Aunque la mayoría es comercio informal, los 176 mil venezolanos asentados en el Norte de Santander dan dinamismo a la economía cucuteña
Mientras la crisis política en Venezuela se ha complicado aún más, la
confianza de los venezolanos en la economía se sigue reduciendo. Luego de
cuatro meses con la tensión internacional que busca desalojar del poder a Nicolás Maduro, que representa el hambre,
la hiperinflación y la escasez, el objetivo no ha sido alcanzado, lo que ha
hecho que se reactive la emigración.
La ciudad de Cúcuta es una de
las principales receptoras de venezolanos que huyen de la peor crisis que
ha sufrido Venezuela. Al menos unos 176 mil venezolanos se han asentado en el
Norte de Santander. La ciudad fronteriza
también se ha convertido en el paso principal hacia el resto de Latinoamérica,
por parte de quienes se van.
Pero esto ha impactado positivamente en la economía local, sobre todo
a las pequeñas y medianas empresas de comercio. La demanda de bienes básicos que hay en Cúcuta para surtir a los
venezolanos, le ha permitido mejorar el desempeño económico, las empresas
ahora disponen de mano de obra barata.
Aunque el comercio que existe es muy informal, la reventa de bienes básicos apoya a los pequeños negocios de esa
población que han visto incrementar sus ventas.
La emigración de venezolanos se ha convertido en un negocio. Líneas de
autobuses, servicios de todo tipo han
surgido para prestar apoyo a quienes pasan por Colombia para irse a otros
países.
Hay personas que revenden café, galletas y logran ganar entre 5 y 10
dólares en un día, mucho más de lo que se puede ganar en Venezuela, sobre todo
en los entes públicos, cuyos salarios están cerca de 6 dólares al mes.
La Asociación Nacional de
Negocios en Cúcuta ha reportado que el envío de remesas a familiares en
Venezuela, la compra de productos esenciales, ha creado un nuevo mercado en la
ciudad colombiana y está siendo positivo, aunque exista 16% de desempleo.
ANTI EMPRENDIMIENTO |
Mientras el chavismo/madurismo aplicó políticas contra las empresas privadas en Venezuela, que produjeron el cierre masivo de emprendimientos de todo tipo por más de una década, buena parte de la mano de obra venezolana ha migrado, al igual que los pequeños comerciantes, incluyendo los informales. El resultado es que en Venezuela no hay inversión privada que permita recuperar la producción nacional, mientras los países receptores se benefician, el FMI estima que la migración venezolana será positiva para el PIB del vecino país este año. Maduro no representa la confianza para las inversiones en Venezuela. |
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