La falta de producción
de las empresas que debían surtir a la capital y la imposibilidad de sostener
importaciones, aceleran la situación de hambruna en Venezuela
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
Los farmaceutas señalaban de la crisis humanitaria sanitaria, era peor
que el hambre, porque un enfermo no puede cambiar sus medicamentos, como
sustituir la harina de maíz y trigo, por plátanos, yuca o papas, como un
paliativo ante la carencia de rubros industrializados. Esto último es lo que
está ocurriendo en el interior del país, en que un kilo de tubérculos,
producidos allá, cuesta mínimo 400 bolívares un kilo a los propios del interior,
lo que ya en muchas poblaciones es prohibitivo tal precio e imposibilita
sustituir las harinas, que no hay. El chavismo, en sus discursos siempre han
pedido a la población, que sustituyan la harina industrializada por tubérculos,
el actual mandatario Nicolás Maduro, prosigue con huertos urbanos.
Desde 2007, Hugo Chávez diseñó un programa de abastecimiento de
Caracas, a través de lo que era la Superintendencia Nacional de Silos,
Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA), que ejercía férreo control de los
inventarios en las empresas. 70% de la producción privada, debía ser vendida a
los Bicentenario, Mercal y Pdval de Caracas, por lo que la capital nunca estaba
desabastecida, con el propósito de evitar situaciones de escasez y violencia en
el centro del país.
Hoy esa realidad, en que las compañías están prácticamente paralizadas
por falta de insumos y que el gobierno ya no puede importar alimentos porque
debe pagar deudas, en el interior hay una situación de hambruna in crescendo que ha hecho que los
precios de verduras, lo único que queda como fuente de calorías, se hayan
disparado con fuerza.
Ante la imposibilidad de seguir surtiendo a la capital, el hambre que
desde el interior crece, será acompañada de altísimos precios en estos rubros en
su llegada a la capital. Situaciones tumultuosas se repiten en distintas
ciudades, en que la GNB ha tenido que realizar detenciones y reprimir de
madrugada las colas que se hacen por personas que intentan comprar los pocos
alimentos que llegan a automercados privados y públicos, eventos producidos en
ciudades como Cumaná y Mérida, así como en el estado Guárico, causan revuelo en
todo el interior.