El pulso geopolítico y el control de los recursos venezolanos son las bases del desarrollo de una confrontación entre las dos potencias
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Finalizando 2018, los rusos hicieron una jugada que sorprendió a los norteamericanos. En ese pulso geopolítico, Rusia ha puesto empeño en Venezuela,
usando al general Vladimir Padrino como su delfín, quien hasta ahora tiene
control de la Fuerza Armada Nacional (FAN), la única ficha fiel que tiene
Vladimir Putin en territorio venezolano.
Una de las estrategias de la inteligencia rusa, es la de infiltrarse
digitalmente en el desenvolvimiento político de América Latina, recabar datos
de corrupción de funcionarios públicos que son filtrados, y que por ser
incómodos para los intereses rusos han caído.
El ex presidente de Guyana, David Granger, es una muestra de ello. Una
pieza dura de Estados Unidos, en el marco del desarrollo de un campo petrolero
en el mar territorial que reclama Venezuela desde épocas antiguas en el
Esequibo. Granger fue removido por el Parlamento, con un voto de censura por
hechos de corrupción.
El mismo día, de manera sincronizada, Padrino López, ordenaba a la
Armada interceptar dos barcos de exploración, que hacían estudios sísmicos en
territorio venezolano, los mismos hacían trabajos para la petrolera Exxon
Mobil.
Los dos eventos se trataron de un movimiento de los rusos, de poner
presión a Estados Unidos en la región. Trump ha apoyado a la Asamblea Nacional
(AN) y Putin a Maduro, lo inconveniente para los rusos, es que todos los
negocios hechos con el madurismo, son ilegales, por no estar aprobados por la
AN.
De allí la importancia de mantener el Parlamento venezolano bajo
control de los factores democráticos.
Lo anterior no fue suficiente. Con un acto de propaganda, Putin envía
entonces dos aviones nucleares a Maiquetía, como un mensaje de amedrentamiento
a la oposición venezolana y una advertencia a Washington.
Trump responde
La respuesta ha sido estridente. Donald Trump, coordina junto con losprincipales dirigentes de la oposición venezolana una contundente respuesta. Aunque
Juan Guaidó tenía tiempo en las reuniones y contactos, siendo una figura que
para entonces no era relevante en la política nacional, pudo establecer lo que
ha ocurrido desde el 5 de enero, cuando la AN lo designa presidente del
Parlamento.
Se crea una coalición occidental que reconoce a Guaidó como presidente
encargado; de esta manera Trump le devuelve el golpe a Putin. Se aplican
sanciones a Pdvsa. El razonamiento es lógico, si Exxon Mobil no puede seguir
operando en Guyana, pues para Trump, Pdvsa tampoco lo hará en Estados Unidos.
Ahora se aproxima el evento de la entrada de la ayuda humanitaria, el
cual ha generado expectativas e incertidumbre. Hay movimientos militares de
Estados Unidos, que permitirá llevar fuerzas a Colombia, en el marco de los
protocolos de defensa de los intereses norteamericanos, que no son protocolos de una
intervención militar.
Si Putin mostró dos aviones nucleares, Trump está desplegando dos portaaviones y una unidad de marines.
Trump recibe duras críticas en la política estadounidense por el curso
que ha dado a la crisis venezolana, sin embargo mantiene su apuesta. Espera que
la FAN, que si bien está dividida, pero con un pacto de no enfrentarse con las
armas por las diferencias políticas, se rebele contra Maduro.
Las condiciones económicas de Venezuela son sumamente graves, ahora
con la industria petrolera en crisis, un sector que los militares tienen bajo
su control, a Maduro y a Putin, se les acaba el tiempo.
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