El evento del 30 de abril mostró que hay militares en la causa de Juan Guaidó, que va de la mano de Trump y otros bajo el control de Padrino López, que va de la mano de Putin
El gobierno norteamericano ha podido comprobar que el poder en
Venezuela reside en la Fuerza Armada Nacional (Bolivariana), FAN-B. En este
caso, en los hombros del ministro de la
Defensa, Vladimir Padrino López, quien mantiene sendos nexos con Rusia,
tras manejar contratos y todo lo relacionado a la compra de armamento a ese
país.
Luego de que un grupo de
militares liberaron al dirigente político Leopoldo López, quien es el seleccionado
por el presidente norteamericano Donald Trump, en Caracas y las principales
ciudades de Venezuela se produjo una revuelta que fue reprimida por la guardia
nacional y civiles armados, dejando saldo de unos tres muertos y decenas de heridos.
Un sector militar apoya
evidentemente al presidente interino Juan Guaidó y ha atendido las exigencias
de Trump de que López debe estar libre, tal como lo solicitó en 2016, una
semana después de inaugurarse como presidente de Estados Unidos.
Otro sector mantiene en el
poder a Maduro. El pasado 30 de abril permaneció leal y no se unió al llamado
de los militares que acompañaban a López y a Guaidó.
La clave del poder en Venezuela está hacia adonde se inclinen los
clanes militares que sostienen diferencias, pero que mantienen un pacto de no
caer en enfrentamientos armados entre ellos, eso se pudo observar cuando entre los dos bandos en el Distribuidor
Altamira, el sector leal a Maduro enfrentaba el alzamiento con bombas
lacrimógenas y no con armas de guerra.
Ese evento permite determinar que en la FAN-B hay un proceso y que hay
negociaciones que podría estar liderando el poderoso ministro de la Defensa
Padrino López.
Al mismo tiempo los norteamericanos se preparan para ahondar en las negociaciones con Rusia, respecto a Venezuela, según declaraciones de John
Bolton la semana pasada.
El general Padrino López responde a los intereses rusos. Rosneft, la petrolera ligada al Kremlin ha hecho una
enorme apuesta en Venezuela que podría perderse si cayera el régimen de Nicolás
Maduro. Hasta ahora los rusos aspiran que la Asamblea Nacional (AN) apruebe
los activos, préstamos e inversiones hechas en Venezuela, sin autorización del
Parlamento.
Los rusos podrían perder cerca
de 17 mil millones de dólares si Maduro cae y estos no tienen garantía de
ningún sector político en Venezuela, de allí que sólo optan por mantener el
control de Miraflores.
El problema que se presenta con esto, es que si la AN procede a reconocer los activos de Rusia en Venezuela,
entonces el régimen de Nicolás Maduro, de manera automática estaría
reconociendo a la AN y esta quedaría fuera del desacato aplicado desde el
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), devolviendo los poderes que hasta ahora les
han quitado.
Dentro del chavismo/madurismo, hay sectores que no están de acuerdo
con este tipo de pactos, lo que incomoda a los rusos y los acerca a Trump, para
encontrar una salida política y negociada a la crisis venezolana.
| REMIGIO CEBALLOS |
| En la mañana del 02 de mayo, el general Remigio Ceballos daba un discurso encendido contra la oposición venezolana y los diputados de la AN. En presencia de Nicolás Maduro. Esto sólo permite mostrar la posición de una de las facciones, mientras más radicales se ponen, más se acercan los rusos a Trump para encontrar una salida negociada y no perder sus activos en Venezuela. |
Trump amenaza de nuevo
Luego de los eventos del pasado 30 de abril, el presidente Donald
Trump anunció este jueves que la próxima semana habrá más acciones para
Venezuela, aunque no fue específico de qué se trataba, las declaraciones las
dio en Fox Bussines, “muchas cosas sucederán”.
| PULSO EEUU-RUSIA |
| El pasado mes de diciembre, el general Padrino López ordenó a un buque de la marina, interceptar a unos barcos de la Exxon Mobil que hacían estudios sísmicos en el Esequibo por orden de Guyana, ese mismo día caía David Granger, el presidente guyanés, con una moción de censura en su contra por el Parlamento de ese país. Se trató de una jugada rusa de poner presión a los intereses norteamericanos en la región. Eso motivó acelerar el plan de Trump y la juramentación de Juan Guaidó como presidente encargado. |
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