Diosdado tiene razón cuando
dice, que este año no habrá referendo revocatorio.
Mientras Maduro y todo el
PSUV, perdieron tiempo en asuntos políticos, violando toda norma legal, usando el
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la Asamblea Nacional (AN), dominada por la
Mesa de la Unidad (MUD) ha sabido llevar al terreno civilista y político, al
contrincante que siempre se ha crecido en el terreno de la violencia, la
represión y la confrontación cuerpo a cuerpo: Maduro ha perdido un tiempo
precioso, ocupado en ver como opaca a la AN, ésta se dedicó a implementar
leyes, que no resuelven el fondo de la crisis económica y política, pero se
pueden considerar, han sido unos verdaderos “trapos blancos” embestidos por el
PSUV, que han hecho que el error de haber implementado al TSJ como punta de
lanza, el régimen terminara hundido, en popularidad, con un pueblo “arrecho”
porque no tiene comida, medicinas, salud, luz, agua ni seguridad ciudadana, con
la comunidad internacional en contra totalmente y con las autoridades
financieras y antidrogas de EEUU, esperando pacientes el momento de hacer su
parte.
Los reportes son que las
plantas procesadoras de harinas, de maíz y de trigo, están paralizadas, las de
azúcar, las de bebidas, y las de alimentos para animales. No se esperan nuevos
cargamentos de alimentos ni materia prima para los próximos dos meses. Los CLAP,
remedo de los CDR cubanos, no han recibido los rubros prometidos para las
bolsas de comida y los pocos que han podido tenerlos, más de la mitad, terminan
desarmando las bolsas y revendiendo los productos, la corrupción indetenible
con el chavofascismo. Hay un detalle interesante: el régimen ha dado la orden
de acelerar las vacaciones escolares, para el 15 de junio, en las reuniones de
las zonas educativas, el argumento es la crisis eléctrica, pero se filtra la
verdadera razón, se espera que en al menos tres semanas, no haya comida en el
país y las principales ciudades queden totalmente desabastecidas, incluyendo
Caracas, lo que explica que en sustitución de los carbohidratos, en la capital,
un kilogramo de yuca ha llegado a costar 1.000 bolívares. Maduro no ha podido
encontrar nuevos préstamos que le hubiesen ayudado a evitar este desastre,
porque el riesgo país es enorme y los inversores temen que el conflicto escale
en medio de la diatriba política y ahora jurídica tras los exabruptos del TSJ. Eso
se lo debe Maduro a Diosdado, autor del TSJ-Chimbo. La AN, en la voz del
diputado Henry Ramos Allup hizo lo propio, le advirtió a países, banqueros e
inversores, que todo negocio que hagan con el gobierno, y no tenga la
aprobación del Parlamento, serán nulos de toda nulidad, préstamos, inversiones
y demás no serían reconocidos ni con el actual régimen y no con uno nuevo,
porque se estaría actuando fuera de las leyes y la AN goza de legitimidad y
reconocimiento en el mundo.
La situación de hambruna
total ya ha sido evaluada. La experiencia cubana dicta el mandato de que si se
producen las pobladas en búsqueda de alimentos, se reprima duramente. El régimen
apuesta a que puede controlar la hambruna en las calles, con represión dura. La
población saldrá una y otra vez y una muestra es que en lo que va de 2016, los
saqueos, conatos y revueltas en las calles contra automercados públicos y
privados y camiones en carreteras, superan todas las de 2015, y en mayo hay la
mayor cantidad, 45% sólo en este mes, esto quiere decir que la revuelta por
hambre, viene creciendo, se ha vuelto diaria y se da en todo el país. Llegado el
momento en que las calles queden copadas por hambrientos, la GNB y PNB serán
rebasadas por la ira colectiva. En ese momento es que el régimen, usará la
última carta: la represión, pero con las armas de los militares. Maduro se
arriesgará a implementar el último bastión que tiene: La FAN.
Los cubanos, el FFM, y
algunos militares maduristas, apuestan a que la FAN disparará contra el pueblo
y que con masacre la gente retroceda y vuelva a sus casas. Vista la experiencia
del pasado 6D, día en que la gran mayoría de la oficialidad no apoyó que desde
el PSUV se desconocieran los resultados electorales en las elecciones
parlamentarias, todo indica que tampoco saldrán a disparar al pueblo, ello
implica desobedecer el mandato de Maduro y entrar en la insubordinación, lo que
puede repercutir en un desconocimiento de su “autoridad”, derivando en un golpe
militar, huida del mandatario o sucesos que lo pongan fuera del cargo, porque
las circunstancias así lo obligarían. Si la FAN dispara al pueblo, se entra en
escabrosos terrenos de una corta guerra civil en el país, tema para otro
artículo.
Lo anterior conlleva a una
situación de implementación de una junta de gobierno, conformada por diversos
factores, que con la presión y participación internacional, debe aceptar la
ayuda humanitaria y tendría que realizar elecciones presidenciales lo más
pronto posible, máximo mes y medio, lo que permite prever, que hay
probabilidades que en Venezuela exista un nuevo gobierno entre agosto y
septiembre de este año. Si los eventos avanzan según aparecen en el mapa
situacional presentado, un nuevo gobierno, legitimado, recibiría un rescate financiero
internacional procedente de los entes multilaterales, gestionado por
Washington, para cubrir pagos de deuda, importar alimentos y comenzar a
reordenar el país, en un proceso de reconstrucción.
Maduro tuvo la oportunidad
de renunciar, pero sometido por Castro y el sector corrupto del PSUV, ha
preferido llevar esto hasta sus últimas consecuencias, el cálculo de los
cubanos, ha sido malo, aspiran que el venezolano se resigne a la hambruna, para
ellos seguir saqueando a Venezuela, así tengan que ordenar someter a balas al
pueblo. Obama, que pronto dejará la presidencia de EEUU, y que ha congelado las
negociaciones con Cuba, hasta 2017, sabe que el colapso venezolano, es una
oportunidad para terminar de torcer el brazo a Castro y la única vía de que el
chavofascismo salga del poder autodestruyéndose, tal como viene ocurriendo, ya
que con votos no quieren permitirlo, puesto que saben que serán arrasados
electoralmente. En ese transitar hacia el abismo, la AN, ha sabido aguantar los
embates de un régimen en decadencia, moribundo en todos los aspectos posibles,
siendo esa institución, la única interlocutora ante el mundo, con legitimidad
para protagonizar, los eventos de transición próximos a ocurrir. Este año las
probabilidades de que haya nuevo presidente, son muy altas. Del tamaño de la
inflación que devora al régimen de Maduro.
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