Las sanciones petroleras contra Venezuela, se aplican como presión contra el régimen de Maduro, pero al mismo tiempo benefician a los productores independientes de EEUU
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Cuando Barack Obama comenzó a aplicar las primeras sanciones contra
Venezuela, al mismo tiempo se reunía en
China y allí pedía que los asiáticos dejaran de comprar petróleo extrapesado,
por contaminante y tener que se ser mejorado, al contrario, ofrecía que
EEUU sería una fuente segura de petróleo, porque aumentaría su producción.
Cinco años más tarde, Venezuela está sancionada y no puede exportar su
petróleo, en el marco del conflicto político que se desarrolla, debido a la crisis política, las violaciones
de Derechos Humanos, la corrupción, el nexo con grupos islámicos y el
narcotráfico.
Rusia lidera las ventas de petróleo al insaciable mercado chino, le sigue Arabia Saudita
Pero también, en el gobierno de
Barack Obama, se produjo la intervención militar de Libia, un país petrolero
que está prácticamente fuera del mercado, ahora Venezuela y con el actual
presidente, Donald Trump, se desarrolla un conflicto con Irán.
Los norteamericanos están en los 11 millones de barriles diarios de
producción, han comenzado a venderle petróleo a China, a pesar de la guerra
comercial. Las economías de Venezuela, Libia e Irán, se encuentran en serias
dificultades. En Venezuela ahora hay una
escasez profunda de gasolina. China está importando casi 200 mil barriles
diarios de petróleo desde EEUU.
Esa promesa de Barack Obama,
con el tiempo será muy difícil de mantener. EEUU ha logrado levantar su producción petrolera sobre la base del
endeudamiento. Los productores de esquistos, que mantienen operaciones poco
rentables, sólo pueden seguir bombeando en la medida en que aumentan su deuda, gracias
a las tasas de interés 0% de la Reserva Federal.
Los productores independientes norteamericanos se ven obligados a seguir aumentando el bombeo
Mientras el país con la reserva petrolera más grande del mundo,
hundido en una crisis institucional generada por el colapso del país, bajo el
mando del chavismo/madurismo, va paralizando su producción de manera acelerada.
La causa es la destrucción de la industria petrolera venezolana por el
chavismo/madurismo, y se suman las sanciones de Washington, una medida que sectores de oposición alegan es parte de la lucha
política contra el régimen de Nicolás Maduro.
A pesar de la salida de Venezuela, Libia y próximamente Irán, del
mercado mundial petrolero, que beneficia a los productores independientes de
EEUU, el precio del crudo se sigue
hundiendo en el tiempo.
La burbuja ya supera los 200 mil millones de dólares y se estima que el petróleo baje a 48 dólares para finales de 2019.
Los productores independientes norteamericanos se ven obligados a seguir aumentando el
bombeo, en la medida en que los precios caen, para compensar con volúmenes y la
operación se vuelve menos rentable, en esa misma proporción se van endeudando
para sostenerse. La burbuja ya supera los 200 mil millones de dólares y se
estima que el petróleo baje a 48 dólares para finales de 2019.
Rusia lidera las ventas de petróleo al insaciable mercado chino, le
sigue Arabia Saudita y los norteamericanos han entrado en esa carrera, mientras
los países OPEP, van saliendo uno a uno de operaciones.
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