El madurismo remoza su imagen, extiende el tiempo para que la dolarización de facto ayude a estabilizar la crisis económica, recibe ayuda de la UNICEF en materia humanitaria
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
El régimen de Nicolás Maduro se prepara para un evento electoral, que
será el que ponga fin a la crisis venezolana, al menos para el mundo
occidental. Una vez realizado, la comunidad internacional que se involucró en esta
crisis, dirá que se ha devuelto la democracia y la legalidad a este país.
Luego que Juan Guaidó, presidente del Parlamento, se juramentó como
presidente encargado de Venezuela, el
régimen chavista/madurista ha sido arrinconado con sanciones petroleras, sanciones
al Banco Central de Venezuela (BCV) y medidas de presión interna que buscan
derrocarlo o sacarlo de Miraflores. Hasta ahora el gobierno norteamericano
y la oposición venezolana han fallado.
La presión internacional
aumentó, luego del contundente informe de la ONU, que certifica la violación de
los Derechos Humanos, que ha obligado al régimen a liberar presos políticos
y seguir creando condiciones para negociaciones que terminarán en un proceso
electoral.
Aceitando
El chavismo/madurismo se prepara en varios frentes, para enfrentar lo
que sería una descomunal avalancha de votos en su contra. Al menos 80% de la población no está con Maduro, sin embargo, sólo la
mitad estaría dispuesta a votar en su contra, mientras 17% lo haría por el
chavismo/madurismo y el resto se abstendría, según una reciente encuesta de
Datincorp.
Maduro ha dado pasos en materia económica. Se despenalizó el uso del dólar en Venezuela y se reafirmó la
liberación de precios de rubros básicos, eso ha permitido que los anaqueles en
el comercio se estén llenando, dejando atrás aquellas imágenes de
gigantescas colas para comprar productos y la escasez que ha provocado hambre
en la población.
Aunque muchos venezolanos no
tienen capacidad de compra, al menos los del sector privado están mejorando su
economía. Las empresas privadas comienzan a pagar salarios ajustados a la
realidad económica, para evitar perder empleados. El sector público no puede
hacer lo mismo, puesto que el régimen madurista implementa medidas de
austeridad para desacelerar la hiperinflación.
Hasta ahora las nóminas públicas se han mantenido con monetización del
déficit estatal, uno de los ingredientes de la hiperinflación, Maduro dejó de aumentar los salarios, en
seis meses sólo lo ha hecho dos veces.
Maduro también ha permitido el
ingreso de ayuda humanitaria coordinada por la Cruz Roja, ha implementado
campañas de vacunación con entes internacionales y ahora recibirá la ayuda de
la UNICEF, para mejorar el servicio de agua potable para unos 2,8 millones de
venezolanos.
El régimen de Maduro intenta
cambiar las condiciones sociales y económicas para asistir a un evento
electoral en otra situación, de esa manera trata de reducir la votación en
contra. Otro factor que podría jugar a su favor es la diáspora, al menos 4
millones de venezolanos han salido del país, los cuales estarían en
dificultades para ejercer su derecho al voto.
El partido Somos Venezuela, del sector madurista, comenzó un proceso
de carnetización para sus militantes. Debido
a la guerra interna entre chavistas y maduristas, un sector del régimen se
quiere diferenciar del PSUV, partido que lleva a sus cuestas las atrocidades
del chavismo. El madurismo quiere remozar su imagen.
La oposición venezolana tiene el reto de producir un candidato unitario, una tarjeta electoral única que no sea de ninguno de los partidos políticos para evitar el sectarismo
Del lado opositor
La oposición venezolana aun se debate. El proceso electoral que promueve la comunidad internacional, podría
incluir elección parlamentaria y presidencial de una vez, eso depende de
las negociaciones, el chavismo/madurismo estaría dispuesto a medirse de ese
modo. Los rusos presionan en ese sentido, sus negocios en Venezuela dependen de
una AN nueva.
Mientras más tiempo avanza, el
régimen, con la dolarización de facto que hay, va adelantando en cierta
estabilización de la crisis, que tendrá repercusiones políticas. La
oposición también debe definir su situación, participar en un evento electoral
divididos, evitaría que se lograra conformar la maquinaria electoral que puede
neutralizar a la del chavismo/madurismo.
El presidente Donald Trump, necesita mostrar en su campaña electoral la recuperación de la democracia venezolana.
El año pasado, la crisis
económica y la escasez de bienes y servicios, era un escenario ideal para concretar
una victoria electoral opositora, pero las diferencias internas, y el rechazo a
los candidatos que se propusieron competir contra Maduro, le permitió el
régimen mantenerse aun en el poder, a pesar que no sea reconocido por el mundo.
No concretar equipos electorales para neutralizar la maquinaria del
PSUV, que es la que ejecuta el robo de votos mesa por mesa, le permitió a
Maduro movilizar sus cuadros, ofrecer pagos con el carné de la patria a
electores y controlar los centros de votación, la clave para ganar.
La oposición venezolana tiene
el reto de producir un candidato unitario, una tarjeta electoral única que no
sea de ninguno de los partidos políticos para evitar el sectarismo que le hace
daño y construir un discurso político en una situación en que a pesar de
que la crisis económica pueda tener todavía sus efectos, será distinto al de
2018 y los años anteriores.
APURADOS |
Para la mayoría de los países que apoyan a Juan Guaidó, es necesario
salir pronto de la crisis política en Venezuela. El presidente Donald Trump,
necesita mostrar en su campaña electoral la recuperación de la democracia
venezolana. Los negocios en materia petrolera, requieren estabilizarse, sobre
todo con la recuperación de la Faja del Orinoco y los gigantescos depósitos de
petróleo dulce en el Esequibo, antes que el precio del petróleo siga cayendo y
destroce toda la producción petrolera norteamericana de esquistos o petróleo no
convencional por insostenible. Gane quien gane las elecciones, estarán en la
obligación de ejecutar el acuerdo EEUU-Rusia, para el destino de Venezuela, en
el próximo ciclo económico que comienza para este país.
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