Chavistas y maduristas han preferido negociar su salida, antes de enfrentar radicalmente a EEUU, no tomaron la embajada norteamericana, no tumban los aviones espías
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
El régimen de Nicolás Maduro cada día se hace más sumiso al gobierno
de Estados Unidos, país desde el que se desarrolla una estrategia política,
económica, geopolítica, para controlar los depósitos petroleros más grandes del
mundo, tanto en la Faja del Orinoco, como en la cuenca Guyana-Surinam.
Hasta ahora existe una confrontación política. En Venezuela, Maduro hace su parte, para mantener agitados los pocos
seguidores que tiene. La retórica es la protagonista, en el verbo se habla
de intervención militar, probable entrada de fuerzas militares, de guerras. Todo
lo que se ha dicho hasta ahora, incluso del lado opositor, no es sino retórica.
El chavismo/madurismo ha resultado
más dócil que lo previsto, a pesar de la ferocidad de la represión, asesinatos
y persecución contra los venezolanos, desprovistos de armas y capacidad
para derribarlo del poder.
Maduro, sus militares, incluso
las bandas mercenarias, no se atrevieron a tocar la embajada de EEUU en
Venezuela, comenzando la crisis política actual. Aunque en el Pentágono se
alarmaron, por si el chavismo osaba repetir una situación como la del asalto
del consulado de Bengasi, todo resultó en discursos de parte y parte.
Los diplomáticos
norteamericanos y gran parte de su personal, terminaron saliendo de Venezuela,
más que por amenazas de guerras, por factores propios de la crisis venezolana,
la falta de agua, las fallas eléctricas, sencillamente hacen las operaciones
normales, imposibles de llevar a cabo.
El dólar es el que reina
En la diatriba política, resalta un factor económico. A pesar que
Rusia ejerce influencia en el madurismo, antes de que aplicaran sanciones a
Venezuela, el régimen madurista, el
pasado 20 de agosto de 2018, liberaba a través de la despenalización, el uso
del dólar en Venezuela.
El chavismo/madurismo, a pesar
que publica tasas del precio del petróleo en yuanes, en euros, realiza sus
negociaciones con dólares, la moneda estadounidense, lo que no desagrada a
los norteamericanos. En Venezuela hay un proceso de dolarización, de facto.
El Banco Central de Venezuela (BCV), está sancionado y no puede
acceder al sistema financiero global, pero los bancos privados venezolanos sí. Washington ha sido cauteloso para evitar
que las sanciones tengan efectos generales, mientras tanto el uso del dólar en
Venezuela se generaliza y comienza a contener el desplome económico.
Negocio es negocio
Hugo Chávez llevó adelante un proceso de expropiaciones, que afectó a
compañías petroleras como Conoco Phillips y Exxon Mobil, pero dejó a Chevron
operando en el país y con buenas concesiones.
Actualmente, en medio de las
sanciones petroleras, la Pdvsa bajo el control de Maduro, sigue operando con
Chevron y otras cinco compañías transnacionales del área de servicios petroleros.
Petropiar, la empresa mixta en que participa Chevron, ha reactivado sus
operaciones, luego que la petrolera norteamericana, también ha recibido una
extensión de licencia para seguir en Venezuela sin violar las sanciones de
EEUU.
El régimen de Maduro trabaja a
gusto con Chevron, porque la compañía no sólo dispone de capital, sino experiencia
y tiene capacidad de explotación que suma en la menguada producción
petrolera venezolana.
Juegos de guerra
Los últimos eventos de este conflicto, es el vuelo de aviones espías
de EEUU en el Mar Caribe. Eventos que el sector militar venezolano debe
catalogar como de intromisión o incursiones ilegales, es parte de la retórica.
La fuerza aérea venezolana ha
enviado aviones Sukhoi-30 a realizar maniobras ante los vuelos de los
norteamericanos, sin embargo no se atreven a derribar las naves estadounidenses,
lo que ahora forma parte de todo el discurso en ambos lados.
Los sentaron
La sumisión del chavismo/madurismo ante la avanzada norteamericana se
palpa también en las negociaciones que se desarrollan en Barbados y la mediación
de Noruega, donde sentaron a la oposición y al régimen a construir una salida
acordada, pacífica y que satisfaga los intereses internacionales alrededor de
los recursos venezolanos.
La presión de Washington tiene
el propósito de hacer que el régimen madurista cumpla con los compromisos que
se van adquiriendo. Las experiencias de negociaciones anteriores,
fracasaron porque el chavismo/madurismo, tutelado por Cuba, nunca cumplía los
acuerdos con la oposición.
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