La retirada de USA de América Latina (Y parte III)

La Unión Europea: Debilitada la confianza de sus socios tradicionales iniciada con la quiebra de instituciones financieras que se trasladaron al otro lado del atlántico, profundizada por la batalla sincronizada y desarrollada en territorio cibernético (Assange – Snowden). Impulsan la decisión de buscar nuevos socios confiables. Bruselas decide establecer relaciones económicas con Cuba con oposición de Berlin, la economía saludable de Europa. No obstante La Habana, Mariel es el puerto de entrada al CELAC. Europa inicia una nueva ruta comercial, a través de un espejismo transformado en oasis.

Europa será la próxima en la vergonzosa retirada si sus líderes no están preparados para esta tercera guerra mundial económica, que tiene como arma los ciber-ataques, espías desertores, petróleo, minerales, mercados cautivos, fractura entre socios tradicionales, son armas y estrategias nuevas, en la que USA demuestra no tener supremacía, pues no es una guerra declarada de láser y drones, no es una guerra convencional.

Nota: Brasil en lo inmediato sufre ya estas consecuencias, solo las empresas del entorno de Lula – Dima como Oderbrecht subsisten, Venezuela acaba de comprar flota de autobuses marca Yu-Tong y no Marcopolo brasileño, Caracas anunció la compra de camiones y partes a China, Venezuela se vio impedida de invertir en la refinería de Pernambuco por eso en el presente análisis se menciona solo productos agrícolas como industria a desarrollarse en América Latina operadas por capitales rusos y chinos. En el estado Zulia hay experimento sobre las haciendas de plátanos.

En esta nueva división territorial, Moscú y Pekín establecerán supremacía conjunta en el mercado militar y energético, pero esta alianza comienza a inclinarse a favor de Pekín, Los estrategas de Washington, posteriores a Reagan diseñaron una retirada voluntaria a favor de los “lobby” financiero que en Walt Street vieron en Asia la tierra prometida en detrimento de la clase trabajadora norteamericana y su equilibrio fiscal, profundizando divisiones y crisis entre republicanos y demócratas en la construcción de una economía sólida.