la Asamblea Nacional (AN), y entregar las funciones legislativas,
de control y supervisión del gobierno a lo que sería un nuevo parlamento
emergente, como el “congresillo” que funcionó en 1999, cuando se hizo una
asamblea constituyente para cambiar la Constitución de 1961.
La crisis política, que es un factor que ha generado perturbación,
inestabilidad y una ola de protestas y motines durante tres meses en todas las
poblaciones de Venezuela, no podría estabilizarse si el grupo madurista sigue
adelante con el proyecto que se ha planteado, puesto que políticamente no
tendría respaldo de 85% de la población, según importantes encuestas, además el
PSUV tendrá que hacer enormes esfuerzos para superar la votación que la Mesa de
la Unidad (MUD) obtuvo el pasado domingo 16 de julio, con una consulta nacional
en que se expresaron casi 7,5 millones de venezolanos y que ha tenido respaldo
y reconocimiento internacional.
Estos factores han hecho que el mercado se vuelque a salir al precio
que sea de los bonos venezolanos. Sólo entre la semana pasada y el inicio de
ésta, el desplome ha sido mayor para caer -7,22% adicional de manera conjunta.
Es tal la caída que títulos como el de Pdvsa 2017N, ha perdido sólo en julio
-11,60%, desde los 90,99 puntos hasta 80,43, registrado el pasado martes, se
trata de un bono que ya sería liquidado este año y que los inversionistas
deberían tener en sus carteras, esto revela la fuerte aversión contra la
economía venezolana en el marco de la situación crítica que se atraviesa. En un
índice general propio, que hace seguimiento al valor de los bonos de Venezuela
y Pdvsa conjuntamente, el desplome sólo en el mes de julio es desde los 72,17
puntos, hasta 60,42 puntos, ello indica que el mercado estima a que el PSUV
llegará hasta las últimas consecuencias con este proyecto de reforma
constitucional y cambios que se propone a partir del próximo domingo.
Comida imposible de comprar
La aversión a los instrumentos venezolanos se siente también en la
caída del bolívar. El dólar paralelo abrió en julio en 7.153,86 bolívares,
según las casas de cambio de Cúcuta, mientras que hasta el pasado martes, el
precio se ubicaba en 8.687,50 bolívares, esto es un aumento de 21,43%, sólo en
las últimas tres semanas. Esta subida de precios del dólar se ha convertido en
un factor perturbador y en más “gasolina para el incendio que se tiene”, debido
al impacto que tiene en el precio de los alimentos que los venezolanos compran
en las fronteras, tanto la colombiana como la de Brasil, lo que explica que ya
en Caracas, los productos importados, como la harina de maíz, cuesta hasta
14.000 bolívares el kilogramo.
La subida del dólar se estima que continuará, la administración Maduro
sigue presionando el mercado interno de bolívares, emitiendo dinero por la vía
electrónica al cubrir el déficit estatal y las pérdidas de venta de gasolina de
Pdvsa, lo que incentiva a que la población acelere la demanda de divisas como
protección contra el alza de precios. Operadores cambiaros en la frontera, del
lado colombiano, han estimado que después del 30 de julio, habría otra realidad
en materia cambiaria y se oyen precios de hasta 30 mil bolívares por dólar de
llevarse a cabo la asamblea constituyente que asumiría plenos poderes y en la
que no hay confianza para que se realicen cambios esenciales para resolver la
crisis económica, al contrario el mercado de deuda y el de divisas, estiman con
sus cotizaciones que el asunto se empeorará.
La crisis se expande
En todo esto, el discurso del presidente Donald Trump, está siendo
tomado en cuenta. El nerviosismo se ha apoderado de la región occidental, los
venezolanos salían el pasado fin de semana de Venezuela en decenas de miles
hacia el otro país, muchos inmigrantes y otros en busca de alimentos y
medicinas. Cúcuta se encuentra tomada policialmente con equipos antimotines preventivamente.
En la región se comienza a sentir mayor crispación, si la constituyente se
lleva adelante y se aplican sanciones económicas extranjeras contra Venezuela,
que afecten el proceso de producción de gasolina. El impacto en la zona se va a
sentir, debido a que a lo largo de la frontera, son al menos entre unas 80 a 60
mil familias de lado y lado que viven directamente del contrabando de gasolina
desde Venezuela. La crisis venezolana amenaza, con que la ola de disturbios que
hay en el país, llegue al oriente de Colombia, puesto que la cantidad de
“pimpineros” que trafica el combustible venezolano, podría promover conflictos,
además la falta de alimentos en el lado venezolano se acrecentaría ya que si
desaparece el incentivo que genera la gasolina barata en la zona, no tendría
sentido para los colombianos vender alimentos a los venezolanos a cambio de
bolívares que ya no tendrían el respaldo como contraparte, como ocurre
actualmente con el combustible subsidiado. 28/07/2017