La pretensión de quienes están en el poder, de querer acallar los medios de comunicación de España, delata la arrogancia en la que todavía se regodean estos personajes. Afortunadamente Maduro y Arreaza ya no tienen suficiente petróleo para cambiarlo por censura. Exigir a las empresas españolas que están en Venezuela a que le pida a los medios de ese país que se silencien, como lo han hecho en Venezuela, muestra el alto grado de fascismo en que se encuentran estos señores, la arrogancia y el querer dar exhibiciones de poder.
Ya aquella Pdvsa que lo daba todo se acabó, la acabaron ellos mismos, hoy la entregan poco a poco a las compañías transnacionales, ni siquiera le han podido pagar a Repsol los dividendos en su asociaciones mixtas, ¿Con qué se sienta la cucaracha?
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