Medios: La gente cree más en un PIN del celular antes que en los medios del PSUV

Cuando la autoridad es irresponsable, miente, se vuelve ambigua, no da reportes oficiales con regularidad, ocultan cifras, tapan realidades y buscan como manipular, la gente deja de creer en estos, entonces surge la incertidumbre, terreno fértil para el rumor, es lo que ocurre en Venezuela.

El caso de las muertes “por una enfermedad rara” en el Hospital Central de Maracay revela que el colectivo le cree primero a un PIN de una cadena por el BlackBerry o por Facebook, antes de creer en el ejército de medios del PSUV, sean VTV, VIVE TV, ANTV, RNV, AVN, YVKE, todas las emisoras de radio, todos los periódicos que tienen.

Todo un dineral gastado para tratar de torcer la realidad del país, de vender una Venezuela de las mil maravillas, pero que de inmediato se cae con el “radio bemba”, factor en que la línea editorial castrocomunista pierde terreno.

La ambigüedad, la falta de informes oficiales, son el alimento del rumor. Luego aparecen los irresponsables negando todo y culpando a los medios de comunicación independientes, a periodistas y a profesionales que osan advertir al pueblo de los problemas que el régimen busca ocultar.

El caso citado se pone peor, luego que las autoridades, con responsabilidad de dar cara y responder al país sobre la salud de los ciudadanos, derecho constitucional, terminan diciendo que sobre la enfermedad “rara” que mató a ocho personas en Maracay, nadie sabe que es.

¿Entonces? ¿A quién se le pregunta? ¿Quién dice qué es, de qué se trata? Comienzan allí los rumores, los dimes y diretes, la guerra sensacionalista, el esfuerzo por censurar todo, mientras la gente en pánico y terror tratando de buscar respuestas, los trabajadores del hospital asustados. Son unos irresponsables.

Si el director de la Corporación de Salud de Aragua no sabe qué enfermedad se tiene con esos casos, revelan su incompetencia claramente, no es culpa de los ciudadanos que tampoco sepan usar tantos medios de comunicación de manera correcta, de modo que estos últimos primero acuden “cadenas” que ruedan de teléfono en teléfono.