General Vladimir Padrino López.
Entre mayo, junio y julio,
en Venezuela se desarrollaba un estallido social por hambruna. Los motines del
hambre plagaban al país, saqueos de automercados, abastos públicos, asaltos de
camiones en carreteras, las ciudades encendidas fueron Maracaibo, Cumaná,
Maturín, Guarenas, Tucupita, Maracay, todos vimos la situación en Petare, centenas
de pueblos del interior, entre otras. Comida no había. Se recordaba que para
entonces, el ex ministro Miguel Pérez Abad había anunciado que se reducían las
importaciones de alimentos en más de 50%, se veía el fin de Mercal, Pdval y
Bicentenarios, reducidos a una bolsa que administran facciones oficialistas en
los barrios y gobernaciones, en que hay más corruptelas, que comida. El
Observatorio de Conflictividad Social midió al menos unas 700 revueltas sólo
entre junio y julio.
Usted, señor general,
Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, tuvo que decidir entre pasar
los tanques sobre la población para reducirla y que retrocedieran a sus casas,
con las consecuencias de las bajas humanas a producirse, o buscar una “válvula”
de escape, que consiguió y le ha permitido ganar tiempo desde entonces. Se
abrieron las fronteras para que entraran alimentos, así fuera a precios
internacionales, se encargó de la vigilancia para los despachos, por lo que
cambió a los jefes de la Guardia Nacional, cambió al jefe de los puertos y se
encargó de la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS), además Nicolás Maduro
en Gaceta Oficial promulgó la liberación de precios de al menos 1.300 productos.
Es evidente que su acción, dijo todo de lo que usted es capaz de hacer, otro
“loco”, sin titubeos produce la masacre. Todo quedó hasta allí, hasta que se
acercaban los días para recoger las firmas del referendo revocatorio.
El referendo revocatorio, fue
percibido por parte de 85% de la población, como un paso importante, en el
marco de la civilidad, para dar salida del poder a Nicolás Maduro, a quien
todos identifican como responsable de la crisis, ya que su “guerra económica”,
no la compran ni sus cuadros oficialistas, y el sector radicalizado del PSUV,
con el que por cierto, usted, Padrino López no tiene las mejores relaciones,
además de Raúl Castro, lograron quitarle al pueblo, la herramienta en la que
tenía esperanzas para comenzar a dar solución a la situación. Aun se recuerda
que usted dijo “un gobierno que no gobierna, no puede llamarse gobierno”, por
eso es que esto es una total anarquía, asunto que tiene usted bien claro, a
juzgar por sus declaraciones anteriores.
Suspendido el referendo, la
situación crítica ha vuelto. Es tan así que en todo el año el dólar estuvo
estabilizado en 1.000 bolívares.
En los últimos meses, los
reportes de sus subalternos, con decomisos de alimentos y la llegada de
importación, son reveladores, porque no son suficientes. Que traigan 30 mil
toneladas de azúcar, se entiende que se trata de un kilo por persona, que sólo
alcanza para cubrir la demanda de una semana y cada semana no llegan
cargamentos similares al país. Usted bien sabe, que en Venezuela, no se produce
prácticamente nada, todos lo sabemos.
El hecho de haber bloqueado
el referendo revocatorio, ha vuelto a generar incertidumbre, allí puede ver
usted el precio del dólar, sobre los 2.500 bolívares, puede ver como la comida
se dispara al triple, obviamente, si la traen de otros países y se paga en
divisas, no se podría esperar otra cosa. A finales de noviembre hay que pagar
nuevamente bonos de la deuda e intereses, que a pesar del canje de bonos, pesan
en el nivel de reservas internacionales que tiene el Banco Central de Venezuela
(BCV), lo que sin duda impulsará la divisa estadounidense sobre los 3.000
bolívares, si a ello agrega que el BCV, piensa introducir nuevos billetes de
alta denominación, de por lo menos 10.000 y 20.000 bolívares, habrá mucho más
dinero circulando, que divisas, lo que hará escalar mucho más el precio del
dólar, ergo, el de la comida que usted tiene a cargo y que la gente no podrá,
como ya ocurre, comprar.
Esa situación de escasez de
divisas está incidiendo en el asunto de la importación de componentes de la
gasolina. Citgo, que ya está sobre endeudada, no tiene capacidad de continuar
enviado cargamentos a Venezuela y los datos de los trabajadores petroleros es
que de 290 mil barriles diarios que se consumen en el país, apenas se procesan
90 mil barriles diarios. La escasez de divisas que seguirá aumentando, seguirá
incidiendo en esta nueva contingencia. Tome en cuenta que la falta de divisas
es tal, que no se podrá seguir subsidiando la gasolina, por lo que en los
primeros días del año próximo, urge aplicar fuertes aumentos, para detener la
“hemorragia” de pérdidas que da este producto. Poca y muy cara.
La misma escasez de divisas
y los actuales precios del petróleo, no dan para sostener el consumo que
precariamente se cubre con el CLAP, pregunte y saque cuentas, no crea en lo que
aquí se escribe. Para las semanas finales de enero y principio de febrero del
año próximo, la situación de altísimos precios va a ser insoportable, igual la
escasez, que por el empobrecimiento general de la población, no será posible reabastecer
o volver a construir inventarios con nuevos precios en el marco de lo que sería
el inicio de la espiral de hiperinflación. Puede contar con que los motines del
hambre, esos que usted no quiso aplastar con los tanques entre junio y julio, volverán
a las calles, las masas hambrientas y empobrecidas, en medio de esta anarquía,
se verán obligadas a buscar el pan que costará mucho y que no habrá manera de
comprarlo. A la escasez de comida, debe agregarle, general, la escasez de
gasolina.
Falta más
Si usted cree que los
eventos descritos anteriormente, que se comenzarán a desarrollar en los tiempos
señalados, son terribles, hay mucho más. Para 2017, hay que pagar al menos 14,7
mil millones de dólares de deuda, una gran parte en abril. Actualmente ese
monto no existe en reservas internacionales y los ingresos previstos para el
año próximo no permiten cubrir deuda, subsidio de alimentos y de combustibles,
dotar al sector sanitario y dar cobertura al presupuesto nacional, tampoco
pagar el convenio Cuba-Venezuela, que se “chupa” 7 mil millones de dólares al
año, por unos supuestos 40 mil médicos que nos curan a los venezolanos.
Venezuela y Pdvsa se dirigen al impago de deuda.
Sobre el punto anterior
debe considerar algo adicional, por si le parece poco, general. La llegada al
poder de Donald Trump, en Estados Unidos, traerá consigo una caída drástica de
los precios del petróleo. El nuevo presidente norteamericano, viene con
propuestas para inundar el mercado mundial de crudo, con la baja de
regulaciones del sector energético y la implementación del gran oleoducto de
Keystone, que hará que el precio del crudo, una vez este señor sea investido,
comience a caer rápidamente, de hecho, los iraníes, han visto esto así y le
acaban de inyectar 230 mil nuevos barriles diarios al mercado. De nada les
servirá señor general, que los militares tengan bajo su control empresas
petroleras, que no podrán competir con los altos volúmenes de EEUU, de Rusia y
los árabes. Podrá usted ver el crudo en 2017, por debajo de 20 dólares. Lo que
obviamente hará más difícil, toda esta situación.
Pero Trump no sólo viene
con una movida en la materia energética, sino en la financiera. Uno de sus
objetivos es eliminar la Ley Dodd-Frank, que fue implementada por Barack Obama,
un pragmático que a cambio de rescatar al sector financiero norteamericano,
para evitar males mayores, les implementó normas que hacen “más seguro” dicho
sistema y evitar una nueva crisis económica como la de 2008. Esa ley impone
regulaciones y restricciones que hacen poco rentable el negocio bancario, Trump
está dispuesto a eliminarla, en cambio ha propuesto que los bancos insolventes,
deben apegarse a procesos de “quiebras ordenadas”. Señor general, usted se
preguntará en qué tiene esto que ver con Venezuela. Mucho. Obama siempre movió
sus alfiles en función de evitar descalabros, en su país y en países
extranjeros de la región, no son casuales las visitas de Shannon y Kerry, una
razón de que el régimen chavista no ha sido derrocado, es que supo implementar
un sistema de manutención de países inviables con la renta petrolera, lo que no
desagradó a Obama, más en su gestión deficitaria, la del “negro”. Pero a Trump,
un ultra conservador, no le importará dejar hundir en el impago de deuda a
Venezuela. Más aun que se le debe es a los banqueros de Wall Street, contra
quienes tiene sed de venganza, los que Trump ha señalado como los responsables
de las calamidades de los trabajadores norteamericanos, por lo que para
Venezuela, no habría ayuda posible para evitar el impago de deuda y sus efectos,
no habrá alfiles gringos, tipos como Shannon, Kerry, que vienen y a la
oposición le soban las espalda para que respiren hondo y aguanten, porque hay
que cuidar la civilidad, la democracia, hasta en ese pantano metieron al Papa
Francisco.
Pero hay más. Tome en
cuenta general Padrino López, lo que está ocurriendo con la banca venezolana,
se dirige a la quiebra. Este tema nadie quiere abordarlo, porque es echarle más
leña a este incendio, pero a la población, nadie le podrá seguir tapando nada,
ni mintiendo, porque la calamidad se vive a diario, en la calle. El hecho de
que la cartera de créditos, crezca por debajo de los niveles de inflación que
tiene Venezuela, da indicios de que el sector anda muy mal, y el diferencial es
muy grande, en ese indicador, eso lo palpa el común, cuando intenta sacar
dinero de los cajeros automáticos y no dispensan, cuando intentan cobrar un
cheque, sobre todo en bancos públicos, en que se debe esperar que alguien
llegue a depositar algo de efectivo, en el colapso de los puntos de ventas. Una
declaratoria de impago de deuda sería la lápida al sector bancario venezolano,
que acumula mil millonarias pérdidas en dólares, al pasar del dólar de 10
bolívares al de 660 bolívares, además uno de los grandes activos de la banca venezolana,
son los bonos de deuda, esos que Hugo Chávez obligaba a comprar y que hoy
tienen valor de 50% en los mercados, con la amenaza de la probabilidad que no se
paguen a partir de abril de 2017. Si eso ocurre, el alza del dólar y el impago
de deuda, podrían borrar al sistema financiero venezolano, del mapa. Y no habrá
en EEUU, un Obama pragmático, que lance medidas ambiguas, que a cambio permitiría
que las fichas rojas se mantengan en el poder, en medio del caos desatado. Un
impago de deuda, (que sólo lo podría
resolver un nuevo gobierno, renegociando con los acreedores), obligaría a
que se perdiera Citgo, porque las demandas sobrarán, con ésta, se perdería
definitivamente, la producción total de gasolina en el país, para entonces.
Entonces, ya no es la falta
de comida, que en agosto de este año usted pudo resolver abriendo unas
fronteras. Es un asunto mucho más grave, exponencial, de múltiples dificultades
que los cañones, las bombas lacrimógenas, los “colectivos”, las balas, no van a
resolver, los Castro con toda su inteligencia criminal, nada podrán hacer ante
el derrumbe total del sistema. Usted no podría detener el alza del dólar,
tampoco ponerse a producir gasolina de la nada, hacer subir el precio del
petróleo, ni evitar el impago de deuda, que traerá consigo el hundimiento
total, no sólo del gobierno que Maduro detenta, sino de todo el país,
incluyendo sus tropas, ejércitos y demás.
Los civilistas e
institucionalistas, los políticos, apuestan a las elecciones, la población
civil, hambrienta y cansada, sin armas, no tiene otra herramienta, tiene
esperanzas en una salida electoral, lo único que tiene 85% de una población
arruinada y muy arrecha contra el “status quo” chavista, hoy vilmente
enriquecido, con fortunas bloqueadas en el extranjero que dan cuenta de la gran
estafa consumada contra el pueblo venezolano, que ni medicinas tiene y que su
gobierno tampoco permite entrar, por ayudas y donaciones. Hoy le queda claro a
cada venezolano, que sin elecciones, no habrá solución alguna a toda esa
apocalíptica previsión, que sin duda alguna, le pone a usted, señor general, la
pelota en su terreno, así usted permanezca en silencio, trate de evadir, desde
este momento, queda claro que usted, señor general, no duerme bien, diga usted
si es capaz de pegar bien un ojo, sin que le corra el nerviosismo en su ser y
el pálpito del corazón acelere en momentos de lucidez y racionalidad, que un
militar, suele tener, al meditar, porque quien anda callado, es porque pensando
está.
Volvemos al principio, otra
vez, toda esta compleja situación, de nuevo le obliga a que en los próximos
tres meses, tome decisiones, serán difíciles, se sabe ya, porque en el gobierno
tiene camaradas, amigos y enemigos, pero el tiempo se ha terminado, ya no habrá
Vaticano, ni mesas de diálogos, ni ningún otro artificio distraccionista que
valga. Que Dios nos tome confesados a todos. 25/11/2016