Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
En agosto de 2018, el régimen de Nicolás Maduro no tuvo más remedio que liberar el uso del dólar en Venezuela
La Asamblea Nacional (AN), que lleva un indicador de inflación, por la
omisión del régimen de Nicolás Maduro, anunció que cerró en 23,5% en septiembre
de este año. La inflación acumulada en
lo que va de año es de 3.326%, muy lejos de la previsión del Fondo Monetario
Internacional (FMI), ubicada en 10.000.000%. En el último año, la
hiperinflación persiste y es de 50.100,30%.
La hiperinflación en Venezuela viene desacelerando. En enero de 2019
se ubicaba en una inflación interanual de 2.688.870%. Al señalarse de una
hiperinflación en desaceleración, quiere decir que los precios siguen subiendo,
pero ya no en la velocidad que lo hacían el año pasado. En Venezuela hubo un
momento en que los rubros subían los precios diariamente.
Maduro, el reformista
En agosto de 2018, el régimen
de Nicolás Maduro no tuvo más remedio que liberar el uso del dólar en Venezuela,
al publicar el Convenio Cambiario Nro 01, que quitó la exclusividad de la
compra y venta de divisas al Banco Central de Venezuela (BCV). Desde antes, el régimen había publicado
decretos de liberación de precios de rubros básicos, materializado en reuniones
no públicas, con factores del sector privado, el mes de noviembre de 2018.
También se permitió la
liberación de las importaciones, quitando al sector militar la exclusividad en
esta área. En enero de 2019, comenzó una medida drástica o extrema, al aplicar a los bancos venezolanos 100% de
encaje legal, lo que hizo que los bancos redujeran sus posiciones en bolívares
excedentarios y esto impactó en una reducción del otorgamiento de créditos.
Maduro también dio freno a los
aumentos de salarios mínimos. En marzo de 2019, el TSJ emitió una sentencia
que permitía a los patronos y trabajadores acordar el tipo de moneda a usar
para pagar sus salarios. El sector
público es el más impactado con la austeridad extrema en materia salarial,
mientras el sector privado puede pagar mejores salarios, que si bien todavía no
son suficientes, permite a muchos enfrentar parte de la crisis.
Más recesión
Maduro ha tenido que aplicar medidas particulares, que si bien han
permitido que la hiperinflación desacelere, han aumentado el componente de
recesión de la crisis. Las empresas se
han visto imposibilitadas a crear nuevos empleos, aunque en 2019 se hayan
aumentado los inventarios, no hay una creación de nuevos puestos de trabajo,
porque el volumen de ventas es bajo.
La razón es que la masa laboral
más grande del país, pertenece al sector público y con la práctica congelación
de los salarios, un trabajador del Estado, apenas gana 2 dólares al mes.
El régimen tuvo que frenar el alza de salarios, porque lo hacía antes
con dinero inorgánico, uno de los componentes de la hiperinflación. Maduro entonces
persigue en silencio dos objetivos, reducir la hiperinflación y al mismo tiempo
los bajos salarios, reducen la nómina pública. Los trabajadores de este sector
renuncian masivamente.
En medio de la diatriba política, el régimen, que pacta también en
silencio elecciones con la oposición y con EEUU, quiere llegar a un proceso electoral
con menos inflación, como parte de su estrategia para recuperar apoyo popular.
Salarios irreales
Aunque se pudiera interpretar que las medidas de Maduro son efectivas,
desde el punto de vista econométrico, todavía está lejos de resolver la crisis
económica en pleno. Maduro ha sacrificado a los trabajadores, la caída del
consumo es muy grande, tanto así que en medio de la crisis, se percibe en el
comercio ofertas y descuentos, que son vistas indiferentemente por la
población.
Si bien la hiperinflación en
Venezuela ha desacelerado, en el último año ha subido 50.100,30%, que al
compararse en la subida de los salarios, todavía es muy alta, porque los
sueldos sólo han aumentado 2.122% en los últimos 12 meses.
Crisis y sanciones
El régimen sigue con graves problemas para generar recursos. La captación
de impuestos por el SENIAT, es devorada de inmediato por la inflación, por lo
tanto es de poca ayuda. La gasolina se
sigue vendiendo a precios irreales, aunque haya habido conversaciones
informales de que los salarios podrán ser aumentados, si suben los precios de
la gasolina, con ese dinero se daría cobertura a los salarios del sector
público. En esto último no hay nada concreto.
Las sanciones de EEUU, se
convierten en un factor que hacen que la crisis no ceda o se haga más difícil
de enfrentarla, porque no hay inversión en Venezuela, ni extranjera, ni
nacional. Las sanciones evitan que cualquier compañía llegue al país, esto
resta ingresos e imposibilita recuperar los salarios.
Las sanciones petroleras también afectan porque el Estado no tiene
ingresos suficientes, pero a las sanciones hay que sumar la debacle y
destrucción de Pdvsa por el chavismo/madurismo, que produjeron la debacle de la
producción petrolera, antes de las medidas de Washington.
SENCILLITO
CRIPTOMONEDAS EN VENEZUELA |
Cada día hay nuevas noticias sobre el uso de las criptomonedas en
Venezuela. En Maracaibo un joven diseñador que recibe pagos por sus trabajos
con Bitcoin Cash, reunió 200 taxistas a los que instruyó como recibir pagos con
este “token”. Ya hay tres cajeros Bitcoin, uno en San Antonio del Táchira, otro
en Mérida y otro en Caracas. La tienda Traki abrió posibilidades de pagos con
criptografías en sus tiendas en la capital.
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