Que todos necesitan que
Nicolás Maduro salga del poder lo más pronto posible.
En el caso del gobierno
norteamericano, bajo la conducción de Barack Obama, demócrata, se arriesgan a
que Nicolás Maduro si pueda pagar los bonos de la deuda el próximo mes de
octubre. De hecho, hay economistas, serios, agencias calificadoras y bancos
internacionales que aseguran que Maduro pagará. Otros, no muy optimistas,
sostienen que hay 65% de probabilidades que el evento de impago ocurra.
El régimen ha pedido un año
de gracia a los chinos. Los chinos se han negado y al contrario han dejado
saber que un nuevo tramo de crédito, sería posible, siempre y cuando el gobierno
pueda lograr que la Asamblea Nacional (AN), lo apruebe. Los asiáticos no se
arriesgan a más, menos cuando tienen a Del Pino y a Pérez Abad suplicando que
el año próximo sólo se les permita pagar intereses, esto hasta ahora no ha procedido.
En todo caso consideran que ya no tiene remedio seguir financiado a Maduro.
La apuesta de Obama, se
hace sobre la base de que Maduro seguirá vendiendo oro y disminuyendo muchos
más la importación de alimentos y medicinas en Venezuela. Hasta ahora no hay
referencias para pensar que Maduro no pague, pero los números dicen otra cosa. Digamos
que el régimen chavista llega a octubre aun en el poder y no paga. El efecto en
la bolsa de Nueva York sería de inmediato, por vapuleo al valor de las acciones
de bancos como Bank of América, Goldman Sachs, Barclays, entre otros, tenedores
de bonos venezolanos. Bancos regionales con bonos venezolanos en su poder. Ello
podría desencadenar eventos de pánico financiero, en que la venta de títulos
venezolanos, arrastre a la venta de bonos de bancos relacionados, situación
nada deseada en las actuales circunstancias de posible recesión global, en que
los bancos globales han tenido un desempeño pobre en 2016. Esa situación,
traería como consecuencias caída en el valor de bonos de deuda de América
Latina, lo que arrastraría también a otros bancos y acciones en otras bolsas,
una situación que de salirse de control se convertirá en pánico esparcido por
el continente. La caída de valores de riesgo, se extendería a las monedas
locales, provocando alza en el dólar en toda la región. Al mismo tiempo, los
países que actualmente se benefician de Petrocaribe, programa que quedaría
suspendido operativamente de inmediato, tendrían que sustituir el consumo de
combustibles a precios especiales, por precios internacionales, lo que
desajustará sus presupuestos, con consecuencias directas en sus déficits,
monedas, y amenazando la inflación de esos países. Es decir, algo similar a lo de
Grecia en Europa, pero más precario.
Una situación como la
anterior, alentará a los especuladores a ponerse contra los activos riesgosos,
considerando que Venezuela, un país con enormes riquezas no tiene como pagar
sus compromisos, qué se puede esperar del resto. Si los cálculos de Washington
salen mal, un nuevo terremoto financiero, antes de la realización de las
elecciones norteamericanas, podría producir una inesperada derrota de los
demócratas y el ascenso de Donald Trump al poder, las elecciones son en
noviembre. En el fondo, la administración de Obama, arriesga demasiado y necesita
que Maduro salga del poder cuanto antes.
Raúl Castro, actualmente negocia con EEUU, la incorporación de Cuba al sistema capitalista,
con la opción de que los millonarios del castrocomunismo, se mantengan como
élites en el cambio. Si el escenario planteado anteriormente ocurre, y se
produce el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca, Castro habrá fracasado y
las condiciones para la isla, en el marco de tal negociación, sufrirán cambios
significativos. Por lo que Castro, tendría que entregar a Maduro, en pocas semanas,
para salvar su proceso. El hecho que John Kerry y Thomas Shannon, dialoguen
directamente con la canciller venezolana, Delcy Rodríguez y con Nicolás Maduro,
en Caracas, implican que Castro pudo haber dado luz verde en ese sentido y que
a estas alturas ya no tenga posibilidad alguna de representar a Cubazuela en
sus negociaciones, siendo que Maduro ha desobedecido recomendaciones de Castro,
sometido por un grupo de militares y factores del PSUV, con problemas enormes
en materia de corrupción, lavado de capitales usando el sistema financiero
norteamericano y hasta narcotráfico. Si los demócratas pierden, Raúl Castro se
hunde con ellos, tendrá que agradecerlo a Maduro.
Los venezolanos, atraviesan la peor situación de su historia, un país con 90% sin alimentos y casi 95%
sin medicamentos. La gente muriendo de mengua en hospitales y con hambre, en
las calles en plenos motines del hambre, con saqueos a camiones y locales
comerciales. Si Maduro paga los bonos de la deuda, a partir de octubre no habrá
comida en Venezuela, salvo la poca que se venda con aumentos de hasta 9.000%
como ha ocurrido con rubros como la salsa de tomate, pastas alimenticias y
leche en polvo, entre otros rubros aumentados, lo que igual evitaría que la
gente pueda comer y la situación de violencia actual derive en una situación
trágica, con represión policial y militar en las calles. Los venezolanos
necesitan que Maduro salga del poder, antes de que pague deuda, o sencillamente
morirán de hambre o masacrados con la represión de los motines.
Los sobrinos. El tema
que en el fondo tiene más complicado todo esto, es el de los sobrinos de
Flores, presos en EEUU, capturados intentando introducir drogas a ese país. La mujer
de Maduro presiona enormemente por sus sobrinos, ya que la suerte de estos
quedará en el aire si pierden el poder en Venezuela, no tendrían como negociar
nada en favor de sus muchachos. Flores prácticamente ha convertido a los
venezolanos en sus rehenes, a cambio de los muchachos. En EEUU, la justicia que
si funciona, no puede negociar nada en ese sentido, sin embargo la
administración Obama, ha enviado a Thomas Shannon a buscar la manera de lograr
algunos acuerdos con Miraflores, para bajar tensiones de todo tipo, en cuanto
al referendo, en cuanto a los canales de ayuda humanitaria, incluso de un
proceso de transición en el país. Los sobrinos tendrán que declararse culpables
y colaborar en todo sentido con las autoridades norteamericanas, para evitar la
cadena perpetua, es lo menos que se podría gestionar, pero no depende del poder
de la Casa Blanca, sino de la disposición de los mismos implicados. La presión
a Maduro es grande, Washignton sabe que la pareja presidencial está atada de
manos, mientras los sobrinos estén allá, por lo que una salida negociada de
Maduro, podría ayudar a que la situación de sus muchachos cambie de algún modo.
No se extraña el viaje de Maduro a Cuba, mientras en la OEA se aprobaba dar
discusión al duro informe de Almagro. Maduro se ha quedado sin piezas en el
tablero, el rey está solo, encerrándose en una esquina, en que el jaque mate
inevitable lo tiene prácticamente ya fuera del poder.
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