Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
El venezolano de a pie, que sufre los embates de la crisis
económica, ocupado en ver como completa el plato de comida del día, ignora lo
que ocurre en la política venezolana, ámbito tomado por la guerra de clanes
políticos, clanes militares, mafias corruptas y grupos económicos que crecieron
a la sombra de los gobiernos antes de Chávez y con este. Mientras el pueblo
pasa hambre, los poderosos se baten en una guerra a muerte por el control de
las ruinas.
Hay una guerra en el oficialismo y otra en la oposición, así
como entre las dos visiones, un todo contra todos que ha derivado en una
tragedia sin precedentes, muertes y enfermedades, asesinatos políticos,
encarcelamientos, persecución, colapso de las instituciones, crisis económica,
hiperinflación, escasez, hambre, emigración, pobreza generalizada, colapso
económico, caos, saqueos, hampa sin control, destrucción de la FAN, crímenes
ecológicos, destrucción de la industria petrolera, pérdida de la soberanía
monetaria y territorial.
Guerra por recursos e
impunidad
En el oficialismo, el madurismo y el chavismo-4F luchan por
el control de los pocos recursos. Acusados por el mundo y por los factores
democráticos de corruptos, narcotraficantes, violadores de Derechos Humanos,
sancionados y no reconocidos como gobierno legítimo, ambas facciones se
enfrentan para evitar tener que rendir cuentas ante la historia y la justicia.
La facción que controla el contrabando de gasolina se
resiste. Se trata de un inmenso negocio que ha dado pérdidas a la nación por el
orden de los 12 mil millones de dólares al año, una de las causas de la
hiperinflación, ya que estas pérdidas las cubre el Banco Central de Venezuela
(BCV) con emisión de dinero. El madurismo, obedeciendo la línea chino-rusa, ha
propuesto el precio internacional, sin éxito hasta ahora.
Entre el madurismo y el chavismo-4F, existen diferencias
fuertes, porque el sector madurista mantiene negociaciones con Estados Unidos,
con el propósito de desbloquear las sanciones, el chavismo-4F teme que ese
sector sea entregado finalmente en medio de esos acercamientos, como se ha
visto con el Grupo Boston y su lobby en Washington de la mano de senadores de
EEUU.
Sueñan con volver
En el lado opositor el drama es igual. Un sector poderoso, resotos
de lo que llamaban antes los Amos del Valle, ex banqueros que estuvieron con
Chávez e hicieron sendos negocios bajo la sombra de éste, luego de la “quiebra”
de sus bancos, como por ejemplo el Banco Federal, atrincherados en Miami con los recursos
provenientes de la “quiebra”, mantienen un enfrentamiento contra la dirigencia de
los partidos políticos.
En medio de campañas mediáticas desarrolladas en redes
sociales, se ha pervertido la acción política, es lo mismo que ocurría cuando
Chávez, Globovision era donde los dirigentes políticos desarrollaban su agenda,
sin patear la calle, ahora el debate se ha mudado de plataforma.
Ese sector económico, que pretende volver a tener influencia
en Miraflores, comenzó desde el mismo día que se eligió a la nueva Asamblea
Nacional (AN), su conspiración, presionaron con todo para que se produjera la
Ley de Amnistía y pidieron ser incluidos en la misma como perseguidos
políticos, a lo que se negó un sector opositor que catalogó la “quiebra” de sus
bancos, en estafas. Allí comenzó la guerra contra la AN, al tildar a un sector
de “colaboracionistas”, “traidores”.
La división
En cuanto a los partidos políticos, sus principales
dirigentes mantienen también serias diferencias. Al ganar la AN, confiados en
la victoria, cada cual propuso su agenda, López la constituyente, Capriles el
referéndum, Ramos la enmienda, Machado las protestas y la calle, Falcón las
elecciones. Divididas las fuerzas, eso afectó a la Unidad y se diluyeron los
equipos electorales conformados para el 2015, que lograron vencer la maquinaria
electoral del PSUV con 7,7 millones de votos que no pudieron arrebatar,
terminando en un desastre en las elecciones regionales y municipales.
La división de la oposición es una de las situaciones más
graves, ya que la comunidad internacional no logra articular una estrategia
para ayudar desde afuera a producir acuerdos y negociaciones, puesto que no se
sabe a quién promover para una transición debido a las divisiones.
La población debe asumir que mientras exista esa división,
no será posible lograr acuerdos y sin estos no habrá consenso para enfrentar la
crisis económica y la hiperinflación, males que seguirán su curso abatiendo al
pueblo en la peor pobreza, escasez y hambre nunca vistas en este país.
El sector plutocrático en Miami, ha envilecido la lucha y
con una farsa matriz de opinión de que llegaban los marines a invadir a
Venezuela, se paralizó todo, no hay movilización ni agitación política, tampoco
se vota porque la gente asumió la postura abstencionista.
Reforma a la vista
Por su parte, en medio de esta tragedia, el régimen
madurista luce cómodo y esgrime un plan, que aunque no lo explica, las acciones
lo dicen todo. En vista del destrozo opositor, China se mueve para buscar la
solución económica y la propuesta de los asiáticos es el viraje, volver a lo
privado. Rusia también hace su parte, comparten el tema económico, pero sin
ceder el control político.
Las corrientes opositoras están enlodadas en un terreno del
que posiblemente no saldrán, tanto los electoralistas, como los que creen que
habrá una invasión extranjera. El régimen apunta a 2020 para recuperar el
control político en la AN, el madurismo aplastará al chavismo-4F o al menos lo
someterá a sus designios, sólo así podrá aplicar la reforma que se proponen los
chinos y rusos.
Los chinos buscarán el consenso con Washington, todos los
proyectos que se plantean para Venezuela requieren pasar por EEUU por asuntos
de tecnología, requieren reactivar el Sistema Eléctrico Nacional y la industria
petrolera y todo ello depende de Norteamérica, para eso promoverán eliminar las
sanciones, tan es así, que Cabello, en una forma de capitulación, ha dicho que
no hay ningún nuevo proyecto de cambiar la Constitución en la ANC.