China no apoya una intervención militar, pero tampoco acusa a Guaidó de dar un golpe de estado, Rusia no está dispuesta a perder sus inversiones en Venezuela
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
La declaración de uno de los voceros más radicales de Rusia, el
ministro de Exteriores. Sergei Lavrov, luego de la fracasada visita de Delcy
Rodríguez, en representación del régimen madurista en Rusia, indican que las
negociaciones en torno a Venezuela se acelerarán y Nicolás Maduro seguirá
perdiendo apoyo de sus principales aliados.
Lavrov dijo que están abiertos en el Kremlin a las conversaciones “bilaterales”
con Estados Unidos, sobre la crisis en Venezuela.
Rodríguez, quien funge como vicepresidente de Maduro, estuvo en Rusia
y no fue recibida ni siquiera por Vladimir Putin. La crisis económica de
Venezuela, y ahora la situación de bloqueo petrolero que sufre Pdvsa, afectan a
Rosneft, la petrolera rusa, una empresa que genera ingresos a la federación y
además es una herramienta útil para la política exterior.
El colapso de Venezuela, que no se produce esencialmente por el
bloqueo petrolero, sino por las políticas erradas del chavismo/madurismo,
régimen que mantuvo excesivos controles económicos que produjeron la quiebra
del sector petrolero venezolano, afecta a Rosneft. Los negocios de Rusia en
Venezuela son profundos, su participación en la producción petrolera venezolana
ha superado 15%, para Putin es mucho para perder.
Maduro ha fracasado
Rusia mantiene el criterio de que Maduro no podrá recuperar la
economía. Venezuela requiere de unos 20 mil millones de dólares al año, sólo
para que los 30 millones de habitantes puedan cubrir necesidades básicas como
comer, sin incluir el presupuesto para las funciones de gobierno, inversión en
infraestructura, pago de deuda externa, entre otros.
Viene más caos para Maduro
En Estados Unidos se prepara una tormenta perfecta. A la gesta del
presidente Donald Trump, que ha puesto de rodillas al chavismo/madurismo, se le
suma una coalición de inversionistas o tenedores de deuda de Venezuela y de
Pdvsa, que comenzaron con las demandas, por el impago de unos 10 mil millones
de dólares. Los llamados “fondos buitres” merodean ya la situación.
El madurismo se expone a una ola de embargos en poco tiempo.
Según datos de Bloomberg, fondos de cobertura, recientemente creados,
están aglutinando a grupos de inversores, los cuales discuten sobre lo que
sería una renegociación de deuda en el marco de un cambio de gobierno.
Venezuela no paga intereses y capital de su deuda desde noviembre de 2017.
El pulso Rusia - EEUU
La crisis política que ha desatado Trump, ha sido criticada por Rusia,
que se ha opuesto a una intervención militar extranjera, que según voceros de
la Casa Blanca, es una de las “opciones sobre la mesa”. Putin y sus subalternos,
mantienen un apoyo público a favor de Maduro, sin embargo, Rosneft, que forma
parte de la estrategia del gobierno ruso, siendo una empresa, se expone a mil
millonarias pérdidas.
Putin no tiene otra opción que respaldar la caída de Maduro, pero está
claro que lo hará de manera ordenada con Washington, en un proceso de entrega o
cambio, controlado y garantizado. Al menos ese fue el mensaje que Delcy
Rodríguez se llevó.
Si bien China se ha pronunciado contra la intervención en Venezuela,
bloqueó en la ONU la propuesta de elecciones libres hecha por Estados Unidos,
no tiene una posición tan radical como los rusos, ya que tampoco han calificado
la propuesta de Juan Guaidó, como un “golpe de estado”. China mantiene
relaciones y conversaciones con ambos sectores, su posición es mucho más pragmática,
pues sus inversiones y préstamos son más cuantiosos.
Hasta ahora Maduro ha resistido los embates para su defenestración
final, no sólo ha tenido el respaldo extranjero de las dos importantes
potencias, sólo en el terreno político y diplomático, en Miraflores están lo
suficientemente claros que si ocurriera una incursión militar por parte de
fuerzas occidentales, Rusia y China no aportarán tropas o fuerzas, como ha
ocurrido en Siria.
A pesar que Juan Guaidó ha dicho que su gobierno mantendría relaciones con Rusia, no se ha sido específico en garantías al respecto, se trata de un
tema que el mismo Guaidó y la dirigencia política venezolana no tenga directamente
en sus manos, sino que lo manejan en Washington a juzgar por las declaraciones
de John Bolton, el asesor de seguridad norteamericano, quien hace semanas
explicó que con empresas petroleras norteamericanas ayudarán a Venezuela.
El colapso general
La crisis interna está empeorando. Los precios siguen en alza a pesar
que Maduro aplica medidas reformistas a rápida velocidad, ha liberado el uso
del dólar y otras divisas en Venezuela, ha liberado a las empresas para las
importaciones, planea impuestos en divisas para el comercio, ha permitido el
pago de salarios en divisas extranjeras, para muchos analistas, estas medidas
llegan muy tarde.
Los venezolanos siguen sufriendo los efectos de la crisis en los
hospitales públicos, en Los Andes se ha desatado una ola de apagones por fallas
de Corpelec, la estatal de electricidad y las colas por falta de gasolina se
multiplican por todo el país.
Maduro con Pdvsa y Guaidó con Citgo
Pdvsa se mantiene bajo el control de los militares que apoyan a
Maduro. Juan Guaidó y su equipo político, ahora tienen control directo sobre
Citgo, una filial de Pdvsa que ha sido separada de la petrolera para mantenerla
fuera del alcance de las sanciones estadounidense, la cual aportaba ingresos
importantes para Maduro, esta empresa controla varias refinerías y unas seis
mil estaciones de servicio en Estados Unidos.
La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela ha designado una nueva
directiva para Citgo. El madurismo intentará en tribunales norteamericanos
bloquear a la AN.
Estas conversaciones “bilaterales” que ha propuesto Estados Unidos,
podrían tener la finalidad de acelerar negociaciones sobre las posiciones e
intereses de las principales potencias involucradas en la peor crisis que ha
sufrido Venezuela, lo que sin duda tendrá efectos en un cambio de gobierno y
políticas.
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