Fracasada la política
monetaria por exceso de impresión de dinero para sostener artificialmente los
presupuestos públicos, dejan de usar el bolívar
Por Alex
Vallenilla / @alexvallenilla
La destrucción del bolívar, como moneda de reserva o para el ahorro,
ya se ha dado tiempo atrás, desde que durante años en el país las tasas de
interés ligadas al signo monetario nacional, son reales negativas, es decir muy
por debajo de la inflación. Hay un dicho entre la población: “no se puede tener
plata en el banco”. Los precios en el último año han subido 397% y las tasas de
interés pasivas no superan 17%.
Lo anterior es parte de la teoría de las “monedas buenas” y las
“monedas malas” de Thomas Gresham, la cual estipula que una moneda depreciada
deja de ser usada para ahorrar, tal como ha ocurrido en el país, en que se
estima que los venezolanos tienen en bancos extranjeros, ahorros por cerca de
400 mil millones de dólares, debido a que el bolívar devuelve pérdidas. El
fenómeno sigue avanzando hasta que la moneda mala, deja de ser usada en las
transacciones como medio de pago.
Lo anterior ya está ocurriendo con el bolívar. En un taller mecánico,
al consultar los precios de los servicios de reparaciones, un cliente que no
podía pagar la mano de obra completa con dinero, ofreció al mecánico como parte
de pago, medio bulto de leche en polvo, que el mecánico aceptó. En las redes
sociales, existen comunidades de cientos de miles de personas, que intercambian
rubros básicos, por rubros, no se aceptan bolívares en dichas transacciones.
El gobierno tiene una situación grave, por cada billete de 100
bolívares, debe pagar 135,60 bolívares para fabricarlo, lo que genera
gigantescas pérdidas al banco central y aumenta el déficit fiscal, lo que al mismo
tiempo se traduce en combustible para la espiral hiperinflacionaria.
La situación anterior ya se siente en retrasos de pagos de nóminas
públicas, de falta de cumplir aumentos de sueldos en el gobierno y falta de
pago a alcaldías, la razón es que el gobierno no tiene posibilidad de surtir al
país de dinero y a pesar de ello la inflación no para. Esto indica que el
bolívar podría dejar de funcionar en corto plazo y ser sustituido por mecanismo
que el mercado mismo consiga.
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