Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Los principales partidos políticos que dominan la Asamblea Nacional
(AN), anunciaron un nuevo acuerdo, en que se ratifica que el régimen de Nicolás
Maduro debe cesar, con una propuesta adicional como la que expone Juan Guaidó,
de renunciar a seguir siendo presidente interino, siempre y cuando Maduro haga
lo propio.
El regreso del PSUV a la AN, ha
permitido demostrar que el Parlamento venezolano, se ha constituido en un
factor de poder. En las negociaciones internacionales, el acuerdo entre
EEUU y Rusia, o en todo caso, entre los presidentes Donald Trump y Vladimir
Putin, derivan en lo que se pude denominar es la “Agenda Abrams”.
La oposición política ha llegado a un punto en que la realidad les
alcanza. El “cese de la usurpación”, no ha sido posible, por lo tanto hay
cambios en la conducción de la confrontación contra el régimen. Es una movida
correcta, no se puede seguir en un hoyo y seguir cavando.
Quienes tienen la fuerza
En la crisis venezolana los factores de poder se decantan. Primero están
las potencias, EEUU y Rusia. Con las potencias vienen sus empresas petroleras,
que en el fondo es lo que se debate, pero a puertas cerradas en este caso. En el
fondo para ambas visiones, es indistinto quien gobierne a Venezuela en lo
sucesivo, siempre y cuando su gobierno logre traer la estabilidad y las reglas
claras en el desempeño económico, político y social y no el caos que generó el
chavismo/madurismo.
En el marco de una negociación acordada y monitoreada por los factores
EEUU-Rusia, que derive en elecciones, estas serán reconocidas por la comunidad internacional.
Los militares
La fuerza militar es la que más poder tiene en el país. El general
Vladimir Padrino ha logrado mantener cohesión en las filas castrenses. Los altos
mandos, involucrados en situación de corrupción, violación de Derechos Humanos
y otros crímenes, han sentido la presión de las sanciones de Washington y
expresan su determinación a la negociación, buscan evadir la justicia de alguna
manera.
Padrino evitó que la fuerza armada se dividiera en dos bandos, uno a
favor de Guaidó y otro a favor de Maduro, con lo que evitó una confrontación
armada, que hubiese podido derivar en una guerra civil. Washington intentó
producir la estampida en los mandos militares, pero no logró ese objetivo,
aunque sí ha podido mantener cohesión internacional en contra del régimen y aplicar
sanciones que obligan a este factor a negociar.
La Asamblea Nacional
El Parlamento venezolano ha sido un factor de poder real, desde que
goza del respaldo de más de 50 países y tiene aliado a EEUU. Las sanciones
petroleras y otras, han permitido que el régimen chavista/madurista reconozca
de nuevo al Parlamento y haya vuelto para llevar adelante el proceso de
acuerdos y negociaciones, según las directrices en el marco del acuerdo
EEUU-Rusia.
El propio presidente Vladimir Putin, le indicó a Maduro debía respetar
la AN y no apoyará decisiones fuera de los acuerdos que se alcancen en el
Parlamento.
La AN es dominada por los principales partidos políticos del país, AD,
PJ, VP y UNT. Estos cuatro factores han garantizado su apoyo a Juan Guaidó, en
una demostración a Washington de trabajar por la unidad. Los norteamericanos
han exigido este elemento, mantenerse cohesionados, porque la decisión de ir a
un proceso electoral, con divisiones internas, podría terminar en un rotundo
fracaso.
El régimen chavista/madurista
Aunque está totalmente acorralado, el régimen chavista/madurista ha
logrado sostenerse en el poder. Lo primero es que la fuerza armada se mantiene
leal a Maduro y en medio de las sanciones de Washington, Rusia ayuda al régimen
con el tema petrolero, aunque obteniendo gigantescas ganancias.
En el régimen se ha desarrollado una confrontación. El sector chavista
radical ha librado una lucha interna contra el madurismo, el cual negociaba con
Washginton de manera directa. Luego del desarrollo de la actual crisis, se ha
forjado un nuevo pacto entre Cabello y Maduro, con el propósito de resistir. Ahora
en las negociaciones con EEUU, de las que el propio Trump dijo que eran ciertas,
están incluidos personeros del sector radical.
Es notable el nuevo aire de Cabello y Maduro, la alegría les ha
vuelto, tras las negociaciones con EEUU, no difundidas. Entonces deciden ambos,
aceptar el regreso a la AN, aunque disimulen muy bien la derrota política que
esto implica.
Hacía donde se transita
En la AN debe producirse la designación del nuevo CNE, para organizar
nuevas elecciones. Aunque el camino no será fácil. El madurismo no puede
confiarse en el chavismo radical, el cual buscará osbtaculizar cualquier
acuerdo para llegar a las elecciones del Parlamento de diciembre de 2020.
Los factores extremos de la oposición y del PSUV tienen coincidencia
en esto, sabiendo que no tienen votos suficientes y mucho menos maquinaria
electoral, no aprobarán nada que tenga que ver con contarse.
Fracaso de los beneficiarios de
la renta petrolera
El llamado sector “radical” opositor, en todas sus variopintas formas,
no cuenta como un grupo con poder real, salvo el poder económico. Antiguos ex contratistas, operadores
financieros y testaferros de los gobiernos de antes de Chávez, sus herederos y
los que estuvieron con Chávez, alojados en Madrid, Londres y Miami, desarrollan
operaciones para desprestigiar a la oposición política, con el propósito de
imponer un liderazgo que estos grupos puedan controlar.
Se trata de ex banqueros, ex contratistas y muchos que se beneficiaron
del dólar preferencial en Venezuela, que mantienen
los capitales logrados bajo la sombra estatal y la renta petrolera, expuestos a
los vaivenes de los mercados internacionales, hoy hundiéndose en recesión y
en una crisis deuda global con tasas de interés negativas, que devora todo
capital que se le atraviesa.
Estos sectores añoran volver al poder, tener influencia sobre el
destino de los fondos públicos de Venezuela que originan la renta petrolera,
como en aquellos tiempos de Pedro Tinoco en los gobiernos del pasado, y los de
Alejandro Andrade con el chavismo.
Estos sectores no tienen influencia alguna en términos políticos,
luego que el Grupo IDEA, creado por los ex banqueros Nelson Mezerhane (Banco
Federal, Globovision, Diario Las Américas) y Oscar García Mendoza (Banco
Venezolano de Crédito, Novopayment y vínculos con Panampost) intentaron montar
control sobre la OEA y sobre lo que todavía denominan el “TSJ en el exilio”.
El Grupo IDEA quiso controlar a Voluntad Popular a través de Lilian Tintori
y no pudo, pero si mantienen control sobre María Corina Machado.
Sólo pueden liderar algunas campañas mediáticas falsas, para
desprestigiar, en redes sociales.
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