Los norteamericanos buscan la fórmula de acabar con las divisiones de la oposición e imponer orden para tener éxito en las elecciones presidenciales
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
El Departamento de Estado trabaja a todo tren para conformar la unidad
opositora necesaria para poder enfrentar el régimen chavista/madurista en lo
que serían unas elecciones presidenciales y parlamentarias el primer
cuatrimestre de 2020. Los norteamericanos
mantienen contacto directo con cada uno de los representantes de los partidos
políticos con ese fin.
Entre las condiciones ideales para una contienda electoral que sería
monitoreada por la comunidad internacional, según se desprende de los acuerdos
que se manejan en las últimas reuniones, la
oposición sería presa fácil del chavismo/madurismo, de ir a un evento electoral
dividida en varias facciones.
El contacto es permanente, las
exigencias de Washington es que tiene que haber un respaldo unánime para un
solo candidato, que debe haber compromisos de todos los sectores políticos,
incluyendo los más radicales.
EEUU presiona primero a los
dirigentes de los partidos políticos para lograr los compromisos y que se
cumplan, quienes no estén dentro de esa línea, podrían tener dificultades
más adelante, con el gobierno estadounidense desde varios puntos de vista.
El sector que realiza fuertes
críticas contra Juan Guaidó y que recibe financiamiento de grupos económicos
desde Miami, también está en la mira del Departamento de Estado, que
buscará poner orden en todas las tendencias opositoras, pues los
norteamericanos no se arriesgarán de llevar adelante el apoyo a unas elecciones
para que el candidato que designen, las pierda legalmente por irresponsabilidad
de sectores fuera de control.
La presión está dada en todos
los niveles, Washington evalúa aplicar castigos a quienes se salgan de la línea,
suspender visas, deportar y revisar de manera profunda el origen de los fondos
de muchos financistas de las distintas tendencias políticas en la oposición
venezolana.
Se trata de reuniones virtuales, partido por partido, vocero por
vocero.
Una vez el Departamento de Estado logre poner orden en la variopinta
oposición, estarán promoviendo entre todos los actores al candidato que EEUU
prefiere al frente de todos los sectores, el cual tendrán que apoyar
irremediablemente.
Factor político que no acate los lineamientos emitidos desde
Washington, en el marco del proceso actual, será considerado por EEUU como un
sector en contra de los intereses de ese país.
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