Los últimos eventos, en que una parte del oficialismo sólo tiene como
alternativa lograr la división opositora, en abstencionistas y los que si
quieren votar, o entre “salidistas” y los partidos de la MUD, ahora con el
ingrediente de la guerra sucia, con audios de dudosa procedencia, como el que
hicieron con Daniel Ceballos y su señora esposa, la alcaldesa de San Cristóbal,
Patricia de Ceballos, son las patadas de ahogado de un modelo que ya está en
pleno colapso.
Las palabras de Aristóbulo Istúriz fueron una confesión a principios
de año: “Si eliminan el control cambiario, nos tumban”. Aunque Nicolás Maduro
ha negado la dolarización, esta está ya en los puertos, las navieras, la venta
de carros, de pasajes aéreos, los servicios de pagos de la banca con las
emisoras de plásticos y sistemas de pago, y de manera informal en la compra y
venta de inmuebles. Una manera de desmontar el control de cambios, no hay otra.
La inflación descomunal, calculada por Steve Hanke, profesor de
economía miembro del Instituto Cato de Washington en 335% anualizada, no la ha
podido frenar ningún ente fiscalizador del régimen, ya no tiene sentido multar,
perseguir o confiscar mercaderías, porque la crisis de las empresas es muy
grande.
La fragilidad del régimen es enorme, esto pende de un hilo. Pero el
problema radica en que la confrontación en el seno opositor entre grupos
radicales y los partidos políticos, no les permite articular una estrategia
coherente y contundente, más allá de convocatorias a marchas gigantescas y bien
nutridas como se demostró el sábado, o el llamado a participar en elecciones,
dos agendas opuestas que marcan división en las bases antichavistas. Lo mismo
ocurre en el partido de gobierno, donde otra situación de confrontación interna
sacude lo poco que queda. En el alto PSUV, los funcionarios que hay,
atrincherados en los cargos del poder desatan una batalla por salvar lo que
puedan y quedar impunes. De desatarse los demonios, no habrá dirigencia capaz
de contener la ira social, ni de ningún
lado ni del otro.
Sanpablera
/ Se viene una ola de protestas, huelgas y reclamos de tipo laboral, de
trabajadores del sector público, en casi todos los organismos públicos,
gobernaciones, alcaldías y entes que controla el PSUV, debido a la falta de
pagos y bajos sueldos.
Cuidado
/ Debido a las denuncias que medios internacionales han formulado sobre
narcotráfico de funcionarios venezolanos, un escenario de violencia en las
calles sería propicio para que el tema saliera de la opinión pública y el foco
internacional que ha tenido el tema.
Más
mentiras / Se espera toda una “novela” de fuerte carga mediática de
parte del régimen, con el tema del traslado de alias “el colombia”, señalado de
asesinar a Robert Serra, Maduro ha dicho que ya se sabrá de autores
intelectuales, recordará aquello del “testigo estrella” del ex Fiscal Isaías
Rodríguez, con el asesinato de Danilo Anderson.
De
mengua / Siguen muriendo venezolanos por falta de medicinas y el mal
funcionamiento de hospitales, por lo que el actual gobierno se mantiene en
abierta violación a la Constitución, en la que se señala que el Estado
garantiza la salud de los ciudadanos.
Lo
van a volver loco / Es fuerte la presión que tiene Nicolás Maduro,
quien está entre Raúl Castro y el ala militarista del chavismo, ahora con las
frecuentes visitas de Thomas Shannon a Venezuela la situación se hace más
tensa, los temas de conversación son las de la captura de corruptos y
narcotraficantes, además de soluciones a la situación económica de Venezuela,
Maduro no hay qué hacer.
SENCILLITO /
Se avecina un cataclismo político y social
Se esperan fuertes efectos sociales y políticos, sacudidas grandes en
pocas semanas, luego del alza súbita del dólar y otros indicadores económicos,
que golpearán duramente al bolsillo venezolano. Los inversionistas globales que
han estado comprando bonos de la deuda venezolana por su precio de ganga
vuelven a salir de estos debido a que la subida del dólar envío un mensaje
claro: Maduro no tiene dólares, a pesar de todos los movimientos que ha hecho
en busca de recursos.