Economistas y representantes empresariales aclaran que las medidas que el régimen madurista aplica no van a resolver la crisis.
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Perdidas las expectativas de cambio de gobierno, se reanuda la
diáspora. La ONU estima que a final de
2019 se llegue a unos 5,3 millones de venezolanos emigrantes. Venezuela
pierde a su población, son los efectos del colapso de una sociedad, el
despoblamiento.
Colombia y Perú toman previsiones, aunque admiten todavía a
venezolanos, comienzan a filtrar. Perú
impone visas, para evitar que bandas delictivas terminen azotando a Lima,
mientras Colombia, impone el control en los pasos fronterizos ilegales, quienes
no presenten pasaportes para declarar que es un emigrante, será detenido y
deportado.
El colapso de Venezuela, ahora acelerado con las sanciones petroleras,
han dejado sin gasolina a los
venezolanos. El interior del país presenta una situación caótica, con
inmensas filas de vehículos a lo largo de las vías en las estaciones servicio.
Alcaldes del chavismo/madurismo implementan grupos armados para
controlar el abastecimiento de gasolina, como sucede en el estado Mérida, en el
municipio Campo Elías, según reportes de los ciudadanos. El control de la gasolina tiene un propósito, vender a quienes no
quieren hacer las colas, en precios por encima de las tasas internacionales.
Efectos económicos
La crisis económica está derivando en una recesión. Aunque los efectos
inflacionarios persisten, los de la recesión son ahora más fuertes. Los
venezolanos rematan sus viviendas en hasta 10 mil dólares, para tener algo de
efectivo y huir del país.
Juan Guaidó, presidente del Parlamento, se juramentó como presidente
interino y recibió el apoyo de 50 países. Estados Unidos desarrolló una campaña
para presionar a Maduro a salir del poder, sin embargo, los intentos de hacer que las fuerzas militares se dividieran
fracasaron.
La crisis política sigue y sus efectos en la economía son
devastadores. El fracaso con el intento de meter a Venezuela la ayuda
humanitaria que donó la USAID, produjo un cierre de frontera con Colombia, la desconfianza de los venezolanos, hizo
que la demanda de dólares se reactivara y el hecho de que Maduro siguiera en el
poder, continuó al alza el precio de la divisa.
Recesión, desempleo y huida
Luego se dio a conocer que un sector de la oposición venezolana,
realizó encuentros con representantes del madurismo en Oslo, Noruega, aunque no
hubo resultados, el sector opositor de
postura más radical y segregacionista, enfiló sus baterías en redes
sociales contra Guaidó y el resto dirigentes políticos.
El secretario de Estado, Mike
Pompeo, expresó sus críticas, a la división que existe en las filas de la
oposición, como uno de los grandes obstáculos que no permite concretar la
salida de Maduro del poder, o lo que llama el propio Guaidó, “el cese de la
usurpación”.
Ya van seis meses de este proceso y Maduro continúa en Miraflores,
apoyado por los militares.
El sector público se derrumba,
los empleados huyen y dejan sus trabajos, luego que sus salarios no alcanzan
para cubrir los gastos al ritmo de los precios actuales, esa ola de
ciudadanos se convierten en desempleados, que es el resultado de la recesión y
son los que están huyendo del país.
Luego que Maduro anunciara la apertura de la frontera, sólo el lunes
siguiente, salieron 40 mil nuevas personas que buscaban sellar su pasaporte.
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