Hasta ahora ningún dirigente explica cómo se va a producir la salida de
Maduro del poder para pasar a la transición y tampoco dicen si hay alternativas
en caso de que esto falle
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Se trata de una pregunta incómoda, que no tiene una respuesta en la
dinámica de la política real en las actuales circunstancias. Se ha vuelto una retórica, tal como lo que
expresaba Donald Trump a principio de año con “todas las opciones sobre la
mesa”, lo que muchos tradujeron en una intervención militar extranjera que
no ocurrió.
El presidente del Parlamento,
Juan Guaidó, quien se juramentó como presidente interino, repite hasta el
cansancio que debe producirse el “cese de usurpación”, al alegar que
Nicolás Maduro ejerce ilegalmente el poder, luego que la oposición y la
comunidad internacional no reconociera las elecciones del 20 de mayo de 2018.
Intentos fallidos
Ha habido tres intentos para producir el “cese de la usurpación”, el
primero fue el evento del pasado 23 de febrero con la entrada de las cargas de
ayuda humanitaria desde Colombia a Venezuela. Un evento que terminó en un fracaso porque no hubo asistencia masiva
para tomar la acción, además de la descoordinación y el desastre logístico.
Previo a ese día, a través de las redes sociales, se enviaban audios
de que estaban entrando fuerzas militares extranjeras, los laboratorios mediáticos que impulsan los grupos económicos
venezolanos desde Miami, lograron convencer a la población que ese día
entrarían fuerzas militares, lo que haría que la fuerza armada venezolana
dejara de apoyar a Nicolás Maduro.
Todo fue una falsa impulsada por ex banqueros y contratistas que
amasaron fortunas con el chavismo desde 1999 y ahora desarrollan campañas
contra la dirigencia política en la Asamblea Nacional (AN), porque no pueden
controlar a los partidos políticos principales.
Lo siguiente fue ofrecer
amnistía a los militares venezolanos para producir una división, al punto
que los norteamericanos les ofrecieron quitarles las sanciones a los que
colaboren derrocando a Maduro.
El pasado 30 de abril, Juan
Guaidó dijo que ese día de produciría el “cese de la usurpación”, según
voceros norteamericanos ese día altos funcionarios del régimen harían renunciar
a Maduro, pero no cumplieron con lo prometido.
En lo sucesivo, en las negociaciones en Noruega, los representantes de
Guaidó pusieron sobre la mesa la renuncia de Maduro, para pasar a la
transición, la respuesta que obtuvieron fue negativa.
Otra vez
Ya pasó medio año de 2019 y el “cese de la usurpación” no se concreta.
Según el discurso opositor, si no hay eso, no se puede seguir adelante. El régimen por supuesto juega al desgaste,
aunque el tiempo no es el mejor aliado que tiene Maduro, pero lo emplea como
parte de su estrategia.
Con el “cese de la usurpación”, está sucediendo algo similar, al del pequeño
sector opositor que mantenía el discurso del artículo 350°, del cual,
finalmente desistieron, más que por
desgaste, porque simplemente nunca se le dijo a la población, como era que se
aplicaba el 350°, lo que terminó siendo otra retórica más.
El desencanto y decepción
A estas alturas, nadie sabe cómo se ejecuta el “cese de la
usurpación”, todavía hay quienes dicen que con una intervención militar, que
ahora han cambiado a “cooperación militar”, luego que lo primero terminó siendo
una campaña en Twitter, que sólo ha producido más desencanto en la gente.
Ningún dirigente le aclara al
país, cómo se aplica esa fórmula y si no funciona, cuál sería la alternativa.
Si no hay “cese de la usurpación”, se entiende que Maduro sigue en el
poder y con él la crisis económica junto al colapso general de la sociedad, que
ya bien avanzado está.
Si no hay “cese de usurpación”, el desencanto será muy grande. Llega el mes de junio y pronto terminarán
las clases, está claro que muchísima gente ha tomado la decisión de irse del
país. Más decepción, más emigrantes, lo que hará que los operadores en la
frontera, con la asistencia a los refugiados, pidan más recursos financieros a
la comunidad internacional.