Es cuestión de
tiempo, para que el sistema cambiario en Venezuela, comience a tomar vida
propia desde las instituciones
privadas formales
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Aunque el marcado cambiario en Venezuela ahora es muy pequeño en sus
volúmenes, debido a que al país no ingresan divisas suficientes por la vía de
las inversiones, existe una fuente que
ha surgido producto de la crisis actual, la de las remesas.
Se estima que ese mercado se ubica entre 2 y 2,5 mil millones de
dólares al año.
Para las necesidades de
Venezuela es una cifra muy pequeña, que actualmente se ha estado manejando en
un mercado informal, desde que existía la restricción de usar o comerciar
dólares.
Los ingresos petroleros se han desplomado y las sanciones ya no
permiten a Pdvsa captar divisas. También algunas importaciones mercantilistas,
logran traer pocos dólares al país.
El régimen de Nicolás Maduro,
ha tenido que ceder la administración del mercado cambiario al sector privado y
es la banca venezolana la que comienza a asumir el comercio de divisas. Luego
de las sanciones de Estados Unidos, los bancos venezolanos dejaron de operar en
el sistema Dicom, para evitar también violar las medidas del Departamento del
Tesoro.
Los bancos privados con corresponsales extranjeros tienen la ventaja. Luego
de la apertura con el comercio de divisas, los bancos privados de Venezuela pueden seguir operando a través del sistema
SWIFT y con las cuentas en moneda extranjera realizar operaciones de
transferencias, ya que las sanciones no aplican para estos.
El mercado negro
Los venezolanos, sin un sistema cambiario libre por 16 años, tuvieron
que recurrir al mercado negro. El mercado paralelo se desarrolló desde las
operaciones de permutas de las casas de bolsa, las compra y venta Letras del
Tesoro y su cambio por oro monetario, prácticas que en 2009 fueron perseguidas
y que derivaron a operaciones mucho menos transparentes.
Las operaciones con los bancos privados no se han generalizado, porque existe escepticismo
A través de las redes sociales surgieron casas de cambio virtuales,
muchos se sumaron al “negocio” cambista, haciendo operaciones desde el
extranjero, lo que al mismo tiempo se
prestó para estafas generalizadas de manera virtual.
Es constante ver las denuncias en redes sociales contra personas que
compran o venden dólares de manera falsa, también las comisiones excesivas de
quienes logran forjar pequeños mercados, así como la violación de perfiles virtuales
para luego realizar en nombre de otros operaciones que resultan un engaño.
Las operaciones con los bancos
privados no se han generalizado, porque existe escepticismo, además la poca
oferta de divisas no le permite a las instituciones financieras ofrecer en
cantidades.
ES OBVIO |
Algunos venezolanos reportan que sus expectativas se han frustrado al
intentar comprar dólares en gran cantidad en los bancos, pero es que luego de
16 años de control de cambio, uno de los peores ocurrido en Venezuela, es
impensable creer que al día siguiente de la apertura, la situación se
normalizaría como si nada hubiese ocurrido.
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