Por Vicente Brito / @vicentejbrito
Cuando recorremos el país y observamos que es la empresa privada la que sostiene la capacidad productiva y comercial de la nación, entendemos su rol y la importancia que tiene para satisfacer las necesidades de consumo de los venezolanos.
Lo observamos en cada uno de los sitios donde se realiza una actividad económica. Como ejemplo ponemos desde los más humildes puntos de venta y distribución, como son las bodegas y pequeños comercios que existen en los más remotos rincones de la geografía nacional, hasta las grandes cadenas de producción, distribución y comercialización que se mantienen a pesar de las dificultades que limitan sus actividades. Todavía ofrecen productos de distintos precios y calidades.
Es la empresa privada la que produce el 80% de lo que no se importa, la que cubre el 90% de la distribución y comercialización de todo lo se vende a los consumidores, desde un aceite a una camisa. Esto cubre alimentos, medicinas, electrodomésticos, ropa, zapatos, etc. Está a la vista lo que se observa en nuestras distintas zonas rurales y urbanas, son más de 400.000 empresas, pequeñas(en su gran mayoría) así como medianas y grandes las que generan más de 5 millones de empleos y que se mantienen gracias al esfuerzo y sacrificio de sus propietarios y accionistas en sostenerlas con el apoyo solidario de sus trabajadores, a pesar de todos los controles y regulaciones que el gobierno les ha impuesto y que se observa en cada una de las medidas tomadas por los organismos oficiales. Lo cual solo han conducido a limitarles su capacidad de invertir y crecer.
Es lamentable que unas 50.000 empresas desaparecieran en los últimos anos, por la aplicación de políticas públicas que solo pretenden minimizar la actividad privada. El gobierno sostiene una estrategia antagónica a lo privado denominada "GUERRA ECONÓMICA "que propicia el cierre de empresas, detenciones de directivos y gerentes, así como elevadas multas, con el argumento de que existe un plan de acaparamiento y especulación, lo cual solo ha llevado a minimizar la actividad privada ,sin entender que la compleja situación del país es responsabilidad del fracaso del ESTADO EMPRESARIO, que en su estrategia de sustituir la actividad económica de privada a publica, llevo a cabo una serie de medidas de apropiación de tierras y empresas que se han convertido en un desaguadero de dinero publico al ser sustituida la gerencia privada por publica en el manejo de estas, que es responsable de buena parte de la deuda de la República, así como de la caída de la producción y productividad de este entarimado de tierras y empresas que disminuyeron hasta un 20% su capacidad productiva de cuando eran privadas y en muchos casos están cerradas.
Estimamos se han perdido más de 150.000 millones de dólares, monto malgastado (a la paridad cambiara oficial de los últimos 8 años), en créditos otorgados, compra de agroindustrias, tractores, barcos de pesca, equipos, maquinarias, vehículos, etc. para aumentar la producción, con resultados contrarios a lo anunciado; a los responsables de conducir estos proyectos los manejaron más en función de sus intereses particulares que de la Nación. El éxito de ellos nos hubiera convertidos en uno de los mayores productores de alimentos del continente. No escapan de la misma situación las demás industria y empresas que están en manos públicas, como son la producción de acero, aluminio, cemento, electricidad, etc.
Ante la compleja situación de las empresas públicas y las dificultades para cubrir sus elevadas pérdidas y poca producción. Le ha correspondido al sector económico privado sostener las necesidades de la familia Venezolana, demostrando su eficiencia y capacidad al lograr satisfacer buena parte de nuestro consumo, sin que le cueste al patrimonio nacional ninguna cantidad de dinero para su sostenimiento operacional.
Los voceros gubernamentales insisten en reafirmar lo exitoso del proyecto político-ideológico denominado Socialismo Siglo XXI y que vamos en la dirección correcta hacia el socialismo, pretendiendo que los Venezolanos acepten sus anuncios, sin entender o no ver la compleja crisis que vivimos en inflación y escasez, cuyos efectos hubieran sido más catastróficos en nuestra calidad de vida, a no ser por la capacidad y eficiencia con la que han respondido las EMPRESAS PRIVADAS Venezolanas.
Nos corresponde no solo hacer un reconocimiento a ellas sino a los gremios que los representan, que han liderado la vocería, en defender a la empresa y propiedad privada no como una lógica por ser los representantes de las instituciones privadas, sino por ser los actores fundamentales en la vida económica, social y política del país, es por ello, que organizaciones empresariales como FEDECAMARAS, Consecomercio, Conindustria, Fedenaga, Fedeagro, Cámara Inmobiliaria, entre otras. Son y serán la expresión de la Nación y representan a los que reclaman su espacio en una sociedad democrática y eficiente, donde todos participemos y tengamos iguales oportunidades de crecimiento.
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