Los alemanes tendrán que pagar las pérdidas del banco, luego que el Estado respaldará la creación de uno nuevo
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Se avecinan fuertes turbulencias en el sector bancario de Europa,
luego que prácticamente se ha admitido
la insolvencia del banco alemán Deutsche Bank, a través de una reestructuración
que será apalancada por el Estado, por un monto de 50 mil millones de
dólares, que permitirá crear un nuevo banco.
Los costos de este rescate, serán asumidos por los contribuyentes. Se
trata de esa política que han asumido los bancos centrales en el mundo desde la
crisis de 2008, rescatar entes financieros, como ya lo hizo la Reserva Federal
con la emisión de 800 mil millones de dólares para salvar al sistema, hundido por el exceso de deuda y la emisión
de derivados financieros.
Los bancos centrales inundan al mundo de dinero fiduciario, para
mantener a flote a banqueros que hunden en deuda y productos tóxicos a sus bancos, o a
gobiernos, como el caso de Venezuela.
La punta del iceberg
Detrás de lo que sería la
quiebra de Deustche Bank, se esconden 500 billones de dólares de derivados
financieros inservibles, que es una suma “sideral”, cinco veces más grande
que el PBI del mundo. Lo que acaba de ocurrir en Alemania, es la continuación
de la crisis de 2008, por lo que se estima que se avecinan eventos similares,
tras la quiebra de Lehman Brothers.
En Europa hay riesgo de que las personas pierdan su dinero. La caída del valor de las acciones de
Deutsche Bank desde 2008, es de 95%, lo que indica deflación. Mientras las
viviendas de lujo, las obras de arte, reflejan inflación.
Europa y Alemania ahora tienen tasas de interés negativas, es decir,
la población debe pagar por tener dinero en los bancos y al menos hay montos de
unos 11 billones de dólares. Un mecanismo con el que las personas pierden dinero,
mientras los banqueros se hacen del mismo.
Los gobiernos, junto con los
bancos centrales, socializan las pérdidas de los excesos de los derivados
financieros, mientras en su momento, las ganancias fueron privatizadas.
OTRA CRISIS |
Aunque no está definido qué podría desencadenar otra crisis financiera
global, los fundamentos están dados para que ocurra. El exceso de deuda y de
productos derivados, produjeron el descalabro de 2008, actualmente, la deuda es
de 400% por encima que previo a la crisis hipotecaria, abundan los bonos triple
B y los “basura”, las obligaciones de deuda garantizadas, son ahora ocho veces
más que en ese año. Los activos a los que están acudiendo inversionistas, son a
las criptomonedas y al oro monetario para protegerse de lo que podría ser una
de las peores crisis jamás vistas.
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