La semana próxima son las
elecciones de Estados Unidos. Es un evento, que supedita la salida a la crisis
política, económica, social, sanitaria y de criminalidad que azota a Venezuela.
Hay que recordar lo siguiente: el jefe político de Nicolás Maduro es Raúl
Castro, dictador de Cuba. Cuba es mantenida por Venezuela, con 7 mil millones
de dólares al año, con el llamado convenio Cuba-Venezuela, además Venezuela
mantiene a otro grupo importante de países de Centroamérica y del Caribe, con
Petrocaribe, asunto que nunca ha desagradado a los “gringos” y que
políticamente es direccionado por Castro. Cuba, aparte de su convenio, también
recibe al menos 80 mil barriles diarios de petróleo de la saqueada Venezuela.
La situación política en Venezuela, depende de elecciones norteamericanas |
Hay que recordar más. La política
de Barack Obama, acompañado por la Iglesia Católica, en el caso de Cuba, y un
sector de Europa, tal como lo reportaba desde un principio Rafael Poleo,
director del diario El Nuevo País, ha sido la de insertar a Cuba en el
capitalismo. Obama ha llevado adelante procesos similares, con Irán, cambios
interesantes en China y bloqueo contra Rusia, sin necesidad de usar la
confrontación bélica. Resolver lo de Cuba, tiene sus efectos sobre Venezuela. Pero
hay quienes obstinada y hasta interesadamente, obvian esto y se enfrascan en
buscar a un chivo expiatorio, a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una
coalición de partidos que no ha hecho otra cosa que buscar la salida de la
crisis venezolana, por la vía democrática, civilista, institucional pacífica y
electoral, porque el terreno violento, es de los bárbaros del oficialismo.
En ese proceso, llega el
fin del mandato de Obama. Coincide con la grave crisis de Venezuela, que es la
de la insolvencia económica. Ante el inevitable estallido social, que pudo
derivar en situaciones devenidas sin control, en junio y julio, el sector
militar abre las fronteras y obliga al régimen a liberar precios, para palear
la crisis alimentaria que había sacado a la población a saquear en las calles. Llegado
el tiempo de pagar deuda externa, Pdvsa anuncia un canje de deuda porque está
en las puertas del impago, situación esta que de suceder, desataría
turbulencias en los mercados de deuda y bursátiles, en medio de una situación
global con tasas de interés negativas en el mundo desarrollado, que contagiaría
a los mercados en olas de venta de activos de riesgo, con caídas importantes en
valores relacionados con el sector energético, ya muy golpeado por la baja de
los precios del petróleo y los impago de deuda de las petroleras
norteamericanas no convencionales que han quebrado por la misma situación. Todo
ello en la recta final de las elecciones norteamericanas.
Donald Trump, ha criticado
a la banca de Wall Street, por sus excesos, al gobierno de Obama, por su
insolvencia y fortísimo endeudamiento, a la emisión de dinero inorgánico, que
terminan pagando los contribuyentes norteamericanos con inflación y al
financiamiento que los desafueros del casino financiero en Nueva York comete,
cuando se financia a países como Venezuela, bajo la dirección de políticos como
Hugo Chávez, quien llevó la más oscura administración, para dar uso
discriminado a los fondos prestados, ya que con el Fondo Monetario
Internacional debía presentar cuentas claras y transparentes.
Wall Street, en su mayoría,
financia la campaña de Clinton.
Toda esa serie de factores
tiene incidencia en lo que ocurre en Venezuela.
Si Pdvsa o Venezuela
declarasen el impago de deuda, dinero de los contribuyentes norteamericanos,
que pagan con inflación, el discurso nacionalista y conservador de Trump es
alimentado, porque qué necesidad tiene el trabajador norteamericano de que con
su trabajo, se financie regímenes como el de Hugo Chávez, en que terminan
robándose todo, y los ladrones ahora viven como mecenas en EEUU, mientras el
trabajador norteamericano recibe tasas de interés de 0% y alto costo de la vida,
y de paso, ahora Venezuela no tiene como pagar.
Si Trump ganase las
elecciones de EEUU, muere la negociación EEUU-Cuba.
Entonces surgen los “apagafuegos”,
los verdaderos.
Thomas Shannon y John
Kerry, ambos funcionarios norteamericanos con fuertes contactos con el régimen
de Maduro, en el marco de las negociaciones EEUU-Cuba, señalan el camino:
Venezuela no puede bajo ninguna circunstancias, caer en impago de deuda antes
de las elecciones de EEUU, así como tampoco puede permitirse que ocurra una
poblada, que desaloje a Maduro del poder así nomás y que una situación devenida
derive en más incertidumbre. Esto devela que las acciones de Maduro y Eulogio Del
Pino, son del más arraigo “pitiyanqui”, asunto del que reniegan. Llega El
Vaticano, llamado por Castro, luego que le “dan la patada a la mesa”, con la
suspensión del referendo revocatorio, para proteger a Maduro bajo la sotana de
los curas.
Hay que tomar en cuenta,
que la MUD ha hecho de manera impecable la labor política, arrinconar al régimen
al punto que está sentado dialogando con actores de segunda en la oposición, la
dictadura se debió conformar con eso. Ahora bien, el nuevo gobierno
norteamericano arranca en febrero de 2017, por lo que esta situación puede
extenderse para esa fecha. Es muy posible que antes del 8 de noviembre sean
liberados grupos importantes de presos políticos, para negociar la calma,
evitar sobresaltos en la transición de Obama y el nuevo gobierno
norteamericano, para dar paso a un nuevo gobierno en Venezuela, ya que a partir
de abril de 2017, el impago de deuda de Venezuela es inevitable, y si para entonces la Clinton es la presidenta, entonces sus "panas" de Wall Street, le exigirían la cabeza del que gobierne en Venezuela, en vista de que ya no tiene como pagar.
Si algo hay que criticar a
la MUD y de manera muy objetiva, es que en ese juego de poder, no ha tenido
políticamente, la creatividad de negociar directamente con Castro, términos de
la actual crisis.