El acuerdo EEUU-Rusia no incluye al sector chavista militar-radical, el cual busca evitar su debacle, lo que acentúa las diferencias entre el chavismo y el madurismo
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Como se ha informado, el acuerdo EEUU-Rusia que contempla la salida
del régimen de Nicolás Maduro por la vía electoral, sigue su curso. Sin embargo
ha habido situaciones que buscan torpedear por una vía violenta que tal resolución
se produzca. Los apagones son producto del sabotaje del sector chavista radical, que no entra en las negociaciones que se desarrollan en el extranjero.
Una salida por la vía de elecciones, ha dividido al régimen, del lado del madurismo están de acuerdo, del chavismo radical, no. Las condiciones entre
rusos y norteamericanos son que ni Nicolás Maduro, ni Juan Guaidó sean
candidatos presidenciales, puesto que ambos se atribuyen la presidencia de
Venezuela.
El chavismo radical, no apoya
ese acuerdo, porque en el chavismo/madurismo, desde el sector que lideran
los cubanos y rusos, se propone imponer una figura distinta a las aspiraciones
de los viejos dirigentes del chavismo militar, estos últimos se han comenzado a
mover para evitar una debacle que los termine obligando a desertar, huir o
convertirse en colaboradores de la justicia norteamericana, como ya ha ocurrido
con muchos.
Hay militares notables de ese grupo que están en la labor. Convencer al
resto que deben apoyar la transición propuesta por Guaidó y la Asamblea
Nacional (AN), adherirse a la Ley de Amnistía.
El presidente encargado de Venezuela, ha revelado a la prensa
internacional que ya hay contactos con militares venezolanos.
En los dos sectores se ha comprendido la importancia de establecer
puentes con el sector opositor que mantiene firme respaldo de unas 52 naciones.
Cambio de estrategia
Si bien el sector chavista militar-radical ha logrado torpedear otros
acuerdos anteriores, su estrategia de producir el caos en Venezuela, como forma
de presión no le ha arrojado los resultados esperados. Mientras más sufrimiento
haya en la población venezolana y el colapso general del país avanza, más fácil
es para los fines de la negociación internacional, imponer el cambio.
Dentro de la Fuerza Armada Nacional (FAN), existe el debate. Hasta ahora
militares pro Maduro, que son una minoría, pero controlan los mandos principales
y la mayor disposición de poder de fuego y los militares pro Guaidó, que son
más numerosos, pero con poco poder y pocos mandos, han logrado evitar una
división interna para resolver las diferencias por la vía del enfrentamiento
armado que podría conducir a una guerra civil.
También, el control de la FAN, está en manos de los militares asesores
cubanos.
Este sector radical no apoya las últimas decisiones que ha aplicado Maduro de manera silenciosa, como la liberación del dólar en Venezuela, según
el Convenio Cambiario Nro 1 de agosto de 2018, la flexibilización de
importaciones de materias primas por parte de las empresas, entre otras.
Estados Unidos ha logrado implementar presión a Cuba, al sancionar los
buques que llevan petróleo a la isla, lo que hará que la situación económica de
los cubanos comience a empeorar en próximas semanas. La intención es doblegar a
los mandos cubanos.
El pronunciamiento militar
Dentro del sector chavista militar-radical, se estudia la posibilidad
de un acuerdo con el resto de militares y producir un pronunciamiento en contra
de Nicolás Maduro. Aun se espera que exista consenso para ello. Esto sería una
forma de abortar las elecciones pactadas en el acuerdo EEUU-Rusia, permitiría
dar paso a la transición de manera formal y muchos militares lograrían colarse
en la nueva situación, evitando la presión directa de Washington.
El sector chavista militar-radical no ve beneficios en la realización
de unas elecciones. Del lado norteamericano existe la amenaza contra los
principales líderes, de terminar presos “en Guantánamo”, mientras a Maduro se
le ofrece “una jubilación en una isla”.
No cuentan con los rusos
Del lado de los rusos tampoco hay concesiones. El año pasado estos quería
cobrar la deuda de Citgo, como los norteamericanos no permitieron que fuese
ejecutada en su territorio, Rusia reclamó la refinería de Amuay, la cual
recibiría inversiones para ponerla a producir gasolina, pero los venezolanos
debían pagarla a precio internacional.
Maduro desató una campaña con el nuevo precio que tendría la gasolina,
sin embargo el chavismo militar-radical, involucrado en el contrabando de combustible
hacia Colombia, al ver que perderían el control del gigantesco negocio una vez
que el precio fuese equilibrado a la tasa internacional, advirtió al madurismo
no entrar en ese territorio, con un artefacto explosivo, un “drone”, en la
avenida Bolívar de Caracas.
Desde entonces Maduro no se volvió a referir al tema del aumento de la
gasolina públicamente y los rusos vieron frustradas sus aspiraciones y
afectados sus intereses.
El chavismo militar-radical, se beneficia de las gigantescas pérdidas
de Pdvsa, entre unos 12 a 15 mil millones de dólares al año, con el contrabando
de gasolina, la cual entra a Colombia para apoyar la producción de cocaína que
se ha multiplicado, uno de los factores que ha hecho que Washington coincida
con Moscú en enfrentar a este sector en la crisis venezolana.
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