La sucesión de eventos,
para que al final se produzca la salida definitiva de Nicolás Maduro del poder,
se están dando acorde lo previsto. Se trata de un proceso. Es tutelado, no es
falso que desde Washington monitorean la situación del país y del resto del
continente, sino vean los casos de Argentina y Brasil. Es importante aclarar
este punto, sobre todo a los extremistas, tanto a los de un lado como del otro,
porque no tardan los chavofascistas, en señalar que la estrategia geopolítica
norteamericana, que busca recuperar espacios en América Latina, sean planes “imperialistas”,
“pitiyanquis” y todas las etiquetas que le ponen. Y los extremistas opositores,
que emplean energías en atacar a la MUD y a la Asamblea Nacional, en decir que
nada se está haciendo, sólo porque no ven a los dirigentes de los partidos
políticos, coger un fusil y marchar a Miraflores. Propio de los incautos y
novatos en lides políticas.
El país ha llegado a un
punto, del que ya no hay retorno. Nicolás Maduro ha abandonado las funciones de
gobierno, de hecho. Aunque no estará fácil, concretar su fin, por la vía del
Derecho, por lo consabido, aun controlan precariamente el Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ), que en vez de ayudar, paradójicamente, hunde cada vez más al
gobierno, aunque para algunos en los extremos, caigan en señalar que la AN “acata”
las decisiones de la Sala Constitucional. Las decisiones fuera del orden legal
del TSJ, alejan a los inversores y prestamistas, que podrían salvar a Maduro de
la condena popular, debido a la crisis económica que ha comenzado a matar a
ciudadanos de mengua y hambre, incluso hasta suicidios por falta de comida ha
habido.
La crisis económica ha
hecho su gran trabajo. Crisis causada porque desde esa cueva de ladrones, en el
PSUV, saquearon al menos 300 mil millones de dólares y dejaron al país
arruinado, que junto a la baja del precio del petróleo, se hace imposible,
mantener a la población, sostener el presupuesto público y pagar deuda. Por
esos montos, es que ahora los chavofascistas son investigados en el mundo.
El país está paralizado
prácticamente. El sector productivo no puede continuar, el ciudadano ha sido
empobrecido totalmente. El mismo gobierno está sufriendo las consecuencias de
sus errores, al no poder seguir manteniendo el gasto público con dinero
inorgánico, así como tampoco cubrir las pérdidas de la gasolina de la misma
manera, tan así que de las cuatro refinerías, tres están paradas. Los compromisos
de deuda, que difícilmente sean pagados, los cubren con una reducción drástica
de las importaciones de alimentos y medicinas, lo que ha llevado al pueblo a
una situación paupérrima y de desespero ya en las calles, sobre todo en el
interior del país. Maduro ha dejado de enviar recursos a las alcaldías, entes
que se paran en pocas semanas, ni siquiera han podido pagar aumentos de
salarios anteriores, en pocos días ni siquiera podrán pagar sueldos. Eso mismo comienza
a ocurrir en el resto de la administración pública, con los retrasos en los
pagos. El gobierno está cerrado, no funciona entre miércoles y viernes, y los
días lunes y martes, con los recortes de energía eléctrica, es casi imposible
ahora tramitar algún documento estatal, sin que las penurias del usuario, duren
por lo menos un mes, como los casos de renovación de registros fiscales, entre
otros. El transporte público está ya colapsando. Los hospitales no tienen
insumos de ningún tipo, en fin, se trata de una situación en que evidentemente,
Nicolás Maduro ha dejado de gobernar, lo que ameritaría que se declare abandono
del cargo y pueda ser destituido por esa vía.
Mientras el gobierno está
cerrado o paralizado, los saqueos se multiplican por todo el país, una
población hambrienta ha salido a buscar la comida esté donde esté. Es evidente
que los cuerpos policiales y militares están disminuidos ante el arrase del
pueblo, contra camiones de cargas y locales comerciales, como lo ocurrido con
los galpones del Mercado Mayorista de Maracay, con comida detectada por la población
y que tomaron en medio de una turba. No así cuando se emplea como fuerza
pretoriana contra opositores en las calles, allí se emplea toda la fuerza de la
Ley. Los militares han dado cuenta de algo y es que han decidido retomar el
monopolio de las armas, de allí que la caída de El Picure y el resto de bandas
y el asedio a los barrios caraqueños, hasta con tanques, indican que en la FAN,
hay un sector que tiene bien clara la caótica situación y del peligro
representan que grupos armados, organizados en bandas, en medio de un caos
generalizado, podrían lanzar por un abismo de guerra civil a Venezuela, aunque
fuere por un corto período. En ese sentido, el ataque a grupos armados, que de
algún modo tienen simpatías políticas hacia los radicales en el PSUV, obedece a
parte de las exigencias de Washington: Desarme a los “colectivos” o milicias
paramilitares del castro-chavismo. Aquí hay implícita la mano incluso de Raúl
Castro. Esto quiere decir, que frente a la posibilidad política chavofascista,
hay un sector militar, imponiendo nuevas normas, en medio del desbarajuste en
que Maduro, por no gobernar, ha dejado caer al país.
Es decir, el país ha caído
en la anarquía, el gobierno se ha perdido. Esto abre nuevas posibilidades para
el avance en la defenestración del chavofascismo. Sin duda alguna, los
militares se están haciendo del control, lentamente, por ahora facciones
internas en la FAN, debaten. Un grupo corrupto, que con poder político
importante se frota las manos con lo de las empresas de Guayana, el oro del
Arco Minero y las empresas petroleras, este sector no es que apoye a Maduro,
pero lo necesitan en el poder, puesto que con que éste se protegen, aunque
Maduro políticamente nada tiene, porque es el responsable de haber destruido la
base electoral que tenía el PSUV, sin embargo, por eso no apoyan la salida del
mismo. Este sector también se apoya en el TSJ, pues ha sido la manera de frenar
el avance de la MUD, que de coronar el poder, no tiene maneras de dar garantías
a los militares que son investigados por Washington, por corrupción, lavado de
capitales en el sistema financiero internacional y hasta narcotráfico. Otros sectores,
debaten en lo interno si el camino sería el referendo revocatorio o hacer una
Asamblea Nacional Constituyente, en lo que coinciden es que Maduro debe salir
del poder, porque el país ya no se sostiene, si allí continúa, terminará
hundido totalmente, con todos juntos, lo que sí podría provocar la intervención
extranjera, con la que Venezuela sería lesionada en su soberanía, en que en
medio de un caos tal, la incertidumbre y resultados serían del todo inciertos.
Hasta ahora el apoyo
popular del pueblo, ese que está en las calles buscando comida, lo tienen los
partidos en la MUD, no el PSUV ni sus “líderes”, la MUD le ha dado un claro
mensaje al país, al mundo y sobre todo a los militares, no involucrarse en
asuntos fuera del orden legal, fuera de la Constitución y menos apoyar
incursiones armadas. El control de las armas, lo asumen los militares, que ya
han salido a ordenar en el caso de los grupos paramilitares pro-chavistas. Sólo
falta el acuerdo político, la negociación. Washington apura, sería mejor para
Obama y Clinton, que esto se resuelva este mismo año.
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