La escasez de gasolina comienza a hacer su parte, la falta del hidrocarburo dejaría a más de 150 mil familias que viven del contrabando, sin sustento
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Una guerra civil de baja intensidad se desarrolla en la frontera de
Venezuela y Colombia. Los grupos
criminales que han tomado la zona, principalmente por el colapso del régimen de
Nicolás Maduro y la debilidad de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN),
libran una lucha a muerte por el control de los ya escasos recursos que
permiten la vida sostenible en la región.
Las bandas paramilitares
procedentes de Colombia, en las que también se han enlistado venezolanos,
libran batallas contra el último grupo guerrillero, el ELN, así como
también contra mercenarios llamados eufemísticamente “los colectivos”, que
apoyan al régimen chavista/madurista.
El ELN trata de ocupar espacios abandonados por las FARC, lo mismo
hacen el Clan del Golfo, los Rastrojos, la pandilla Línea y otros. A ello se
suman las fuerzas militares venezolanas que han sufrido bajas y ataques de
todos los bandos, así como también han perpetrado
ataques contra grupos de contrabandistas de gasolina, incendiando camiones y
transportes ilegales.
El saldo es de más de 9 mil
muertos desde 2012. Los asesinatos en Colombia suman unos 4 mil, mientras
del lado venezolano la cifra es de al menos 5 mil, pero podrían ser muchos más,
el Estado venezolano no presenta cifras al respecto y también se encuentra
limitado para actuar.
Explosivo
En Venezuela hay una crisis de escasez de gasolina. El hidrocarburo
era una de las principales fuentes de riquezas en la zona, con un contrabando de al menos unos 15 mil millones de dólares al año a
lo largo de toda la frontera con Colombia.
La mayor carga de combustible ilegal a Colombia termina en el
municipio Catatumbo, para apoyar la producción de cocaína de los
narcotraficantes, un sector que es
protegido por guerrilleros o bandas paramilitares a través del pago de
impuestos.
La economía surgida alrededor
del contrabando de gasolina, sería similar al PIB de un país como Guyana.
La crisis económica y política de Venezuela hizo que el gobierno de Estados
Unidos aplicara sanciones petroleras contra Pdvsa. Las sanciones comenzaron a
tener efectos y han acelerado el colapso de la petrolera.
Se trata de una situación explosiva, en que el malestar social derivado de la crisis de gasolina, pone en riesgo a las regiones andina y zuliana.
Pdvsa ya no puede importar
solventes y nafta para fabricar gasolina en las refinerías venezolanas para el
consumo nacional. El derrumbe de la industria petrolera venezolana comenzó
incluso antes de la caída de los precios del petróleo en 2014. Ya Pdvsa presentaba
graves problemas por falta de inversión y mantenimiento, como consta en
repetidas denuncias realizadas por expertos y dirigentes sindicales.
Las sanciones petroleras de
EEUU, llegaron con la reciente crisis política y se han sumado en la crisis de
producción de combustibles en el país. Al mismo tiempo ese derrumbe está
afectando uno de los negocios más lucrativos que ha existido en Venezuela,
contrabandear gasolina.
La escasez del hidrocarburo
introduce mucha inestabilidad en la región. La falta de la gasolina deja a más
de 750 mil personas o unas 150 mil familias a lo largo de la frontera, sin su única
actividad económica, un factor perturbador que atizará aun más la guerra civil
que se desarrolla entre el Norte de Santander y el estado Táchira,
específicamente en Ureña.
Se trata de una situación explosiva, en que el malestar social
derivado de la crisis de gasolina, pone en riesgo a las regiones andina y
zuliana.
Recientemente se reportaron fuertes enfrentamientos en los puentes
fronterizos, un miembro del ELN capturado por un grupo paramilitar, fue descuartizado
y sus miembros esparcidos en la población de Ureña, como advertencia a los guerrilleros
colombianos, ahora en territorio venezolano.
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