Los venezolanos se
preguntan a diario qué va a pasar, debido a que el gobierno no aporta
soluciones a que los suministros de comida y medicinas mejoren
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
El factor de incertidumbre que hay en el país, tiene a los ciudadanos
con la incógnita ¿Qué va a pasar?. En las colas para la compra de alimentos,
las personas se preguntan “hasta cuándo será esto”, lo mismo ocurre en
ciudadanos que no consiguen medicamentos.
El cuadro de la economía venezolana ha sido harto explicado, un país
al que no le alcanzan los recursos para cubrir su desempeño en 2016, para pagar
deudas, mantener la alimentación mínima, medicamentos y demás, se encuentra en
plena parálisis y colapso total.
El gobierno de Nicolás Maduro, que bajo la conducción de cubanos, con
muy pobre experiencia en el desempeño económico, intenta sostener sus acciones
con más dinero inorgánico, lo que ya a estas alturas no funciona porque se está
en una especie de barco, que tiene orificios por todos lados y resulta más
económico, cambiar el barco, que tapar todos los huecos.
Con la actual crisis deficitaria de medicamentos, ya en 80%, el sector
sanitario está colapsado, se suma la falta de alimentos, que ya se ha vuelto
crónica, lo poco que hay es sumamente costoso. Ya el sistema de racionamiento
no es suficiente, debido a que 70% de personas que hacen colas para comprar
comida a precios regulados, no logran abastecerse. Estos factores se imponen
como combustible para que el malestar social derive en situaciones de violencia
en las calles.
Las medidas que Nicolás Maduro ha estado imponiendo, no tienen los
efectos esperados, porque no son suficientes. La recaudación de impuestos ya no
le funciona al gobierno, porque no cubre los presupuestos públicos, la
impresión de dinero, tampoco resuelve la situación, a más dinero, más inflación
y esta golpea nuevamente los presupuestos públicos.
El aumento de la gasolina, que tendría una incidencia en los precios
de todos los rubros, se sumaría a la situación de inflación que ya está fuera
de control del Estado. Además se estima, y la referencia así lo permite prever,
el gobierno aplicaría un aumento de combustibles, como una medida aislada,
fuera de un plan integral.
El control de cambios es insostenible. El gobierno no tiene forma de
controlar lo que ya no tiene disponible. Los reportes de venta de oro monetario
ya están en la prensa internacional y dan cuenta de que el gobierno se ha ido
deshaciendo de sus reservas en grandes cantidades, al mismo tiempo la
disponibilidad de divisas líquidas también es muy baja. El control de cambios
sucumbiría ante la realidad económica, de hecho un sector de la economía
funciona bajo la dolarización, la venta de vehículos, inmuebles, hasta hay
delincuentes que secuestran y exigen los rescates en dólares.
El petróleo dejó de ser la fuente de financiamiento de Venezuela, por
lo menos para 2016, los ingresos petroleros no son suficientes.
La situación he llevado al extremo a los ciudadanos, los reportes de
la gente que está pasando hambre comienza a hacerse públicos, tal como los que
mueren de mengua en hospitales. Esta situación podría conducir a dos
escenarios, el primero es que la sociedad y el resto de políticos opositores
decidan soportar la crisis o el segundo, que esto derive en situaciones propias
de los estallidos sociales, ahora con más fuerza, que cuando las protestas de
2014, cuando aun Maduro tenía 40% de popularidad, situación en que las Fuerza
Armada Nacional (FAN), tendría que intervenir para restablecer el orden, con
las consabidas consecuencias que este tipo de situaciones conllevan.
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