ACABARON LA PRODUCCIÓN NACIONAL Y GANAN IMPORTANDO
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
Todas las crisis económicas tienen detrás un
factor que las desata. Es la codicia. El excesivo uso de crédito en Wall Street
en la década de los 20, produjo una burbuja que derivó en la Gran Depresión, todos
se endeudaban e invertían en el mercado. En 2008, los excesos con los bonos
hipotecarios, produjeron otro evento similar.
La crisis económica socialista, en Venezuela
no escapa a ello, y es la codicia, el aspecto fundamental que lleva a este país
por los derroteros de un fracaso económico.
En el caso venezolano, una política “socialista”,
una economía “socialista”, tiene un origen de la postura codiciosa, también en
el orden “socialista”. La corrupción de los jerarcas pesuvistas.
La explicación surge luego de conversar con
productores agrícolas, al sur de Anzoátegui, quienes una y otra vez han visto
sus cosechas de maíz perderse. Allí están claros, “a los funcionarios no les
interesa que en Venezuela se produzca, porque ellos ganan comisiones importando
maíz y comisiones en dólares en el exterior, nos hemos quitado las vendas de
los ojos”. Fue así como fracasó el Plan Agroalimentario que una vez se quiso
implementar.
Es obvio. ¿Qué le importa a un alto
funcionario, con capacidad de emitir autorizaciones para importar, a otros con
capacidad de otorgar divisas preferenciales, que en Venezuela haya fincas
productivas de carnes, pollos, leche y rubros agrícolas? No les interesa,
porque producir en Venezuela no es un negocio para ellos.
Eso explica el arrase de fincas y empresas
nacionales, es un asunto que deriva de la codicia de quienes a través de la
corruptela se enriquecen, mientras el resto de Venezuela entra en una crisis
económica de grandes dimensiones.
Lo peor es que no hay voluntad de rectificar,
sino de acentuar el asunto, muestra de ello la última canallada que se les
ocurre de implementar sistemas biométricos para controlar las compras de los
ciudadanos, eso significa que no piensan corregir el desabastecimiento del país,
con producción nacional, sino seguir en el gran negocio, pero tratando de
restringir al ciudadano venezolano su “acceso a los bienes”.
La codicia no es buena consejera, en ningún
mercado, en la última crisis, la de Estados Unidos en 2008, dejó 30 millones de
desempleados en una semana por todo el mundo, quebró al banco más grande
conocido, arrastró a los países europeos a una crisis de deuda, elevó los
precios de las materias primas, entre otros.
El no corregir este asunto, no va a sacar a
Venezuela del desastre en el que ya está metido, poco tiempo, muy poco tiempo
queda para que la totalidad del país esté frente a la realidad, enfrentado a la
verdad verdadera, que por cierto será dolorosa.
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